Estudiantes propalestinos acampados en Sevilla critican que la Universidad “trata de restar visibilidad” a la protesta

Jóvenes universitarios instalando anoche las tiendas

Inmaculada Calahorro

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Estudiantes de la Universidad de Sevilla han invitado al rector, Miguel Ángel Castro, a mantener un diálogo abierto en alguna de sus asambleas para la gestión de las acampadas propalestinas que comenzaron este lunes en el césped de la entrada principal del Rectorado. La Hispalense se ha mostrado dispuesta a dialogar en sus comunicaciones oficiales, acusando de “actuar unilateralmente” al alumnado y a representantes del colectivo PalestinUS, que había solicitado formalmente la cesión de un espacio en la lonja universitaria para celebrar una reunión y permiso para una posterior acampada en ese lugar. Los estudiantes piden que esas reuniones se celebren de forma abierta para evitar conflictos derivados de la “falta de transparencia” de la Universidad, según critican, echando en cara que traten de “restar visibilidad” a la protesta que lucha contra “el genocidio de Israel” en la franja de Gaza.

Los universitarios pertenecientes a la plataforma de la Hispalense Solidaridad con Palestina (PalestinUS) han denunciado este martes ante SevillaelDiario.es que el Rectorado no solo responde “con lentitud” a sus peticiones sino que pretende “restar visibilidad al movimiento”. Desde la plataforma han informado que, pese a que el Rectorado tenía conocimiento de que el lunes se iniciaban las acampadas, el equipo rectoral “no respondió sobre la cesión del espacio hasta este mismo día a las siete de la tarde, ofreciéndoles un espacio diferente al que habían pedido”.

“Nos ofrecieron acampar en las puertas de la Facultad de Geografía e Historia, espacio con falta de visibilidad. Eso no era lo que les habíamos pedido”, informa Lucía, perteneciente al equipo de comunicación de las acampadas, que suman una veintena de tiendas en la que se ubican más de medio centenar de personas.

Sobrevigilancia del espacio universitario

Alumnos, transeúntes y miembros de la plataforma ya advirtieron el pasado viernes la presencia de una excesiva sobrevigilancia en la puerta del Rectorado, algo “nunca visto en las puertas de un edificio al que cada día acceden cientos de turistas”. Esta sobrevigilancia se acompañó del cierre de accesos a determinadas zonas del interior del edificio que coincidían con los puntos donde alumnos tenían previsto reunirse, de acuerdo a sus quejas.

Desde la Universidad de Sevilla han explicado que la elevada presencia de personal de seguridad y el corte de accesos viene motivada por los preparativos y el inicio del I Encuentro Iberoamericano de Patrimonio, y no exclusivamente por las acampadas. El control se ha intensificado a raíz del inicio de las acampadas, con el vallado de la zona donde los alumnos tenían previsto acampar. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para los alumnos, quienes retiraron las vallas y han asentado allí el campamento.

Cierre del acceso a los baños

PalestinUS ha advertido que la primera noche de acampadas ha estado marcada por el intento de cierre de los baños de la facultad, algo que los alumnos trataron de impedir enfrentándose al personal de seguridad. A la espera de que la US se posicione, los universitarios afirman que la Hispalense solo estaba dispuesta a ceder los baños en el otro espacio. La propuesta presentada por el rectorado fue salir al servicio de un bar muy cercano, “negándonos el acceso a luz y agua”, deuncia Jesús Presa, perteneciente también al comité de comunicación de las acampadas.

A lo que se presumía como una acción estudiantil se han sumado padres, madres y personas ajenas a la comunidad universitaria, quienes de forma desinteresada colaboran y donan materiales y alimentos. En este sentido, desde la plataforma plantean crear una hucha de fondos para apoyar la protesta

Uno de los principales objetivos de esta movilización estudiantil es la ruptura de convenios con universidades israelíes, cuestión respecto a la que ya se ha posicionado Castro, considerando “una injerencia absoluta que alguien opine qué convenios pueden firmar las universidades y cuáles no”, lamentando respuestas como la recibida por la Consejería Educación, Ciencia y Universidades de la Comunidad de Madrid, que ha cuestionado la decisión de los rectores de las universidades de España de suspender los convenios en vigor con centros de estudios israelíes que no expresen de forma firme su compromiso con la paz.

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