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La oficialidad del asturiano vuelve a enfrentar a los partidos

Desde que se crease la Academia de la Lengua Asturiana, en 1980, el debate sobre la oficialidad del bable es un tema recurrente, que propicia continuos “rifirrafes” entre los distintos Grupos políticos de la región, a favor y en contra por la identidad de una lengua propia.

El enfrentamiento lingüístico también suscita posturas encontradas entre los  ciudadanos y son muchos los que opinan que el debate sobre el bable debería abordarse con más seriedad y con un consenso amplio. Según la tercera encuesta sociolingüística de la academia de la Lengua Asturiana, presentada este verano, el 53% de los asturianos apoya la demanda de la oficialidad. No obstante, Izquierda Unida, promotores del debate político, rehúsan convocar un referéndum al respecto mientras que los colectivos en contra de la oficialidad invitan a los grupos defensores a que expliquen los costes de su aprobación y las consecuencias de su aplicación, sobre todo en la administración.

Todo ello ha llevado a que el enfrentamiento lingüístico se haya enconado estos

días entre las distintas formaciones políticas del Principado y coge vuelo impulsado por el “process catalán”. El Partido Popular presentó, para su votación, una resolución en contra de la cooficialidad, en el reciente debate sobre el estado de la región. Y para su sorpresa, la propuesta no salió adelante por Foro Asturias, que sumo sus 3 votos a los de Podemos (9) e Izquierda Unida (5).

La intención de la portavoz popular, Mercedes Fernández, era que se retrasase el asunto y que los demás partidos quedasen “retratados” a favor y en contra. El PP si contó con el apoyo de ciudadanos, pero no fue suficiente, 17 votos en contra frente a 14. El PSOE, también para sorpresa de muchos, optó por la abstención, probablemente por su falta de consenso interno.

Los socialistas tienen un su propio enfrentamiento lingüístico interno. El presidente de Asturias, Javier Fernández (PSOE), frenó la entrada de la cooficialidad en el debate del estado de la región, aludiendo a que no está dentro del programa electoral del partido. Por su parte, el nuevo secretario general de la federación socialista asturiana, Adrián Barbón, se muestra partidario de resolver el asunto en la próxima legislatura. Una nueva crispación interna en la que no parecen ponerse de acuerdo.

Barbón ha sido uno de los grandes valedores de la candidatura de Pedro Sánchez a la reelección de la secretaria general del PSOE nacional. Por su parte, el actual presidente del Principado fue partidaria de la candidata andaluza, Susana Díaz. Fernández ya ha anunciado que no optará a la reelección como candidato al gobierno de la región.

Falta de consenso en el PSOE

La falta de consenso dentro del PSOE también se escenificó hace unas semanas

cuando el consejero de Educación y Cultura, Genaro Alonso, se postuló a favor de

la cooficialidad, declaraciones que tuvieron que ser matizadas por el Gobierno,

poco partidario de enfrentar el asunto en este momento. Más allá de las riñas  políticas instaurar una lengua en un territorio conlleva un trasfondo algo más

complicado y que no sale gratis.

El bable goza ya de protección en el Estatuto Asturiano, y además de la Academia de la Llingua, existen distintos Servicios de normalización lingüística en funcionamiento de apoyo y de difusión, pero su cooficialidad supondría la reforma del actual Estatuto autonómico como punto de partida. Por una parte, su aprobación supondría el uso obligatorio de la llingua en toda la administración, para nada preparada para asumir el cambio, por lo que deberían contar con traductores de asturiano. De cara al futuro, la Comunidad podría exigir su conocimiento en futuros procesos de lección de puestos públicos. Otro cuerpo que debería adaptarse al nuevo cambio sería el de la enseñanza, que pasaría a ser obligatoria en los distintos ciclos formativos y previamente se debería preparar a un buen número de docentes para hacer frente a la nueva situación.

Hasta el momento, el asturiano es una asignatura voluntaria en el ciclo de primaria, los escolares pueden escoger entre llingua o cultura asturiana. Y en cuanto en la administración, son muchos departamentos los que recogen por registro escritos en asturiano y están obligados a responder.

Todo esto no supone un coste y requiere de partidas presupuestarias específicas como ya anunció el actual presidente regional. Además, queda el componente social, en Asturias hablan correctamente bable un porcentaje de población minoritaria y de forma diferente en función del área geográfica. De ahí que la polémica más que en el ámbito político debería trasladarse a la calle y saber la importancia real que el ciudadano le otorga al lenguaje. Y son muchos los que piensan que “en la calle no existe tal conflicto lingüístico y los asturianos se entienden sin problemas”, según Ignacio Blanco, del colectivo el Club de los Viernes, una plataforma de difusión cultural.

“Un coste de 10 millones”

Blanco dice estar a favor de proteger el bable pero en contra de la oficialidad y da argumentos económicos. Enseñar a los 60.000 funcionarios con los que cuentan actualmente la región tendría “un coste de 10 millones euros”. Para una región de menos de un millón de habitantes, de los cuales sólo trabajan 300.000 parece un gasto “poco necesario en la actualidad”.

Por otro lado, desde hace ya un tiempo, diversos colectivos por la oficialidad del

asturiano convocan actividades y manifestación en defensa de la llingua a lo largo de todo año. Uno de los últimos actos tuvo lugar el 6 de mayo, Día de las Letras Asturianas. Actos, en los que pretenden igualar la protección y el reconocimiento oficial de esta lengua con la de otros idiomas que conviven con el castellano en otras comunidades autónomas. 

Por el momento, solo han conseguido que el bable goce de protección y que el  Estatuto Autonómico promueva su uso, su difusión en los medios de comunicación y su enseñanza, respetando en todo caso las variantes locales y su aprendizaje voluntario.

Sobre elección del asturiano en la escuela, Blanco dice que sólo un 17% de los  alumnos de secundaria y un 2% de los de bachiller la escogen actualmente como

optativa. A lo que añade que los chavales están más preocupados con “marcharse fuera, ya que saben que en esta región van a tener pocas oportunidades laborales y estudiar otros idiomas”.