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La pareja de Ayuso intentó desgravarse la compra de un Rolex, pelotas de pádel y la reparación de su Porsche

Alberto González Amador, a su salida del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en mayo

elDiario.es

22 de octubre de 2024 10:56 h

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La investigación de Hacienda y la Fiscalía contra Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, no solo revela que defraudó más de 350.000 euros usando un entramado de facturas falsas, tal y como ha reconocido él mismo. También aflora, según revela este martes la Cadena SER, que entre 2020 y 2021 el empresario intentó deducirse gastos personales que, tradicionalmente, Hacienda no considera relacionados con el trabajo: un Rolex de 8.000 euros, una reparación de su Porsche Panamera, un saxofón, pelotas de pádel o cosméticos como desodorante.

González Amador fue denunciado por la Fiscalía después de que una investigación de Hacienda destapara que en los primeros meses de la pandemia se enriqueció con más de dos millones de euros salidos de comisiones en operaciones de compraventa de material sanitario. Dos años fiscales en los que, además, intentó reducir drásticamente la factura fiscal de su empresa por el Impuesto de Sociedades usando facturas falsas para imputar gastos irreales y, como consecuencia, pagar de menos a Hacienda esos dos años. Un fraude fiscal que él mismo ha reconocido ante la Fiscalía en su búsqueda de un acuerdo que evite su entrada en prisión a cambio de asumir sus delitos y pagar más de medio millón de euros.

A lo largo de la investigación, González Amador intentó justificar que algunos de sus trabajos y facturas imputadas a su empresa, Maxwell Cremona, se correspondían con servicios reales, algo que según ha reconocido él mismo no es cierto. Ahora, según revela la emisora del grupo PRISA, en sus declaraciones fiscales también intentó imputar gastos personalísimos aportando facturas a nombre de su empresa una vez solicitadas por los inspectores.

Una de ellas responde a la compra de un Rolex en un hotel de Ibiza en noviembre de 2020 por un valor de 8.700 euros. Otra es una factura de reparación del Porsche Panamera para reparar los amortiguadores. Otras facturas incluyen la compra de un saxofón y diversas compras hechas poco antes de las navidades de 2019: pelotas de pádel, colutorio, pasta de dientes, hilo dental, champú, desodorante e incluso las bolsas del supermercado.

Tal y como desveló la investigación, la Agencia Tributaria constató que su empresa Maxwell Cremona fue usada para facturar 3,7 millones de euros en total sin tener empleados por cuenta ajena aunque sí el Porsche Panamera, un portátil y gastos de 3.900 euros en cortinas.

Hacienda suele exigir que un gasto esté relacionado con la actividad de una empresa para considerarlo algo deducible y, en la práctica, un beneficio fiscal por parte de una empresa o un empresario. La empresa de Alberto González Amador, según la información publicada, intentó hacer pasar por gastos relacionados con el sector sanitario lo invertido en un reloj, cosmética, coches o instrumentos de música. Tal y como ha explicado elDiario.es a lo largo del último año, presentadores como Jordi González no han conseguido imputar como gasto profesional el dinero invertido en moda e incluso los jueces han vetado que los influencers de este sector puedan deducirse la ropa que las marcas aportan para sus promociones.

La causa contra Alberto González Amador se encuentra en fase de instrucción en un juzgado de la Plaza de Castilla de Madrid. Los tribunales tienen pendientes varios recursos de las acusaciones populares que ejercen PSOE y Más Madrid para ampliar las pesquisas mientras la defensa del empresario busca un acuerdo con la Fiscalía y la Abogacía del Estado para reconocer sus delitos y pagar una multa a cambio de evitar su entrada efectiva en prisión.

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