La intención del PP de subir un 30% el precio del agua en Sevilla se choca con que le faltan los votos necesarios

El gobierno local calcula que la subida del precio en la mayoría de hogares será del 22%.

Antonio Morente

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El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz (PP), ha puesto sobre la mesa una subida de la tarifa del agua del 30% en los próximos dos años, con un encarecimiento del 20% en 2024 y un 10% adicional el ejercicio siguiente. Emasesa, la empresa metropolitana de aguas, ya ha elaborado una primera propuesta en la que se recoge que los hogares sevillanos tendrán que pagar entre un 18 y un 46% más, pero para que todo esto se haga realidad los populares necesitan un compañero político en este viaje, y por ahora no lo tienen. Tanto PSOE como Podemos-IU e incluso Vox han anunciado que están en contra de este incremento, lo que daría al traste con la operación ya que, por mucho que haya otros municipios en el consejo de administración de Emasesa, la última validación reside en el pleno del Ayuntamiento de Sevilla, que controla dos tercios de la compañía. Y por ahora, las cuentas no salen.

El documento tarifario sobre el que se trabaja prevé que las viviendas con consumo eficiente bonificado pagarán un 18% más entre 2024 y 2025, encareciéndose en función de si el consumo es normal (22%), alto (31%) o muy alto que, con un 46%, supondría el mayor incremento de todos los previstos. Los usos industriales y comerciales se gravarán un 30% y se creará una tarifa específica para hoteles y apartamentos turísticos, que tendrán que pagar un 40% más que ahora. Lo que se gaste en dependencias municipales será un 20% más caro, y por primera vez los ayuntamientos tendrán que pagar por el agua potable que se use para regar.

Con estos incrementos, Emasesa calcula que recaudará 35,3 millones de euros más entre 2024 y 2025, lo que le permitiría compensar los 14,5 millones de gastos extraordinarios (que podrían alcanzar hasta los 17 millones) provocados por la sequía, además de llegar a 2027 con una reducción de 10 millones de la deuda bancaria. La compañía, por cierto, está elaborando un nuevo plan de inversiones dotado con 178,4 millones, incluyendo aquí los 35,3 extra que conseguirá con la subida de tarifas.

Sin acuerdo político

Pero para que todas estas cifras se traduzcan en hechos hace falta un acuerdo político que a día de hoy no existe, tal y como se ha evidenciado en el pleno municipal de este jueves. Curiosamente, el grupo que se ha mostrado más crítico ha sido Vox, la formación más próxima al PP, lo que no ha impedido que haya anunciado que se opondrá a lo que su portavoz, Cristina Peláez, ha definido como un “atraco a mano armada”. De hecho, esta formación ha abogado por la búsqueda de otras fórmulas “antes de meterle la mano en el bolsillo a los sevillanos”, abogando por aportaciones extraordinarias de los ayuntamientos o una ampliación de capital, lo que para el alcalde de Sevilla no deja de ser un eufemismo porque al fin y al cabo el dinero acabará saliendo de los ciudadanos.

Sanz se ha escudado en que el incremento del 30% “no me lo invento yo, se lleva hablando desde hace año y medio”, es decir, que lo habría impulsado el anterior gobierno socialista. Ha recordado que la última subida del precio fue en 2013 (en 2020 se actualizó el IPC), ha puesto el acento en que Emasesa tiene el metro cúbico de agua más barato de la provincia y ha achacado el problema al anterior alcalde, Antonio Muñoz, que “cometió la irresponsabilidad de no explicarle a la ciudadanía que había que subir” la tarifa.

El PSOE se encuentra en una situación cuanto menos curiosa, ya que en la capital su posición de partida es oponerse al incremento, lo que en principio choca con lo que puedan decidir los regidores socialistas de los grandes municipios también abastecidos por Emasesa: Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, La Rinconada y Camas. El grupo municipal considera de partida que esto no le condiciona y se mantiene en el no, como también Podemos-IU y Vox. Teniendo en cuenta que el PP cuenta con 14 concejales (la mayoría absoluta está en 16), los mismos que suma el bloque de izquierdas, los populares necesitarían al menos la abstención de los tres ediles de Vox para sacar adelante la propuesta con el voto de calidad del alcalde, como ya ha ocurrido en más de una ocasión desde que se inició el actual mandato.

Subida del 22% para la mayoría de usuarios

Los grupos de la oposición han demandado que se les haga llegar el estado de las cuentas de Emasesa y que se aborde el posible incremento de tarifas “con rigor y seriedad”, ya que por lo pronto el PP no mantuvo reuniones previas y acabaron enterándose por la prensa de las intenciones del gobierno municipal. Ante este panorama, ¿cuál es el margen de maniobra que tiene el PP? Pues negociar, no le queda otra. “La idea es consensuar fórmulas que minimicen el impacto económico que pueda tener en la sociedad esta necesaria actualización tarifaria”, ha apuntado el delegado municipal responsable de Emasesa, Juan de la Rosa, que incide en que la subida para la mayoría de usuarios será del 22%.

“Me sería más fácil decir que no subimos la tarifa”, ha apuntado el alcalde, José Luis Sanz, que ha enumerado los factores que han complicado la situación económica de la empresa de aguas que justificarían este incremento: el aumento de costes por la sequía, el encarecimiento energético, las inversiones acometidas (tanto en mejora de redes como en tecnología) y el aumento del ahorro en el consumo, que es una buena noticia ante la falta de agua, pero a la vez supone que se factura menos. La clave para obtener el apoyo de alguno de los partidos de la oposición pasará sobre todo por reforzar las tarifas sociales, aumentar las bonificaciones y tener en cuenta el nivel de renta de los consumidores. Sólo así podrá sacar adelante un aumento tarifario que, a día de hoy, no podría aplicarse.

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