La polémica por la presencia de Vox en una feria de videojuegos impulsa un código ético en el sector

La presencia de políticos en ferias de videojuegos no es habitual pero, cuando se trata de una de las más importantes del país como es la Madrid Games Week, no es de extrañar encontrarse con representantes de formaciones en el Congreso. La ministra de Industria Reyes Maroto o los diputados Alberto Garzón (UP), Esther Ruiz (C's) y José Antonio Sánchez (PP) son algunos de los políticos que asistieron al evento, celebrado entre los pasados 3 y 6 de octubre. Quienes también lo hicieron fueron representantes de Vox, pero su presencia en la Madrid Games Week generó un importante debate en la industria del videojuego, que desembocó en la creación de un código ético para el sector.

La polémica llegó el sábado 5, el día más intenso de la feria. Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio, portavoces de Vox en el Congreso y en la Asamblea de Madrid respectivamente, acudieron al evento para conocer el estado de la industria del videojuego. Una visita que se publicitó desde la cuenta oficial en Twitter de la Asociación Española de Videojuegos (AEVI) con una fotografía, del mismo modo que se había hecho con el resto de políticos que habían asistido a la feria. Sin embargo, esta publicación se llenó de críticas y reproches por parte de la comunidad.

“No nos debemos a ningún partido, sino a la industria”, afirma José María Moreno, presidente general de AEVI, en declaraciones a eldiario.es. El representante de la asociación se defiende de esta manera de las críticas recibidas en las redes sociales, afirmando que durante la Madrid Games Week se reunieron con partidos “de todos los colores y con representación a nivel estatal, autonómico y local”. “Esto no va de ningún posicionamiento ideológico, va de contar qué se está haciendo en este sector”, asevera Moreno, que considera que su asociación tiene “la obligación” de reunirse con todos los partidos: “Nos gusten o no”.

Sin embargo, una parte de la industria no compra el argumento de AEVI. “Una asociación que representa a los desarrolladores no debería fotografiarse con un partido político que no defiende los valores democráticos más básicos, se alinea con posiciones que recuerdan la época franquista de España y niega la violencia machista en España”, opina David Jaumandreu, fundador de Undercoders, estudio creado en 2006 en Barcelona.

En la misma línea se encuentra Anna Guxens, programadora del estudio 3Bytes, que considera una “elección pobre” la publicación de la fotografía con los miembros de Vox: “Entiendo que AEVI tiene que conseguir financiación y lucha por beneficiar a los desarrolladores, pero eso les lleva a entrar directamente en política”. Guxens cree que la mejor manera de afrontar este tipo de situaciones es “mencionar solamente los cargos y motivos de reunión, dejando a un lado su partido político”.

Si bien la publicación sigue en línea, la alarma generada por esta fotografía hizo actuar a AEVI: convocó una asamblea extraordinaria el día siguiente al mediodía con todos los desarrolladores y estudios de videojuegos presentes en la Madrid Games Week y en la ciudad para discutir cómo abordar ese asunto. Tras horas de reunión, el vicepresidente de desarrollo de AEVI, Arturo Monedero, anunció públicamente la intención de elaborar un código ético de conducta para la industria del videojuego.

Un código ético para blindar la “pluralidad”

“Lo llevamos trabajando desde hace tiempo y nuestra idea es tener algo sólido en los próximos meses”, declara José María Moreno a esta redacción. El director general de AEVI explica que su asociación ha estado revisando códigos éticos de otros países para elaborar uno propio. Tras la asamblea realizada durante la Madrid Games Week se decidió incluir a los estudios, desarrolladores y organizaciones nacionales en las discusiones para “tener una mayor aportación de terceros y hacerlo lo más rico y claro posible”.

José María Moreno opina que la comunidad “entendió que esto no va de posicionamientos ideológicos” y desvela que todavía no existe ninguna planificación al respecto, aunque “tampoco se va a demorar muchísimo”. El director general de AEVI explica que ya han empezado a concertar reuniones con estudios para hablar sobre el código ético, que, considera, debe estar centrado en valores como la pluralidad y el rechazo al discurso del odio: “Este es un sector transversal, amigo de todo el mundo independientemente de su condición social, de su religión o condición sexual”. Preguntado por si se han reunido con DEV –una de las principales patronales del sector–, Moreno reconoce que todavía no ha abordado el asunto con la entidad.

La recepción del código ético por parte de los desarrolladores ha sido mayoritariamente positiva. Jaumandreu cree que se trata de una propuesta interesante, pero se muestra “escéptico” respecto a su aplicación: “Cuando hablamos de códigos éticos ya no solo entra el posicionamiento político, sino que también podemos hablar de la ética dentro de los videojuegos o las políticas de monetización”. Por su parte, Anna Guxens, que asistió a la reunión de urgencia convocada por la asociación, confía en que este episodio sirva como “punto de no retorno” para las actividades de AEVI.