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Pablo Iglesias enfila su tercera elección como líder de Podemos sin oposición interna tras la salida de Anticapitalistas

Pablo Iglesias en la presentación de su candidatura, 'Un Podemos Contigo', a la III Asamblea Ciudadana del partido.

Aitor Riveiro

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Pablo Iglesias afronta el proceso interno más sencillo de la breve, pero intensa, historia de Podemos. Seis años después de su fundación, el secretario general enfila desde la Vicepresidencia del Gobierno su reelección sin apenas oposición interna, tras el abandono del partido de todos sus críticos, los últimos en salir han sido Anticapitalistas. Solo una lista alternativa se ha postulado para las primarias que, tras la suspensión decretada por la pandemia de la COVID-19, se reanudarán este 15 de mayo. El 21 se cierran las urnas virtuales, a las que están convocados 516.492 inscritos, y que reelegirán, salvo sorpresa mayúscula, a Iglesias para un tercer mandato.

Al proceso solo concurren dos candidaturas a la Secretaría General. La de Iglesias y la de Fernando Barredo, quien ya compitió en la II Asamblea Ciudadana, celebrada en 2017, con unos resultados casi irrelevantes. Ahora, nadie más ha logrado los avales necesarios para concurrir a las primarias. En Podemos no hay alternativas internas cuantitativamente relevantes sin la corriente de Íñigo Errejón, quien abandonó Podemos para fundar Más Madrid, primero, y Más País, después; y sin Anticapitalistas, que aprobó el pasado 28 de marzo retomar su actividad como partido independiente tras ser pieza clave en la fundación de Podemos, tal y como adelantó eldiario.es 

La candidatura que comanda Iglesias se llama Un Podemos Contigo y en ella se integran la mayoría de sus principales colaboradores. Irene Montero y Pablo Echenique ocupan los primeros puestos de la lista al Consejo Ciudadano. Les siguen Ione Belarra, Juan Manuel del Olmo, Noelia Vera, Rafael Mayoral, Isabel Serra y Alberto Rodríguez. Otros nombres que figuran en la lista son el del exjemad Julio Rodríguez, Jaume Asens, Nacho Álvarez o Beatriz Gimeno. Así, hasta 83 nombres del total de 84 miembros que forman el Consejo Ciudadano.

De esta lista de pretorianos del secretario general se ha caído Gloria Elizo, hasta el pasado verano responsable legal del partido y a quien ha pasado factura la crisis que estalló en el departamento que dirigía, con querellas cruzadas entre trabajadores, acusaciones de acoso sexual y laboral, despidos, denuncias sin demostrar de pagos en b a la cúpula. Aquella tormenta, en plena negociación del actual Gobierno de coalición, rompió la confianza entre Elizo quien mostró su rechazo con la gestión de la crisis, y el secretario general. La dirigente optó por dar un paso al lado y e Iglesias dejó de contar con ella.

En su presentación, el equipo de Iglesias apuesta por un Podemos que compagine su “papel institucional y como fuerza de Gobierno con una mayor implantación en las calles, al lado de los movimientos sociales que han sido los verdaderos protagonistas del empuje progresista los últimos años”.

La entrada del partido en el Ejecutivo en coalición con el PSOE supuso la culminación del afán fundacional de Podemos: ser una fuerza de Gobierno. En el último Consejo Ciudadano, celebrado el pasado viernes, Iglesias defendió el paso dado frente a quienes creen que la subalternación al partido de Pedro Sánchez acabará diluyendo a Podemos.

Para evitarlo, el equipo de Iglesias apuesta por convertir Podemos en un partido de corte más clásico. Casi una década después del 15M, de cuyo espíritu los fundadores del partido siempre se han considerado herederos, en la dirección han convenido que el diseño de una formación líquida, sin militancia al uso y una organización vertical se ha desvelado como incapaz de generar una base social lo suficientemente amplia y constante como para permitir una profunda implantación territorial. Algo imprescindible para aguantar electoralmente.

2019 fue un año que demostró esto: la diferencia entre los resultados de las generales de abril y las autonómicas y municipales de mayo admite pocas dudas. Pero ya en 2015 se produjo una situación similar. En las locales y regionales de la primavera Podemos obtuvo peores resultados que en las generales de finales de ese año, cuando el partido y sus aliados irrumpieron con 69 escaños y cinco millones de votos que, unos meses antes, no se habían decidido por ellos.

La candidatura de Iglesias ahonda en el planteamiento que hizo ya en Vistalegre 2, en 2017, que diferenciaba entre “militantes” e “inscritos”. Si se impone su planteamiento, los inscritos seguirán participando de la grandes decisiones del partido salvo a nivel local, donde la participación en las primarias quedará limitada a los militantes, que deberán además pagar una cuota obligatoria y elegir un único círculo territorial al que adscribirse. Además, desaparecerán los círculos sectoriales.

Nuevo límite salarial y más de 12 años con cargo

La propuesta de Iglesias incluye dos modificaciones de los principios éticos que marcan distancia con el espíritu fundacional.

Podemos abandonará la referencia al SMI para limitar los sueldos de sus cargos y la sustituirá por otra con tramos y porcentaje de donaciones o aportaciones al partido. Desde 2014, el tope de tres salarios mínimos fue uno de los emblemas del partido. Un ariete contra los privilegios de “la casta” frente a la normalidad de “la gente”.

Con el paso de los años y la asunción de nuevas responsabilidades, tanto profesionales como personales, las diferentes direcciones han ido modulando ese límite para añadir salvedades en función de los hijos o personas a cargo. Iglesias, por ejemplo, puede quedarse con medio SMI más por uno de sus tres hijos.

Los documentos presentados no detallan el nuevo sistema, pero desde el entorno del candidato se señala que “todos los cargos públicos seguirán donando mensualmente un porcentaje de su salario” que irá de “un mínimo de un 5%” hasta “un máximo del 30%”.

Podemos Contigo propone, además, que se pueda superar el límite de 12 años para un cargo interno o público. “Más allá de dicho plazo, la prórroga estará supeditada a consulta a las personas inscritas”, dice la propuesta de Iglesias. Dicho límite no llegaría para ninguno de los actuales miembros de Podemos hasta el año 2026.

“Nuevo impulso”, la alternativa liderada por Barredo

La otra candidatura que se presenta a la III Asamblea Ciudadana de Podemos está liderada por Fernando Barredo. Su lista apenas incluye 24 candidatos de los 84 puestos a completar, por lo que incluso en el hipotético caso de que ganara, no controlaría el CCE resultante.

Barredo ha sido dirigente de Podemos en Castilla-La Mancha, donde protagonizó diferentes enfrentamientos con el exlíder autonómico, José García Molina. Fue noticia también por haber sufrido una dura agresión cuyos verdaderos motivos nunca han quedado resueltos del todo, pero que estaban relacionados con la separación de una militante del partido que, supuestamente, era víctima de violencia machista.

La candidatura de Barredo ha criticado la reanudación del proceso asambleario ya que el estado de alarma y la situación de crisis sanitaria que provocó su suspensión, dicen, sigue vigente.

Desde Nuevo Impulso han reclamado, además, la celebración de un debate entre ambos candidatos para confrontar proyectos. Algo que no se ha producido en ninguna asamblea de Podemos previamente.

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