Pantomima Full en: un sketch de alto riesgo
Alberto Casado y Rober Bodegas llevan juntos más de diez años, desde que empezaron en el ya extinto programa de laSexta Sé lo que hicisteis… De ese programa se llevaron una buena relación con su presentador, Ángel Martín, con el que estuvieron un tiempo colaborando para la plataforma SoloComedia.com. Más tarde, empezaron a hacer una función de humor con un formato diferente al del monólogo, los sketches en directo. Así nació Pantomima Full.
Después de empezar a subir vídeos en los que recogen frases que se oyen en cualquier mundillo de los que trata cada sketch, su contenido comenzó a viralizarse. Si nos pasamos por su canal de YouTube y empezamos a ver sus vídeos, seguramente caigamos en algún amigo o familiar que hable como alguno de los personajes que interpretan. Y es muy probable que tengamos ganas de mandarle el vídeo. Gracias al fenómeno de poder compartir cosas en Internet, tanto la cuenta de Twitter como el canal de YouTube cada vez crecen más. En la actualidad, y siempre y cuando el toque de queda lo permite, presentan en el teatro Cofidis Alcázar su último espectáculo, que han titulado En su cabeza era espectacular.
¿Qué podéis contar de vuestro espectáculo?
Alberto: El espectáculo es puro Pantomima, en el sentido de hablar de mierdas que nos hacen gracia con un tono bastante criticón. Y luego, vamos mezclando momentos de hablar sobre cosas con sketches sobre esas cosas.
Rober: La idea surge de pensar, de los vídeos que hemos hecho durante el año, los que más gracia han hecho o los que más recorrido les veíamos. En el sentido de que a veces hacemos un vídeo y dura un minuto o un minuto y cinco segundos, pero nos quedamos con una sensación de: “Joder, de esto podríamos hacer cuatro vídeos porque este tema da para mucho”. Entonces, esos temas que han gustado y que tienen recorrido los escogemos para el show. Siempre es como una especie de monologuillo, pero audiovisual.
Entonces, ¿el espectáculo es solo monólogo?
Rober: No. Luego, a continuación, interpretamos un sketch que recoge el tema que se ha presentado, donde ya cada uno es un personaje y llevamos la situación a lo absurdo o a ridiculizarla más.
Alberto: Id a verlo. La promo es mala, no apetece, pero está bien.
Rober: Agarraos más a que hemos hecho doscientos vídeos y casi todos están bastante bien.
Alberto: Si los vídeos te gustan, seguro que te mola el show. Si los vídeos no te gustan, pues no.
Hablando de actualidad, ¿diríais que en esta pandemia es más difícil hacer humor?
Alberto: Yo a la gente la veo bastante on fire, en el sentido de que nosotros cuando actuamos sí que hay un ambiente guay. Incluso a veces vemos a la gente como con más ganas, porque creo que al ser de los pocos planes que se pueden hacer, como que la gente lo pilla con más ganas.
Rober: A veces está la gente más junta o más separada, según te admitan más aforo o menos, pero vienen con muchas ganas porque al final eso es lo que vas a hacer en todo el fin de semana. Antes, la gente venía de buen rollo igual, pero no dejaba de ser una cosa más porque estaba todo funcionando. Sin embargo, ahora es como: “¡O me busco algo así o no tengo mucho más que hacer!”. Entonces, yo creo que la gente sí que viene en plan de: “Este va a ser mi ratico diferente de la semana”.
Quizá el humor se hace más necesario en épocas como esta...
Alberto: Sí, sí. Por un lado es necesario y por otro es verdad que, a veces, dices: “Pues no sé, parece que no viene a cuento...”.
Rober: De todas formas, la frase de “ahora que estamos en malos tiempos, el humor es más necesario que nunca” me parece como que la diría un personaje nuestro. Como súper cliché y con poco fundamento. Yo creo que el humor siempre está bien para quien le guste, para quien lo tenga. Creo que, si eres una persona que disfruta riéndose, siempre está guay. Y si eres un puto amargado, seguramente con esto te moleste más que haya gente divirtiéndose: “Oh, pero ¿estos no se han enterado de que lo estamos pasando mal?”. Entonces, para la gente que le gusta reírse, el humor siempre es la base y para los que no, pues ánimo con sus amarguras.
Pero vuestro humor no suele ser muy controvertido. ¿Os ha creado alguno de vuestros trabajos algún problema serio?
Alberto: Con la policía sí que tuvimos un problema. Fue hace unos cuantos años.
