Poemas con aroma de barrio: los mercados de Sevilla despachan “versos frescos” por el Día de la Poesía
Además de fruta de temporada, carne y pescado de primera calidad, este 21 de marzo las plazas de abasto de Sevilla han ofrecido “versos con denominación de origen”, “poemas ibéricos” y el mejor género de “poesía fresca” a quienes se han asomado al mercado para hacer los mandados. Con esta iniciativa, el Ayuntamiento, a través del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), ha querido celebrar el Día Mundial de la Poesía, acercando la lírica a los espacios cotidianos de los sevillanos y contribuyendo así a vincular la cultura a “un producto cotidiano, sostenible y de primera necesidad”, con cabida en el día a día del barrio.
De esta forma, durante la mañana en que se ha inaugurado la primavera, los tenderos de los 15 mercados municipales que alberga la ciudad han estado repartiendo entre sus clientes las 9.000 bolsas de papel reciclado que se han impreso con poemas inéditos escritos para la ocasión por nueve poetas locales de distintas generaciones y estilos: Braulio Ortiz Poole, Victoria León, Carmen Camacho, David Eloy Rodríguez, José María Gómez Valero, María Domínguez del Castillo, Daniel Mata ‘El Callejón del Gato’, Macarena Gálvez Maldonado y Alejandra Vanessa.
En la carnicería de Germán, enclavada en el mercado de San Gonzalo, Salud ha sido la primera clienta en llevarse una bolsa poética con la firma de José María Gómez Valero: Ay, Sevilla, hermosa muchacha de ojos grandes, chiquilla descarada, orgullosa y valiente, dime al oído cuál es tu secreto, esa canción que cantas para burlar la muerte. Precisamente, ha sido en este mercado - ubicado en la plaza San Martín de Porres - donde se ha llevado a cabo, además, una performance poético-musical protagonizada por los propios autores de los versos serigrafiados. De viva voz, han recitado por los distintos puestos versos de cosecha propia, mientras despachaban como regalo tarjetas con poesía servida al momento junto a ramitas de perejil.
Poesía de la gente
El primer “poema fresco” de la mañana lo ha recogido Julia, una vecina asidua del mercado que se confiesa amante de la literatura. “La poesía es necesaria como el pan de cada día”, dice parafraseando a un poeta cuyo nombre no recuerda. “Me gusta la gente valiente, que va contracorriente, por eso hay que felicitarlos”, señala esta señora dedicando una mirada cómplice a los poetas, justo antes de marcharse a casa con la compra en el carro y la poesía colgando del brazo.
Otros vecinos como Teresa o Guillermo, aun reconociendo que no son lectores de este género, opinan que se trata de una actividad “curiosa y divertida” que ha sido capaz de inundar por un día el mercado con otro tipo de frescura: la de las palabras. “Está esto la mar de animado hoy”, celebra en este mismo sentido una compradora. Saliendo del recinto, Loli se muestra entusiasmada porque sabe que a su nieto de 8 años le va a encantar la bolsa, pues cuenta que el pequeño está empezando “en esto de la poesía”.
Todas estas emociones las capta desde su puesto de frutas y verduras la tocaya de la anterior clienta, quien asegura que la iniciativa está teniendo muy buena acogida. “Se van muy contentos”, garantiza con el asentimiento de María Ángeles - “hacen falta más días así” - y Antonio, que elogia el componente sostenible de la iniciativa al entender que es “una manera de concienciar” sobre el cuidado del medioambiente. También Miguel Serrano, pescadero, encuentra “extraordinario” que se promuevan acciones culturales en espacios tan propios de la ciudad como son las plazas de abasto.
Por algo Carmen Camacho reivindica “el valor de uso” de los poemas: “La poesía es de la gente, los poetas no representamos la voz de nadie, más bien recogemos su eco y con esta acción la compartimos con ellos con mucho respeto para que podamos vivir con las gafas de poetas puestas”, defiende en conversación con este periódico. Junto a ella, otro de los poetas participantes, David Eloy Rodríguez, aboga por celebrar la poesía cada día, más allá de la efemérides que considera “un recordatorio social”.
Brotes inesperados
En cualquier caso, la emoción palpable en el público se ha cruzado también con los sentimientos de los poetas que han estado presentes. “La poesía a mí me ha salvado”, declara Braulio Ortiz apretando su poemario contra el pecho. Notas de agradecimiento se han desprendido también de las palabras de las dos autoras más jóvenes, María Domínguez del Castillo y Macarena Gálvez Maldonado (20 y 25 años respectivamente), quienes consideran este encuentro como una oportunidad para dar a conocer sus creaciones en un ambiente cercano al lector.
“Es una iniciativa bonita y necesaria porque Sevilla tiene mucho potencial, pero no se suelen organizar tantas actividades en torno a la literatura como en otras ciudades”, expresa Macarena. No obstante, en las tarjetas (en cuya parte de abajo vienen pegadas semillas de perejil para que los vecinos las planten en casa), han escrito también versos ajenos para difundir la obra de otros artistas a las que admiran, como Blanca Andreu, Rosalía de Castro o Chantal Maillard. Durante toda la performance, los poetas han estado acompañados de la pintura en vivo de Patricio Hidalgo, autor de la imagen del cartel de esta iniciativa (puesta en marcha por la agencia de comunicación y gestión cultural Édere), representada por la sencillez y el frescor de una hoja de perejil que da “coherencia” y “unidad” al evento.
Esta niña chiquetita / todavía ni sabe andar / y ya se da su pataíta, ha declamado la poeta Carmen Camacho al término de la actuación para recibir, a continuación, el abrazo en forma de aplauso de su público improvisado. Así pues, además de los consejos, las anécdotas y las experiencias que se comparten a diario en este enclave de la ciudad (cuyos integrantes “ya son como una familia”, en palabras del tendero Germán), durante unas horas se han intercambiado versos para demostrar que la poesía está viva y puede brotar incluso en el quehacer cotidiano.
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