Los Ángeles (EE.UU.), 6 ene (EFE).- Decenas de ultraderechistas partidarios del presidente de EE.UU., Donald Trump, atravesaron hoy la verja de la residencia del gobernador del estado de Washington, entraron en el jardín y se manifestaron a las puertas de la casa principal antes de que las fuerzas de seguridad les cerraran el paso.
El estado de Washington no tiene nada que ver con la capital del país, Washington D.C., donde centenares de seguidores de Trump asaltaron hoy violentamente la sede del Congreso durante la sesión convocada para certificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden.
La Patrulla Estatal de Washington aseguró en Twitter que el gobernador de ese estado, el demócrata Jay Inslee, y su familia no corrieron peligro y apuntó que estaban en un lugar seguro.
Medios locales como The Seattle Times informaron que decenas de seguidores de Trump se habían congregado frente al Capitolio estatal de Washington, situado en Olympia, pocas horas después del asalto al Capitolio federal en Washington D.C. que conmocionó al país y al mundo entero.
Los manifestantes de Olympia llevaban banderas estadounidenses y carteles de apoyo a Trump y denunciaban que hubo fraude en las elecciones presidenciales de noviembre, pese a que no se ha aportado ninguna prueba sobre el mismo.
Algunos de esos extremistas llevaban armas de fuego, según The Seattle Times.
Poco después, los seguidores de Trump se dirigieron hacia la residencia del gobernador, que se encuentra muy cerca del Capitolio estatal, para continuar con su protesta.
Diferentes vídeos publicados en las redes sociales muestran cómo cruzaron la verja de la residencia del gobernador y cómo ocuparon el jardín sin mayores problemas.
Algunos de ellos llegaron a pocos metros de la puerta de la casa del gobernador, donde un pequeño grupo de agentes detrás de unas vallas les cortó el paso.
Los manifestantes continuaron con sus gritos y protestas hasta que, minutos después, abandonaron el jardín sin incidentes y cruzaron la verja de vuelta a la calle.
Por el momento, el gobernador Jay Inslee no se ha pronunciado sobre esta protesta a las puertas de su residencia, pero en Twitter sí criticó duramente lo sucedido en la capital del país.
“El asedio al Capitolio fue un ataque a la democracia misma. Fue alimentado, precipitado e inducido por las incansables y totalmente desacreditadas mentiras de Donald Trump y de sus lacayos en el Congreso”, afirmó.