Un perro y un robot en el Nueva York de los 80: Sevilla desvela las claves de 'Robot Dreams', la película de animación del año

La muestra ofrece un recorrido por el entramado artístico de esta película ambientada en Nueva York, pero que es "muy sevillana"

Sara Rojas

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Robot Dreams encierra una historia sobre el poder de la amistad, protagonizada por un perro y un robot que logra conmover porque “es mucho más que emocionar”. Por eso, cuando Pablo Berger, director de Blancanieves (2012), terminó la novela gráfica del mismo nombre firmada por Sara Varon, vio en su mente “la película acabada” y un final “tan poderoso” que quiso compartir, adaptándolo a la gran pantalla desde su visión cinematográfica. Se aventuró entonces a crear su primer filme de animación, pero para ello necesitaba implicar a “los mejores compañeros de viaje”. De ahí que llamara a José Luis Agreda para proponerle ser el capitán de la dirección de arte.

El ilustrador sevillano aceptó de inmediato, aunque le asaltaran dudas –“¿me interesará la historia?”–. Incógnitas que se esfumaron en el momento en que conoció a Dog y Robot, y se dejó enamorar por una película que tiene “corazón y alma”. A partir de ahí, se embarcaron juntos en el proceso de construir –“mano a mano”– el universo en el que los protagonistas cobrarían vida en el Nueva York de los años ochenta.

Los entresijos de esa aventura que ha durado más de cuatro años se pueden contemplar recogidos en una exposición inaugurada recientemente en el marco de la 20 edición del Festival de Sevilla (SEFF), que se celebra en la ciudad hasta el próximo 29 de noviembre. La muestra, comisariada por el propio José Luis Agreda, se puede visitar hasta el domingo 10 de diciembre en la sala de exposiciones del Ayuntamiento hispalense. Este espacio ofrece un recorrido por el entramado artístico de Robot Dreams, pasando por las distintas fases de la creación de esta joya de la animación que está llamada a ser “la película del año” en este campo, según manifestó en la inauguración Manuel Cristóbal, nuevo coordinador del SEFF, demostrando que se trata de una las propuestas de animación más relevantes del 2023 en toda Europa.

De los primeros pasos hasta el diseño final

Un total de seis paneles informativos integran esta exposición que sirve para dar a conocer de manera “didáctica” el trabajo de un departamento “no demasiado reconocido” como es el de Arte, tal y como explicó José Luis Agreda durante el acto inaugural. El recorrido comienza con una aproximación a los primeros pasos que fueron dando el director artístico y el director y guionista de la película, Pablo Berger, en un ambiente de absoluta “complicidad” y “confianza”. El objetivo de esta fase inicial era definir el estilo gráfico de los fondos, atmósferas y personajes que iban a habitar el universo cinematográfico de Robots Dreams, partiendo de los diseños originales del cómic homónimo de Sara Varon, hasta dotarlo de unos recursos expresivos que consiguen hacer latir el largometraje con personalidad propia.

Una vez decidido el estilo y el tono de los dibujos (plasmados en el storyboard), llega el momento de concretar a los personajes. Algo parecido a la fase de casting en ficción, en la que los ilustradores ofrecen varias opciones al director y este decide cuál es el prototipo que encarna mejor su idea del personaje. La evolución que han experimentado los protagonistas desde los primeros bocetos hasta el diseño final se puede observar en el segundo de los paneles que conforman la muestra.

Al igual que la novela gráfica, la adaptación cinematográfica de Robot Dreams prescinde de los diálogos para asumir el reto de escribir, a partir de imágenes y música, un cuento audiovisual “donde todo es posible”. En lugar de palabras, el departamento de Arte se ha servido del color y la luz de la ciudad para lograr transmitir las sensaciones de los personajes, concediendo al espectador las herramientas con las que recrear en su imaginación las conversaciones, emociones y reflexiones de los protagonistas. De esta forma, las mismas localizaciones reciben un tratamiento diferente, en función de las estaciones, los estados mentales y, en definitiva, de las necesidades dramáticas que marcaba la narrativa.

