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Crónica

Moncloa toma las riendas de Ferraz

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla por el teléfono, en una sesión extraordinaria en el Congreso de los Diputados.
21 de julio de 2022 22:57 h

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Afinar una orquesta es un arte complejo. Las notas no suenan igual en todos los instrumentos y hasta que el grupo domina los tiempos, los tonos y los sonidos, los ensayos pueden ser eternos. No siempre se sintoniza a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera... Pedro Sánchez ya lleva tocadas unas cuantas teclas para ajustar la música que le acompaña en su trayectoria política. Cambió al Gobierno hace un año, a la dirección federal y los grupos parlamentarios hace nueve meses y, ahora, en este julio tórrido, vuelve a precisar las teclas para que su melodía suene armónica y no haya piezas que desentonen cuando suenan desde el Gobierno, el PSOE o el Congreso de los Diputados. 

Ironizar con el fin del sanchismo puede resultar un ejercicio entretenido para los analistas, pero el ismo que sucede al apellido del presidente del Gobierno nunca fue mucho más que él mismo. Unos se subieron al carro, otros se bajaron y a varios les enseñaron la puerta de salida. Así que no hay más operación en los cambios anunciados este jueves que la de que la Moncloa tome el control del partido para acabar así con la entropía, los recelos y los enfrentamientos internos.

El presidente se corrige a sí mismo de nuevo y elige a María Jesús Montero como sustituta de Adriana Lastra –que dimitió después de que se le invitara a hacerlo– al frente de la vicesecretaría general. Pilar Alegría, una joven socialista pero militante del “plan antiguo” –llámese también PSOE clásico–, asume la portavocía con plenos poderes en la política de comunicación de Ferraz, una competencia que se atribuyó por las bravas Adriana Lastra en la última reforma de los estatutos para arrebatársela al secretario de Organización, Santos Cerdán, que se mantiene en el cargo con idénticas atribuciones y con un adjunto adscrito a su departamento, Juan Francisco Serrano, que ya era vocal de la dirección federal. El diputado por Jaén ya venía haciendo ese papel sin ser nombrado oficialmente, si bien ahora se institucionaliza el cargo.

Miquel Iceta recoge el área de Memoria Democrática de la dirección federal que en el último congreso recayó en Patxi López, que será ahora quien tome las riendas del Grupo Parlamentario en sustitución de Héctor Gómez. El diputado canario ha rechazado cualquier tipo de reubicación sea orgánica o institucional, por lo que todo apunta a que abandonará en breve también su escaño del Congreso de los Diputados. Gómez tiene vida propia, tres licenciaturas y espacios profesionales a los que volver tras su breve experiencia como portavoz parlamentario.

El PSC ha movido todos los resortes posibles para que Eva Granados, portavoz en el Senado, mantuviera el puesto, pero se espera que haya retoques en la dirección del grupo parlamentario en la Cámara Alta para reforzar una voz de escaso volumen político. Con la designación de López, Sánchez pretende neutralizar el furibundo discurso de la derecha sobre los acuerdos con Bildu y para el que el PP ha vuelto a utilizar con fines partidistas a las víctimas del terrorismo. López era el lehendakari y Zapatero el presidente del Gobierno cuando ETA anunció que dejaba de matar, y esta es una circunstancia que jamás usó ningún socialista en la refriega partidista. Años más tarde, el diputado por Bizkaia se enfrentaría a Sánchez y a Susana Díaz en unas primarias en las que el hoy jefe de gabinete del presidente, Óscar López, fue su coordinador de campaña. 

Pedro Sánchez, que comunicó los cambios el miércoles por la tarde a todos los afectados, cierra con Patxi López un camino que empezó a recorrer hace un año, tras la reincorporación a su equipo de socialistas con gran experiencia orgánica y dilatada trayectoria política pero que habían jugado en equipos contrarios al suyo durante las primarias. Y de paso señala, con los nombramientos de Montero y Alegría, el camino del futuro autonómico del socialismo. No en el corto, pero sí en el medio plazo. 

La titular de Hacienda estuvo durante meses en las quinielas para suceder a Susana Díaz al frente del socialismo andaluz, pero ella se resistió como gato panza arriba y Moncloa impulsó la candidatura del entonces alcalde de Sevilla Juan Espadas, después de que Lastra pretendiera hacer lo propio con un desconocido Felipe Sicilia, al que elevó después a la portavocía del partido. Muchos creen que el futuro del PSOE de Andalucía pasa, no ahora pero sí para las siguientes andaluzas, por Montero, igual que el de Aragón pasará por Pilar Alegría el día que Lambán anuncie su retirada que, de momento, no está prevista. A Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno y ex alcaldesa de Puertollano, le espera idéntico destino en Castilla-La Mancha cuando Page decida no presentarse a la presidencia regional.

La tutela del comité director

Sánchez busca con estos cambios apretar el acelerador con la vista puesta en las municipales de 2023, en las que se juega la permanencia en la Moncloa, pero también dar fuerza a los mensajes en defensa de las propuestas y las reformas del Ejecutivo, algo que en la anterior fase brillaba por su ausencia. Los “elegidos” contarán para sus nuevas responsabilidades con el apoyo, si no la tutela, de un comité de dirección que estará presidido por el propio Sánchez, coordinará su jefe de gabinete en la Moncloa, Óscar López y al que se sumarán también el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños y la ministra portavoz, Isabel Rodríguez.

Hasta cinco ministros formarán parte de este sanedrín que dirigirá la estrategia electoral que formalmente corresponde al partido. Nada, por otra parte, que no haya ocurrido antes en otras ocasiones en las que el PSOE ha estado en el Gobierno para que el partido tenga referentes y voces ante la opinión pública con más potencia y autoridad dentro y fuera del partido. 

Es esta, con algunos ajustes que se prevén en el seno del Gobierno ya bien entrado el otoño, la última bala de la que dispone Sánchez para intentar mantenerse en la Moncloa tras las generales. “Nada está perdido”, dicen los socialistas, pese al viento a favor de los sondeos para un PP que ya aparece en la primera posición del tablero en todas las encuestas.

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