Ayer cayó en mis manos una cinta de esas antiguas de cuando uno era pequeño y recuerdo la primera vez que me vi en video. Lo escribí hace mucho, pero lo rescato parcialmente. Fue una experiencia extrañísima porque no fui consciente de muchas cosas. Lo más gracioso es que al enseñar el video me dijeron, se te veía muy feliz. Y mi respuesta fue: “Porque no era consciente de lo que me pasaba”. Y eso es algo llamativo. Uno no es consciente de muchísimas cosas que pasa por alto porque no las siente en carne propia. Es decir, no es que no ocurran, pero uno no tiene conciencia de ser de tal o cual manera. Es como la frase tan conocida “La tontería se nota más para el resto que para uno mismo”. Pues esto es algo así.
Y es que la percepción que uno tiene de uno mismo, muchas veces, no tiene nada que ver con la imagen que exportamos al mundo. Tampoco la imagen que el resto nos da sobre nosotros es totalmente cierta, juegan muchos factores ahí. Varias percepciones subjetivas funcionando a toda castaña para conformar una imagen de lo que llamamos la realidad. Pero eso es algo cuestionable. Porque muchas veces callamos, o no mostramos una parte de nosotros que creemos que nos puede venir mal en ese momento. Somos como la punta de un iceberg, sólo se ve una parte pequeña pero por dentro pasan muchas cosas que no se ven y sólo las sabe uno mismo.
Lo de analizar y tener empatía es algo que brilla por su ausencia, en lineas generales, en esta sociedad de hoy. Es verdad que hay casos en los que la humanidad te reconforta.
Es curioso como las personas que generalmente lo tenemos más complicado somos las que más analizamos todo, las que empatizamos más, las que nos damos cuenta antes de las cosas. Hablo en general, claro, que siempre está el típico desagradable que mira por sí mismo porque cree que el mundo le debe algo.
Es curioso como durante estos años hemos ido viendo diferentes comportamientos de las personas que no tienen discapacidad. Y ahora que entra este año 2019, he vuelto a ver cosas que me chirrían. Estoy un poco cansado de comedias francesas sobre discapacidad. Ahora viene una que se llama 'Sobre Ruedas' y no he visto más que el trailer, pero el planteamiento ya me da bastante pereza. No os contaré mucho por si os apetece verla, pero este que escribe, “Grinch” de las películas de discapacidad, no está dispuesto a gastarse la pasta en ver semejante cosa.
Que la acabaré viendo es un hecho, como 'Intocable', que también tendré una visión crítica y afilada sobre lo que debería ser la representación de las personas con discapacidad, también. Y creo muy necesario tener una visión crítica para con los mensajes que llegan de ciertas películas.
Tenemos que aprender a vernos mejor, a entender que la empatía es necesaria, a ver que muchas veces callamos cosas y que tenemos que mirar dentro.