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Monjas chocolateras excomulgadas, obispos 'fake' y un 'cura coctelero': el cisma de Belorado cumple seis meses

Exterior del Convento de Belorado, a 11 de junio de 2024, en Belorado, Burgos.

Jesús Bastante

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Seis meses del cisma de Belorado. Medio año de culebrón que ha tenido de todo y cuyo final no se adivina en el horizonte, pese a que los tribunales han fijado una primera fecha para proceder a la salida del convento las exreligiosas excomulgadas: el 23 de enero. Negocios fraudulentos, repostería, obispos ‘fake’, deudas millonarias, la intervención del Vaticano, un decreto de excomunión, doctrinas ultraconservadoras, varios abandonos y la amenaza de desahucio para una comunidad que se dedicaba al chocolate y que ahora prosigue su huida hacia adelante, anunciando la creación de una nueva colección de repostería, cuyo nombre define a la perfección la situación: ‘RqueR’.

Todo arrancó el 13 de mayo de 2024, cuando las clarisas de Belorado publicaron su ‘Manifiesto Católico’, un compendio de 70 páginas en las que declaraban inválidas todas las doctrinas de la Iglesia posteriores al Concilio Vaticano II, negaban la autoridad de los papas posteriores al mismo y declaraban “hereje” a Francisco.

Poco después se supo que detrás de dicho escrito se encontraba un obispo fake, Pablo De Rojas, quien acompañado de su capellán, José Ceacero (más conocido como el ‘cura coctelero’) se hizo cargo de la atención religiosa de las monjas. Y también de los asuntos económicos: no tardó en saberse que, junto a las críticas teológicas, el verdadero motivo de la ruptura estaba en el veto de la Santa Sede a la compra-venta, a manos de un desconocido ‘benefactor’ de otros dos monasterios adscritos a Belorado: Derio y Orduña. La posible estafa superaba los diez millones de euros.

Las alertas saltaron en la diócesis de Burgos y en el Vaticano, que nombró al arzobispo, Mario Iceta, comisario pontificio para Belorado. Sus primeras acciones fueron intervenir las cuentas de las monjas y tratar de iniciar un diálogo para hacerlas deponer en su actitud y, especialmente, poder cuidar de las religiosas mayores, que no se sumaron al cisma.

Todos los intentos resultaron fallidos, y el 22 de junio, Iceta decretaba la excomunión de las diez clarisas díscolas (ahora solo quedan siete, tras la huida de tres de ellas). Las excomulgadas, capitaneadas por la exabadesa, sor Isabel de la Trinidad (hoy, Laura García de Viedma), denunciaban al arzobispo ante los tribunales por abuso de poder y trataban de registrarse como asociación civil para cambiar la titularidad de los monasterios, algo que no permitió el Ministerio del Interior.

Durante el verano las ex monjas aprovecharon para expulsar a De Rojas y Ceacero y ‘fichar’ a un nuevo obispo falso, el sedevacantista brasileño Rodrigo Henrique Ribeiro da Silva quien, junto al nuevo capellán de las ex monjas, un argentino campeón de cebar de mate en su país, residen actualmente en el convento.

Negocios paralizados y venta de material online

Las ex religiosas han cambiado en varias ocasiones de abogados y, en la actualidad, cuentan con un ‘jefe de prensa’, mientras prosiguen su actividad en Instagram ya que su página web fue dada de baja y acusan al arzobispo de tenerlas asfixiadas económicamente. En paralelo, la diócesis ha mostrado las ‘cuentas’ de las exclarisas, que tienen un déficit mensual de 13.642 euros, y han visto cómo, a lo largo de estos meses, fracasaban todos sus intentos por iniciar nuevas actividades económicas. Por un lado, el Ayuntamiento no les permitió mantener un criadero ilegal de perros, han tenido que cancelar casi todos sus pedidos de trufas y chocolates por falta de dinero y han llegado a vender online casullas y otro material litúrgico.

Seis meses después, el ‘culebrón Belorado’ tiene pocos visos de solución. La demanda de desahucio presentada en septiembre por la diócesis de Burgos fue admitida a trámite la pasada semana por el Juzgado de Briviesca, que ha puesto fecha a una posible salida de las exmonjas excomulgadas (las cinco hermanas mayores, de las que no se sabe nada, podrían permanecer en el mismo): el 23 de enero de 2025. Aunque, como ya adelantaron las religiosas, no acatarán voluntariamente salir del convento. La Guardia Civil, que ha tenido que acudir en varias ocasiones a lo largo de este tiempo a Belorado, podría ser la encargada de sacar a la fuerza a las monjas, en una imagen que, a buen seguro, dará la vuelta al mundo.

Toda la información en www.religiondigital.org

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