El alumnado de Arte Dramático de Sevilla regresa a las aulas tras la expulsión del profesor acusado de mala praxis y abuso
“Hoy caminamos por unos pasillos más seguros”. Con estas palabras, alumnas y alumnos de la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla celebran la vuelta a las aulas, tras varias semanas de “inasistencia colectiva justificada”. El alumnado decidió vaciar la Escuela el pasado 13 de febrero, día en que se incorporaba de una baja un profesor denunciado pública y judicialmente por abuso de poder, mala praxis y acoso sexual. Desde entonces, los estudiantes han llevado a cabo numerosas movilizaciones y actos de protesta para instar a la administración pública a actuar en favor de las posibles víctimas.
Finalmente, la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía, responsable de este centro de titularidad pública, ha determinado aplicar “las medidas cautelares” que ha propuesto la inspectora de referencia tras un periodo de investigación. De modo que, según informan fuentes de la Delegación Territorial en Sevilla consultadas por este diario, se ha suspendido de empleo y sueldo al presunto abusador, que ya se encuentra fuera de la Escuela desde finales de la semana pasada.
“Gracias al gran esfuerzo realizado para ser escuchados y escuchadas, a los medios por darnos voz, y a las instituciones por hacerse eco de todo lo que estaba sucediendo, se ha podido solventar aquello que nos atañía”, han expresado los alumnos en un comunicado al que ha tenido acceso este periódico. En el escrito, se anuncia que retoman su formación “de manera habitual”, toda vez que “la persona que hacía de nuestra escuela un lugar menos seguro ha dejado de formar parte de nuestro equipo docente”, tal y como han informado los representantes del alumnado a través de sus canales de comunicación.
“Hacer de nuestra casa un lugar seguro”
Con este paso, el grupo de alumnos y alumnas que se movilizó para exigir protección alcanza su “primer objetivo”, recuperar la normalidad y avanzar hacia la seguridad del centro que consideran su “casa”. Por ello, las futuras intérpretes con las que ha podido hablar este periódico admiten sentirse “aliviadas” y satisfechas“ por el propósito logrado.
No obstante, aseguran que “la lucha sigue”. “Seguiremos luchando para que la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla y todo nuestro entorno artístico sean lugares completamente seguros y así poder erradicar este mal endémico”, en referencia a “la mala praxis pedagógica y el abuso de poder” que perciben generalizado en las escuelas de arte dramático de todo el panorama nacional.
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