Una semana después de que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca organizara un escrache frente a su domicilio, la vicepresidenta del Gobierno ha aprovechado la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros para pedir a los ciudadanos que separen su vida personal de su actividad profesional a la hora de protestar por la gestión en materia de desahucios. “Mi casa es territorio personal y el de mi familia”, ha afirmado.
Soraya Sáenz de Santamaría ha insistido en que los lugares adecuados para pedirle explicaciones son aquellos en los que realiza su trabajo, es decir, la Moncloa y el Congreso, territorios vedados para las protestas directas de los afectados por un desahucio. “Aquí es dónde doy cuenta a los ciudadanos a través de ustedes, los periodistas, y dónde se me deben hacer las preguntas o trasladar opiniones”, ha explicado.
La protección del ministro del Interior
La número dos del Gobierno era muy consciente de que le iban a preguntar por esta cuestión y se ha hecho acompañar por Jorge Fernández Díaz. Aunque el ministro del Interior comparecía para dar cuenta del anteproyecto de ley de seguridad privada, lo cierto es que no ha comunicado ninguna novedad, por lo que ha quedado claro que su papel principal era echar un capote a la vicepresidenta.
El titular de Interior se ha empleado a fondo. Después de contar que el viernes pasado estuvo en permanente contacto telefónico con ella y lamentar que el escrache lo viviera su hijo, “el pequeño Iván”, ha cargado contra este método de protesta. Fernández Díaz no ha ahorrado adjetivos y ha calificado los escraches de “lamentables y radicales actos antidemocráticos” así como de “graves atentados contra el derecho de inviolabilidad del domicilio y de la intimidad”. También ha asegurado que se identificará y multará a los ciudadanos que participen en ellos, como ya se ha empezado a hacer en Madrid.