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Pedro Agramunt renuncia a la presidencia de la Asamblea del Consejo de Europa y evita una votación para destituirle
El presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Pedro Agramunt, ha anunciado este viernes que renuncia al puesto “por motivos personales”, según ha dicho en su cuenta de Twitter. Con su renuncia, el senador 'popular' por Valencia evita que se someta a votación una moción para destituirle.
De hecho, la Asamblea ha precisado que el debate de esa moción, que estaba previsto para el lunes por la mañana, ya no tendrá lugar. Agramunt, que estaba bajo la lupa de los parlamentarios desde que el pasado marzo viajó a Siria y se reunió con Bashar al Assad, considera que las medidas tomadas para destituirle son contrarias a la legalidad.
En la carta de renuncia enviada a la Asamblea, a la que ha tenido acceso Europa Press, el senador justifica su renuncia por la “crisis” y la “difícil gobernabilidad” en la que está inmersa la institución “por la adopción de decisiones particulares de dudosa compatibilidad con la legalidad”, y que le impiden “cumplir el papel” asignado al presidente.
En ella, Agramunt dice también que actúa por consejo de su médico, y comunica que seguirá en la Asamblea, “representando la voluntad del electorado español” y mantendrá la presidencia de la delegación española en la institución. Su objetivo, ha dicho, es “recuperar la naturaleza real de la Asamblea como una plataforma genuina para la diplomacia parlamentaria europea, sin excluir a nadie”, de que las decisiones las tomen los representantes políticos y de que la legalidad opere tanto en la institución como en sus Estados miembros.
Así, en la sesión plenaria que comenzará el próximo lunes, el presidente en funciones será el vicepresidente más veterano, Sir Roger Gale, que ejercerá la presidencia hasta que se elija a un sucesor.
El pasado junio, al final de la última sesión plenaria de la Asamblea, un total de 158 miembros presentaron una moción para destituirle, conforme a una reforma del reglamento que se había aprobado apenas tres días antes precisamente para permitir esa iniciativa. Conforme a las nuevas reglas, los parlamentarios que firman la moción son de cinco grupos políticos y 36 países diferentes. La Asamblea cuenta con 324 titulares y otros tantos suplentes.
Los firmantes señalaban “que el presidente de la Asamblea Parlamentaria ya no cuenta con la confianza de la Asamblea porque su comportamiento daña seriamente la reputación de la Asamblea y mancha su imagen”.
Agramunt se defendió con un comunicado en el que afirmaba que se sentía “víctima” de una “cruzada” por defender el diálogo para poner fin a la guerra en Siria, y añadía que su posición en este conflicto es “idéntica” a la del presidente francés, Emmanuel Macron.
CULPÓ A LA DELEGACIÓN UCRANIANA Y A LA IZQUIERDA
El senador valenciano culpó de los intentos de destituirle a la delegación de Ucrania en la Asamblea, “por razones de su interés nacional contra Rusia”, y a “los socialistas y la extrema izquierda, por razones de oportunidad política, y por tanto partidista, por la sencilla satisfacción de derribar a un Presidente del PPE”.
Agramunt denunció también que la reforma del reglamento que se aprobó para permitir su destitución supone “manipular las reglas de la asamblea” y “retorcer los principios del Estado de Derecho”, porque permite ser aplicada de manera retroactiva.
VIAJE A SIRIA EN MARZO
El descontento con Agramunt tiene su origen un viaje a Siria que realizó el pasado mes de marzo --junto con otros dos parlamentarios, uno de ellos el del PDeCAT Jordi Xuclà--. En su comunicado, explicaba que la visita fue a invitación de la presidenta del Parlamento sirio, Hadieh Abbas y “estrictamente motivada por una idea de apertura y de paz”.
Pocos días después de su visita “se produjeron los bombardeos con sustancias químicas”, ataques que, recordaba el senador en junio, inmediatamente condenó. “Estos atroces bombardeos nada tuvieron que ver con mi misión de paz que se produjo apenas unos días antes pero contribuyeron sin duda a dar una mala imagen de mi misión”, admitió.
No obstante, también alegó que mientras él estaa en Siria, altos funcionarios de la Oficina de la Alta Representante de la Unión Europea, Federica Mogherini, se sentaban en una mesa redonda en Ginebra para discutir con representantes de alto nivel de las autoridades sirias y el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, también mantenía negociaciones.