El Gobierno evita definir su amenaza de cambio para el modelo lingüístico de las escuelas catalanas
El Gobierno ha aumentado el grado de incertidumbre sobre sus planes para apoyarse en el artículo 155 de la Constitución y cambiar el modelo educativo catalán permitiendo la escolarización en castellano a aquellos padres que lo soliciten. “Sin duda lo haremos”, ha llegado a decir el portavoz del ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros. Tras las preguntas de los periodistas, Méndez de Vigo ha parecido corregirse a sí mismo al afirmar que “la decisión no está tomada”.
El turno de preguntas avanzaba en la sala de prensa de Moncloa sin que el portavoz del Gobierno consiguiera aclarar cómo va a cumplir el Ejecutivo su intención de primar al castellano en la educación: “Yo no he hablado de casillas”, ha dicho el ministro, generando desconcierto entre los periodistas convocados a la rueda de prensa habitual de los viernes.
Según el ejecutivo, la intención es permitir que las nuevas matrículas atiendan a aquellos padres que exigen el derecho de sus hijos a ser educados en castellano, pero no hay una sola aclaración concreta de cómo se pretende conseguir ese fin: “estamos estudiándolo”, ha dicho Méndez de Vigo. Fuentes de Moncloa han aclarado con posterioridad que lo más probable es que se apoyen en el articulado de la ley de educación catalana en donde se abre la puerta a garantizar un porcentaje de materias impartidas en castellano.
Así las cosas, se diluye la idea de que el 155 podría ser usado para que los padres tuviesen a disposición una casilla en las preinscripciones en la que marcar su deseo de escolarizar a sus hijos íntegramente en castellano. A esta posibilidad se refería este jueves el secretario de Estado de Educación, después de que Rajoy se reuniese con la asociación Sociedad Civil Catalana, firme defensora de vehiculizar la educación a través del castellano.
El portavoz del ejecutivo ha querido desvincular la decisión (en estudio) de cualquier movimiento político tendente a presionar al mundo independentistas para desbloquear la situación y nombrar un Gobierno, olvidándose de Puigdemont. “Esto no es un globo sonda”, ha asegurado.
Méndez de Vigo ha aclarado que el modelo educativo catalán está fijado por una ley aprobada en el Parlament y que solo otra ley de las mismas características podría cambiarlo. En ese sentido, Moncloa aclara que usarán todos los resquicios posibles que encuentren en la ley vigente para dar satisfacción a las peticiones de los algunos padres.
Preguntas sin respuesta
El resto de preguntas han quedado sin respuesta. Moncloa no sabe a cuántos alumnos podría afectar el cambio, ni que inversión económica vendría aparejada a él. Tampoco se ha iniciado el trámite de diálogo con sindicatos estudiantiles ni asociaciones de padres. El Gobierno de Rajoy, en otro momento de máxima tensión con Catalunya, prefiere mantener su amenaza sin darle definición de ningún tipo.
El Ejecutivo deja sin aclarar si va a incluir la casilla del castellano en los formularios de preinscripción para los próximos cursos de la educación en Catalunya.