Un viaje al Nueva York de los años 80

En paralelo, el equipo de Arte ha concedido especial importancia a diseñar los decorados y espacios en los que transcurre la trama. Para Pablo Berger, esta película es su particular “carta de amor a Nueva York”, la ciudad donde vivió durante diez años. De modo que le interesaba que los fondos de este mundo de animación “respirasen verdad”, en palabras de su compañero Agreda, quien se inició en la dirección de arte con Buñuel en el laberinto de las tortugas.

En ese sentido, buena parte de la exposición está dedicada a explicar con detalle el proceso de creación de cada uno de los barrios de la ciudad, concebida como un personaje más. De ahí que los ilustradores crearan desde la premisa de transmitir autenticidad y evocar la identidad que caracteriza a cada distrito, esbozando un retrato fiel de sus habitantes y su arquitectura urbana. Por todo ello, la cuarta película del director de Abracadabra (2017) se presenta como “un viaje” en el espacio y en el tiempo, que lleva al espectador directamente al corazón de Nueva York a mediados de la década de los 80 y lo invita a pasear por Central Park, perderse en China Town o alojarse en un apartamento ubicado en Chelsea, el mismo barrio que acogió a Pablo Berger durante una década.

De hecho, durante un encuentro con estudiantes celebrado este viernes en el Cine Cervantes dentro de las actividades del proyecto SEFF Educación, el propio director y guionista de Robot Dreams ha confesado que el filme esconde numerosas referencias a su propia historia de vida. Desde la canción que vincula a los dos protagonistas (September, “una de mis favoritas”), hasta la casa en la que vive Dog (una réplica de la suya cuando vivió en Nueva York) o la dirección que figura en una de las postales que aparecen en la cinta y que se corresponde con su último alojamiento en la ciudad neoyorquina.

Recomendada para niños y mayores

Esas han sido algunas de las curiosidades que ha compartido Pablo Berger, después de que el alumnado de diferentes institutos sevillanos asistiera en exclusiva a la proyección de la película que se estrenará en el Festival de Sevilla este sábado 25 a las 17:00 y en cines el 6 de diciembre. A continuación, los jóvenes han podido resolver dudas y profundizar en la historia de Dog y Robot conversando con Pablo Berger y José Luis Agreda. Durante el coloquio, algunos estudiantes han tratado de rebatir el final de Robot Dreams con sus creadores, quienes han tratado de tranquilizar al público diciendo que “las películas no acaban aquí, los personajes siguen viviendo” y avanzado “en primicia” que ya piensan en trabajar en una secuela.

Asimismo, el director de arte ha recomendado a los chavales que visiten la exposición ubicada en el Consistorio sevillano para poder profundizar en su proceso creativo y contemplar algunos objetos curiosos relacionados con la película, como fotos de su estreno en el Festival de Cannes, los pósteres de la película para Francia y España o el Premio Contracampo que ganaron en el prestigioso Festival de Annecy, el más importante del mundo en este género. 

Respecto a la muestra, el coordinador del SEFF manifestó en el acto de inauguración que con esta exposición “reivindicamos no solo la película, sino el trabajo artístico de un sevillano”. En esa línea, la delegada de Cultura del ayuntamiento de Sevilla, Minerva Salas, defendió que con la exhibición de este entramado artístico que precede a Robot Dreams se pone de manifiesto que desde la ciudad de la Giralda “se puede hacer, arte, cultura y cine”.

La película es, de hecho, “muy sevillana”, como ha afirmado el propio Berger durante el encuentro de SEFF Educación, en alusión a que dos de los miembros del equipo –al frente de funciones fundamentales como el montaje (a cargo de Fernando Franco) o la dirección de arte (encabezada por José Luis Agreda)– son de Sevilla.

Por todo ello, el comisario de la exposición se ha declarado “orgulloso” de que su ciudad rinda tributo a su trabajo y brinde la oportunidad a los aficionados al cine (y no solo de la animación) a adentrarse en el mundo de Dog y Robot. En ese sentido, ha indicado que si bien la exposición cuenta con un enfoque lúdico y con actividades para los más pequeños, está pensada también para el público adulto, pues la adaptación al cine de Robot Dreams tiene la capacidad de accionar las emociones más íntimas del espectador y de generar una conexión entre las vivencias de Dog y sus propios episodios de soledad, pérdida y superación, haciéndole recordar a ese amigo íntimo, a ese Robot, al que estará unido para siempre, aunque la vida los lleve por otros caminos.

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