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Dos visiones de Irán se enfrentan en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales

Teherán —

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Teherán, 4 jul (EFE).- Los iraníes decidirán este viernes en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales entre dos visiones opuestas de Irán, una representada por el moderado Masoud Pezeshkian, quien busca una apertura del país, y la otra por el ultraconservador Saeed Jalili, opuesto a Occidente.

Esta segunda vuelta se celebra después de que los dos políticos lograrán el mayor número de votos en la primera vuelta en las presidenciales del pasado viernes, en las elecciones con la menor participación en los 45 años de historia de la República Islámica con un 39,9 %.

Pezeshkian y Jalili buscan suceder al ultraconservador presidente Ebrahim Raisí, quien murió en un accidente en mayo, y sus posiciones no podían ser más opuestas, dentro de los límites que permite el sistema político iraní, dominado por el líder supremo, Ali Jameneí.

En el último mitin del reformista en Teherán, hombres y mujeres están revueltos, abundan los jóvenes, las chicas sin velo y se entona “mujer, vida, libertad”, el himno de las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por no llevar el velo islámico en 2022.

“Creo que el señor Pezeshkian será el artífice de la libertad en Irán, de las libertades sociales que vemos en todo el mundo”, dice a EFE Leila, una optimista periodista.

Más templado se muestra el joven Abolfazl, estudiante de ingeniería de Polímeros de 18 años, quien votará al reformista porque “no ha vendido sueños imposibles de cumplir”, lo que le parece honesto.

“No esperamos que Pezeshkian haga un milagro”, explica el joven que quiere que se relaje la “seguridad” en las universidades y mejore la economía, la mayor preocupación en el país con un 40 % de inflación y 20 % de desempleo joven.

Para la mejora de la economía, el joyero Hasan, de 37 años, considera que Irán debe renegociar el acuerdo nuclear con Occidente de 2015, una promesa de Pezeshkian.

“El acuerdo nuclear fue bueno para Irán, si no hubiese sido así (el entonces presidente estadounidense Donald) Trump no hubiera roto el pacto”, dice en referencia a la salida de Washington del acuerdo en 2018, que llevó a la reimposición de sanciones.

Las posturas no podían ser más opuestas en el último acto de Jalili, que se celebra en la mezquita Mosalla de la capital.

Aquí los hombres y las mujeres están separados, ellas cubiertas con el negro chador que solo deja a la vista la cara, abundan las referencias religiosas y se habla de la continuación del gobierno de Raisí, bajo cuyo mandato aumentó la represión de las libertades sociales y políticas.

“Votaré a Jalili porque es un revolucionario, pero no del tipo del che Guevara, sino como Jomeiní”, dice a EFE Hosein, un “coach” de gestión de empresas de 40 años.

El profesional advierte en contra del “gharbzadegi”, término que significa “intoxicación occidental”.

“La influencia occidental es como una enfermedad”, sostiene, y pone como ejemplo el consumo de alcohol en países occidentales.

Saeid, ingeniero mecánico de 47 años, afirma que Jalili no se mostrará “sumiso ante las potencias mundiales” y cree que es un hombre honesto.

Una tercera visión del país, la abstención

Las encuestas colocan por delante por poco margen a Pezeshkian, cirujano cardíaco de 69 años, quien comenzó la campaña con pocas opciones, frente a Jalili exnegociador nuclear de 58 años, y reputación de “intransigente” y opuesto a Occidente.

En la primera vuelta de las elecciones se abstuvo 60,1 % del electorado, lo que según analistas indica que tanto conservadores como reformistas no votaron, una muestra del profundo descontento con la situación económica y social.

Los dos candidatos han tratado de atraer a esos votantes y a los que apoyaron el conservador moderado Mohamad Baqer Qalibaf, quien quedó en tercer puesto con 3.383.340 votos.

El récord de abstención supuso un golpe para la República Islámica, que siempre ha dado mucha importancia a la participación como prueba del apoyo popular y de su legitimidad.

Así, Jameneí ha llamado una vez más a los iraníes a votar.

“Aquellos que aman al islam, a la República Islámica y el progreso del país deben demostrarlo participando en las elecciones”, dijo la máxima autoridad política y religiosa del país dos días antes de las elecciones.

Jaime León