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El PP se lanza contra Sánchez a la espera de elegir un nuevo líder

Rafael Hernando durante su intervención en la comparecencia de Pedro Sánchez

Carmen Moraga

“Los españoles no se merecen que usted haya decidido convertir a España en rehén de un Gobierno en la sombra formado por populistas, independentistas y herederos de ETA que le dictan a usted los pasos que tiene que seguir”.

“Es usted un presidente que para pagar sus favores políticos y su ambición personal de llegar a la Moncloa cuestiona el pacto constitucional de 1978 [...] Para premiar a los que quieren romper España pone en riesgo la integridad del país y la igualdad de todos los españoles”.

Las frases son parte del recibimiento que el Partido Popular brindó al presidente del Gobierno en su comparecencia de este martes para explicar las líneas maestras del Ejecutivo en el Congreso de los Diputados. Su portavoz, Rafael Hernando, lanzó contra Pedro Sánchez un ataque durísimo en el fondo y en la forma.

Si esa va a ser la línea de oposición durante lo que queda de legislatura es algo que deberá decidir el futuro líder del partido, que saldrá del congreso del fin de semana. A la espera de lo que dicten las urnas, Hernando optó por un tono de confrontación total desde el primer segundo del mandato de Sánchez. Habló de sus socios “de ocasión”, “los viejos comunistas que transformados en populistas bolivarianos cuestionan no sólo la Constitución, sino nuestra Transición democrática, los años más brillantes de nuestra historia en términos de prosperidad, democracia y libertad”.

La diatriba de Hernando no se paró ahí. Citó por supuesto a “las fuerzas independentistas que vienen de apoyar un golpe contra la unidad de España, nuestra Constitución y la Corona y los antiguos amigos de los terroristas de la ETA a los que usted tampoco se privó de pedir su apoyo”.

Su contundente exposición recibió vítores y aplausos en la bancada de la oposición. En esos escaños estaban Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría, aparentemente atentos a las arremetidas de Hernando contra el presidente, aunque sin disimular la tensión que hay entre ambos. A uno de los dos le corresponderá decidir si mantienen ese tono de oposición y al diputado almeriense como portavoz en lo que queda de mandato. Mientras eso no se decida, la oposición es Hernando. Y pocas cosas aglutinan tanto a un partido dividido a la mitad en la búsqueda del sucesor que una buena ración de palos a los socialistas.

El portavoz del PP recurrió a los clásicos habituales. Concluyó que “Sánchez no es el presidente que merecen España ni los españoles”; después de exigir al presidente, alzando el tono, que aclare si “está con España o con quienes quieren romperla”, atribuyó al dirigente socialista “el objetivo de imponer su ideología y buscar la confrontación para distraer a los españoles”.

Sus primeros treinta minutos de discurso y los otros cinco -generosos- de réplica dejaron un reguero de frases ácidas. La intervención fue muy aplaudida por un sector del grupo parlamentario, que no estaba al completo. Incluso hubo murmullos desaprobatorios cuando la propia presidenta del Congreso, Ana Pastor, tuvo que frenar a Hernando que se había pasado de su tiempo reglamentario y se negaba a acabar. “Le llamo al orden señor Hernando. Acabe, por favor”, le pidió por dos veces. “Mantendré el orden”, inisitió Pastor. Al final la presidenta optó por apagarle el micrófono.

Antes Hernando había tenido tiempo de completar un despiadado repaso a las primeras semanas de presidencia socialista. Por cuestionar, cuestionó su papel jugado en Europa, señalando que “no le hacen ni caso” y allí no tiene “credibilidad alguna”.

La nueva fase “dialogante” que quiere instaurar Sánchez en Cataluya y la política penitenciaria de acercamiento de presos al País Vasco, una vez disuelta ETA, fueron dianas también de sus dardos.

Catalunya, la economía, RTVE...nada en el tintero

Con Catalunya se detuvo Hernando varios minutos para reprochar al presidente que se haya reunido con Torra, “al que tildaba de xenófobo, supremacista y de ser el Le Pen español, con sonrisas y palmaditas”, para ofrecerle “un diálogo sin cortapisas” que incluye todo tipo de “favores”. Como el hecho de “trasladar a Cataluña a los golpistas presos que nos avergonzaron a todos los españoles, otorgándoles una serie de beneficios penitenciarios”.

“Su debilidad es tan manifiesta que no es sólo a los independentistas catalanes a los únicos a los que tiene que pagar un precio, es también a Bildu, los viejos amigos de los terroristas de la ETA y al Sr. Urkullu del PNV”, prosiguió el portavoz.

Hernando no dejó en el tintero la economía. “Los socialistas vuelven al despilfarro y hacen lo que mejor saben hacer: gastar el dinero de los nietos y de los hijos de los demás”. Hernando deseó que Sánchez no acabe su mandato como acabó el del expresidente, José Luis Rodríguez Zapatero, “arruinando a España”

Ni, por supuesto, se olvidó en su retahíla de reproches del “decretazo” de RTVE, pidiendo de nuevo a Sánchez su retirada porque en su opinión “ha abochornado a este Parlamento obligándonos a celebrar ocho plenos, que ayer se saldó con un sonoro ridículo”.

Hernando se mofó también del nuevo “estilo” que los asesores de Sánchez han diseñado para lanzar su imagen como presidente. “Vive usted inmerso en un proceso de culto a su personalidad que se basa en posados y fotografías”. “De hecho, ya conocemos su perrito, su helicóptero, su avión, sus gafas de sol, sus modelitos deportivos y sus manos”, ironizó el conservador.

Hernando, hace unos días, ya había servido un anticipo a Sánchez de la oposición que le espera mientras él sea portavoz. Fue cuando el presidente acudió por primera vez a la Cámara baja para informar de la postura que iba a mantener su Gobierno en la cumbre sobre inmigración del Consejo Europeo, cuyos resultados el presidente repasó someramente también en su comparecencia de este martes.

Hernando entonces ya desplegó su artillería pesada para acusarle de utilizar la llegada del 'Aquarius' como “una especie de reality político-mediático”, y para advertirle de que “si somos laxos con la inmigración ilegal, la avalancha no hay quien la pare”. Como colofón le pidió “menos vanidad política y más sensatez”. Todo con el estilo bronco que le caracteriza.

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