La memoria democrática también se educa: el Colegio Aljarafe integra “la Historia silenciada por la dictadura”
Febrero de 2022: la Comisión de Educación y FP del Congreso de los Diputados aprueba, con la oposición de PP y Vox, una proposición no de ley para instar al Gobierno a incluir la memoria histórica en los currículos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato para el curso 22-23. Final del curso 17-18: el Claustro del Colegio Aljarafe, en Mairena del Aljarafe (Sevilla), aprueba componer un “enorme mosaico” desde Infantil a Bachillerato sobre la memoria histórica. Este centro educativo, que este año cumple su 50º aniversario, lleva ya tiempo construyendo con el alumnado “una parte de nuestra historia, una historia reciente pero silenciada por cuarenta años de dictadura y otros tantos de silencio”, integrándolo en su modelo educativo a todos los niveles y asignaturas.
El proyecto de Educación de la Memoria arrancó en el curso 2018-2019 tras la aprobación de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, de marzo de 2017, pero, como es costumbre del colegio, la idea ha quedado incorporada a un proceso más amplio de “trabajo, reflexión, construcción colectiva del conocimiento, de largo recorrido, partiendo de historias personales o familiares” que, a día de hoy, sigue componiendo ese gran mosaico que se propusieron en esa materia, a todos los niveles y desde diferentes asignaturas, “adecuándolo a las edades de cada curso” con multitud de actividades, según explica a este periódico la coordinadora de memoria democrática del centro, Rosario Santos. “Nuestras niñas y niños tienen el derecho a conocer este pasado reciente y sus protagonistas para entender su presente, para convertirse en ciudadanos en una escuela que enseña para la Vida, que es coeducativa y que educa en la libertad”, exponen desde el colegio, inaugurado en abril de 1972 con una previsión de unos 600 alumnos para el primer curso de aquel septiembre.
Con la obra del Guernica de Pablo Picasso que cubre las paredes de uno de los patios del Colegio Aljarafe como testigo y leit motiv del centro, se han celebrado y analizado historias de vida (de poetas, pintores, científicos, ciudadanos), lecturas, charlas-coloquio, audiciones musicales, teatros, películas, visitas a exposiciones o visitas incluso a las fosas comunes del cementerio de Sevilla. Se trabajan “pequeños fragmentos de nuestra Historia más reciente”, de la que ocupa el tiempo que va desde la II República a la transición democrática. “Memoria frente a olvido y construcción de nuestra Historia en el ámbito del conocimiento científico como corresponde al ámbito educativo”, argumentan en un completísimo site que han creado específicamente para aportar instrumentos y documentos que puedan ayudar a profesorado y alumnado a trabajar con la memoria histórica como un continuo, no solo en un día o en una semana en particular.
El Colegio Aljarafe, convertido en 1985 en una cooperativa, actualmente con 52 cooperativistas, es “un ejemplo en Andalucía de economía social centrado en un modelo educativo laico”, explican desde el centro con motivo de sus cincuenta años de vida, tiempo durante el cual más de 5.000 alumnos han pasado por sus aulas. Con su “método asambleario” el alumno “aprende a ejercer una ciudadanía participativa y crítica con los valores democráticos de fondo”, argumenta el colegio, que presume de “seguir siendo una escuela abierta, donde se da la confianza al alumno para que ejerza la libertad y aprenda el juego de responsabilidades que conlleva esa libertad”. Una “herencia de libertad y apertura que se plasma hoy en día en un compromiso con la memoria histórica” o el medio ambiente, entre otras cuestiones.
Múltiples actividades
Esa construcción de “un patrimonio cultural común que proporcione criterios para educar ciudadanos críticos”, como recuerda la coordinadora, ha recibido incluso el respaldo de los ministerios de Educación y de Presidencia que, en una convención celebrada en Madrid el pasado noviembre, valoraron la posibilidad de trabajar todos los temas relacionados con la memoria democrática en todas las etapas educativas y desde distintas áreas. Fue “un incentivo” para continuar ese trabajo de investigación y conocimiento para “integrarlo cada vez mejor y de forma más extensa” en su proyecto curricular. Una experiencia y un modelo “que era factible de realizar”, según apunta la coordinadora, indicando que también han recibido el apoyo de Amnistía Internacional, que se hizo eco del proyecto en su revista de educación y derechos humanos.
