El periodista del Vatileaks II: “Las cuentas del Vaticano estaban fuera de control”
“Yo soy creyente. Y como cristiano, no como periodista, espero que el Papa consiga llevar a cabo su labor de limpieza. Como periodista, me limito a documentar los hechos”. Gianluigi Nuzzi es uno de los dos periodistas -el otro es Emiliano Fittipaldi- que se ha sentado en el banquillo, acusado por el fiscal de la Santa Sede del robo y filtración de documentos secretos vaticanos, conocido como Vatileaks II, por los que podría ser condenado a cuatro años de prisión.
El periodista italiano, que ya removió los cimientos de la Iglesia romana publicando los documentos que le cedió Paolo Gabriele, el exmayordomo de Benedicto XVI, amenaza con hacer otro tanto en 'Via Crucis' (Espasa), un volumen en el que recoge una veintena de documentos inéditos y la transcripción de una grabación con la voz del mismísimo Papa Francisco denunciando los excesos de la Curia y el manejo de fondos.
“Francisco quiere acabar con las inmensas riquezas de los faraones de la Curia, pero está topando con una feroz oposición”, asegura el periodista a eldiario.es, que niega que amenazara a Lucio Ángel Vallejo Balda, el prelado español detenido, para que le filtrara los documentos. Dice que el sacerdote español se los entregó voluntariamente.
“En Italia esto no es delito, es periodismo. Es kafkiano”, se queja Nuzzi, quien insiste en que en las conversaciones vía whatsapp con Balda, algunas de las cuales se han hecho públicas, “hay una relación de confianza y amistad. No hay presión alguna”. “Él ha sufrido presiones muy fuertes. No hay que olvidar que ha estado un mes aislado en una celda, y que tiene miedo. Entiendo que su confesión conlleva un atenuante, así como decir que ha sido amenazado. Pero esto último no es cierto”, subraya.
El 22 de diciembre, Vallejo Balda abandonó la cárcel de la Gendarmería Vaticana, y pasó a estar en arresto domiciliario. “En uno de los mensajes, le pregunto a Balda: '¿Has cambiado la contraseña de tu correo?', y él me responde: 'Sí, lo hago todos los meses. ¿Quieres que te dé la nueva?'. Es él quien me lo ofrece, ni siquiera tengo que pedírselo”, subraya Nuzzi.
En la conversación apenas surge el nombre de Francesca Chaouqui, otra de las imputadas en el caso. El quinto es Nicola Maio, secretario personal de Balda. Nuzzi no esconde su relación de amistad con Francesa, y afirma conocer a su marido, Corrado Lanino -uno de los posibles “tapados” en la investigación-, pero el secreto profesional le impide decir más. “Mis fuentes son personas muy cercanas y que tenían acceso a los documentos”.
Se bloquearon cuentas de la Curia
“Los datos que aparecen en el libro, y los documentos publicados -advierte- fotografían la situación económica y financiera del Vaticano. Ningún documento se ha visto o reproducido de manera ilícita, algo que es muy fácil de demostrar, si llegara el caso”. En 'Via Crucis', Nuzzi sostiene que “hay datos que demuestran que las cuentas estaban fuera de control”, lo que demuestra el hecho -así aparece en uno de los documentos- de que “se bloquearan cuentas por valor de más de 40 millones de euros a destacados miembros de la Curia, como Vincenzo Paglia -presidente del Pontificio Consejo para la Familia- o Georg Ganswein, secretario personal de Benedicto XVI y actual prefecto de la Casa Pontificia”.
Nuzzi denuncia que en el Óbolo de San Pedro -la institución que recoge los donativos de los fieles-, “de cada 10 euros donados para las obras de caridad, seis se destinan a sanear el balance de números rojos de la Curia romana, dos terminan en una cuenta corriente que tiene un saldo de 400 millones de euros y solo otros dos se destinan verdaderamente a la caridad”.
El periodista italiano también relata que le impresionó mucho descubrir que “los procesos de santificación y beatificación son una fábrica millonaria”. “Algunos llegan a costar 750.000 euros y esto son cosas que nada tienen que ver con el Evangelio”, advierte.
¿Servirá su libro para ayudar al Papa en sus reformas? “Yo soy periodista, no tengo por qué ayudar o no a nadie”, se explica Nuzzi, quien no obstante apunta que “hay un enfrentamiento muy fuerte entre los más tradicionalistas, que se oponen a las reformas de Bergoglio, pero el pueblo está con el Papa. En el fondo, son dos posiciones contrapuestas que vienen luchando desde hace tiempo. Por un lado, está la visión de Francisco, que dice que para ser creíble la Iglesia debe ser pobre y, por otro lado, está quien cree que Roma debe marcar la línea que seguir a todas las parroquias del mundo. Se enfrentan una visión conciliar y una visión más tradicional”.