Rober: Hará más de 10, a lo mejor.
Rober: Estábamos grabando un sketch para Solocomedia en el que estábamos en mi terraza tomando algo y, de repente, yo me asomaba y veía que uno de la ORA me iba a multar. Y, entonces, bajaba corriendo.
Alberto: Lo que nos hacía gracia de ese sketch es que lo grabábamos desde arriba.
Rober: La idea era grabarlo en plano cenital desde muy lejos, desde un séptimo, como el primer GTA, que era de acción pero en plano muy general.
Alberto: Entonces, nosotros desde arriba veíamos cómo discutía con el de la ORA e íbamos comentando: “Hostia, que le va a multar, que no, que no sé qué...”.
Rober: Esa discusión acababa en que… iba a más y yo mataba al de la ORA.
Alberto: Le metía una puñalada y desde arriba lo estábamos viendo, diciendo: “¡Hostia, que le acaba de apuñalar! Me cago en la puta...”. Y luego le metía en el maletero, le veía una chica y salía corriendo y...
Rober: Y yo salía corriendo detrás de ella, porque era testigo.
¡Menuda peli de acción! ¿Lo teníais bien montado?
Alberto: Qué va, sin medio ninguno.
Rober: Había una chica que nos estaba echando una mano con la producción y estaba en la esquina de la calle avisando a la poca gente que pasaba: “Oye, que vas a ver ahí como una pelea, pero que es un rodaje, no te asustes”. Y justo se piró un momento y era cuando yo estaba agarrando a... No recuerdo si era un tío o una tía.
Alberto: Era la chica que gritaba al ver todo y Rober salía corriendo detrás de ella y la enganchaba para meterla en el maletero.
Rober: ¡A rastras!
Alberto: Y claro, todo esto con la cámara en un séptimo, en una calle random de Madrid.
Rober: Y una señora a la que no habían avisado lo vio y empezó a gritar: “¡Socorro, un asesino!”.
¡Qué follón! ¿no?
Alberto: Pues da la casualidad de que en ese momento pasaba la policía.
Rober: Sí, en la otra esquina justo había unos polis. Así que veo que viene uno corriendo hacia mí, llevándose la mano a la pistola.
Alberto: Yo vi a dos policías corriendo hacia Rober. Me acuerdo de que estaba viéndolo desde arriba y digo: “¡La que se está liando!”. Yo estaba en shock.
Rober: Yo levanto las manos y grito: “¡Es un rodaje!¡Es un rodaje! ¡Es un rodaje!”. El poli se calma y dice: “Pero, ¿cómo un rodaje? ¿Esto qué es?”. Y yo: “Sí, es que estamos grabando una cosa para Internet, me están grabando desde allí”. Señalo mi terraza, pero el realizador había visto el panorama y se había pirado. Y entonces, donde yo esperaba que se viese una cámara asomada que diese verdad a lo que yo decía, no había nada.
Alberto: El realizador se acojonó tanto que se escondió. Le pareció tan grave lo que podía ocurrir que no quiso verlo. El cabrón se escondió de los nervios que le entraron.
Rober: ¡Pero tú estabas arriba!
Alberto: Sí, yo estaba asomado. Yo sí que quería ver lo que pasaba.
¿Y cómo acabó aquello?
Rober: El poli me dijo: “Esto no podéis hacerlo así, tenéis que avisar...”.
Alberto: Y con razón.
Rober: Con toda la razón. Tenía toda la lógica ¿no? Porque de repente estoy yo ahí agarrando a una tía, la tía gritando... pues pasó una señora y… claro que si fuera un rodaje en el que está el cámara enfrente pues enseguida se le ve y no pasa nada. Pero como la cámara estaba en un séptimo en la otra acera pues… con esa situación el policía venía así como…
Alberto: Sí, con la mano en la pistola. El tío incluso con un punto de “¡Por fin ocurre algo!”.
Rober: Por fin, después de 15 años en el cuerpo, ese día podía entrar en casa diciendo: “¡Cariño, no te vas a creer lo que me ha pasado hoy!”.
¿Se enfadó? ¿Te multó?
Rober: Sí, me echó buena bronca… El tío la verdad es que era un good policeman y fue muy majo, muy comprensivo. Me trató como a un niño, básicamente.
Alberto: Que es lo que éramos, mentalmente al menos, por estar haciendo eso. Pues esto fue hace nueve años...
Rober: Sí, diez años o por ahí, sí, debe ser de 2011 o 2012. Pero joder, ¡qué actor, ahora que lo pienso!
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