“Para el alumnado ha sido especialmente gratificante y muchos padres han participado también con nosotros, porque lo hemos hecho con mucho respeto y seriedad”, explica Santos, que da clase de Geografía e Historia en 4º de ESO y Bachillerato, haciendo extensivo el estudio de la memoria democrática más allá del ámbito de las ciencias sociales y abarcando más asignaturas. El activista memorialista Cecilio Gordillo, de la asociación 'Todos los Nombres', acompañó al alumnado a una visita a las fosas del cementerio de San Fernando, entre ellas Pico Reja. También se celebró la exposición 'El ADN de la memoria', donde miembros de la asociación 'Nuestra Memoria' leyeron textos sobre sus familiares asesinados y desaparecidos en un acto dirigido a madres, padres, profesores y vecinos de Mairena del Aljarafe. O Paco Acosta, de CCOO que fue encausado en el Proceso 1001, entre los años 1972 y 1973, y condenado junto con los líderes sindicales por el Tribunal de Orden Público. Participó en una charla-coloquio con alumnos de Secundaria.
También pasó por el Colegio Aljarafe el historiador Alberto Carrillo-Linares, quien habló del poder de la música en una charla organizada por la profesora de música sobre las canciones de la Guerra Civil y, sobre todo, las canciones de las Brigadas Internacionales. Pura Sánchez, profesora e investigadora, presentó sus investigaciones en torno a la represión a las mujeres en el franquismo basadas en los expedientes de depuración recogidas en su libro 'Individuas de dudosa moral', entre otras publicaciones. O la familia Durán Lozano, en particular la bisabuela, quien relató su historia y la de su hermano, desaparecido en Badajoz en los primeros días de la sublevación militar de 1936. Manuel Velasco, presidente de la asociación 'Guerra y Exilio', quien presentó un documental sobre el exilio, con la participación por videoconferencia en el coloquio posterior de Francisco Martínez 'el Quico', uno de los últimos guerrilleros contra Franco.
Un proyecto con continuidad
Santos señala que en el curso 18-19 se decidió dar un “fuerte empuje” a la cuestión con la idea de darle continuidad en los años siguientes, si bien la pandemia frenó en gran parte la idea. Durante todo el año pasado, una vez solventadas las mayores dificultades de la Covid-19 en el ámbito escolar, se abordó la figura Miguel Hernández, condenado a muerte en 1940. Plástica, literatura, Historia, etc. integraron esa figura, con lecturas de poemas a cargo del alumnado de Infantil, o un gran mural a cargo de Bachillerato. Federico García Lorca centra las inquietudes educativas en este ámbito en este curso, apunta la coordinadora, compaginando su recuerdo con los fastos del 50º aniversario del colegio. La presencia del historiador Julián Casanova pondrá el colofón el próximo 20 de mayo a la revisión histórica del poeta de Fuente Vaqueros, asesinado en agosto de 1936.
El proyecto ha alcanzado diversos ámbitos escolares. “Alumnado de Primaria han trabajado las matemáticas sobre las cartillas de racionamiento de la posguerra, por ejemplo, integrando algunos elementos para asimilar con más facilidad esas cuestiones. También realizamos una exposición con objetos cotidianos de los años 30 o 40 aportados por los padres y madres, que aportaron mucho conocimiento y muchas actitudes a niños muy pequeños. Son cosas que van calando y que hemos incrustado en nuestro trabajo cotidiano. O votaciones en Infantil donde solo votaban los niños, explicándoles que poco a poco se consiguió que las mujeres pudieran votar. Ir trabajando en derechos humanos, en definitiva, que es de lo que se trata”, comenta.
Según recuerda el colegio en este sentido, “no se trata de hacer otra Historia sino una Historia que incluya a los débiles, a los marginados a los vencidos. La Historia de aquellas mujeres que conquistaron sus derechos o ejercieron altas responsabilidades políticas y que acabaron perdiendo sus derechos civiles, de aquellos niños exiliados que no volvieron nunca a España, de los que lucharon en dos guerras dejando su juventud o de aquellos casi adolescentes perdidos en los campos de exterminio. Y dar voz a aquellas generaciones que sufrieron una España de aislamiento, pobreza, cartillas de racionamiento, de emigración y silencio. Es nuestra obligación llenar las aulas de verdad, la del conocimiento histórico; de memoria, para no olvidar nuestra Historia y sus protagonistas; y de justicia y reparación, para compensar los muchos años de olvido”. Y, así, recordar al menos una palabra cada día para que no sean víctimas de la desmemoria porque, como escribió García Lorca, “callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos echar encima”.
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