¿Un gladiador con sangre ‘vikinga’? El ADN muestra los vaivenes migratorios en la Europa del primer milenio
En las afueras de la ciudad inglesa de York hay un cementerio de época romana en el que se han hallado los cuerpos de más de 80 hombres jóvenes, algunos con heridas producidas por animales grandes y la mitad de ellos sin cabeza. Estos indicios hacen sospechar a los investigadores que se trata de gladiadores que provenían de partes lejanas del imperio, según los primeros exámenes genéticos.
Ahora sabemos que uno de aquellos hombres que vivieron entre los siglos II y IV d.C tenía sangre escandinava en sus venas. Según un nuevo trabajo publicado este miércoles en la revista Nature, aquel individuo nórdico estaba en las islas británicas mucho antes de la llegada de anglosajones y vikingos, que comenzó posteriormente, en el siglo V d.C.
El nuevo trabajo, liderado por el equipo de Leo Speidel y Pontus Skoglund del Francis Crick Institute, ofrece detalles sin precedentes sobre los movimientos poblacionales producidos durante el primer milenio gracias a una nueva herramienta llamada Twigstats. Este nuevo enfoque analiza mutaciones más recientes para revelar conexiones entre personas que vivieron más cerca unas de otras en el tiempo y permite reconstruir ancestros genéticos a lo largo de períodos que hasta ahora quedaban fuera de foco por ser demasiado cortos y recientes.
Una primera excursión al sur
Los autores han aplicado el método de análisis a 1.556 genomas de personas que vivieron en Europa entre el 500 a. C. y el 1000 d. C., un periodo que abarca la Edad de Hierro, la caída del Imperio Romano, el “periodo de las grandes migraciones” (anteriormente conocido como de las “migraciones bárbaras”) y la época vikinga. El resultado revela que oleadas de grupos germánicos migraron hacia el sur desde el norte de Alemania o Escandinavia a principios del primer milenio, lo que explicaría la presencia de este gladiador nórdico en York en fechas tan tempranas.
Oleadas de grupos germánicos migraron hacia el sur desde el norte de Alemania o Escandinavia a principios del primer milenio
Esta ascendencia se ha encontrado en personas que vivieron en este periodo en el sur de Alemania, Italia, Polonia, Eslovaquia y el sur de Gran Bretaña. También se ha hallado una persona en el sur de Europa cuya ascendencia era 100% escandinava. El equipo muestra que muchos de estos grupos acabaron mezclándose con poblaciones preexistentes y que las dos zonas principales de migración e interacción coinciden con las tres ramas principales de las lenguas germánicas; una de ellas permaneció en Escandinavia, otra se extinguió y una tercera formó la base del alemán y el inglés actuales.
Oleadas de ida y vuelta
Estos movimientos de norte a sur fueron en ocasiones de ida y vuelta, según el análisis de los genomas. Los autores muestran que los pueblos de habla germánica se desplazaron hacia Escandinavia antes de la era vikinga, en una ola migratoria al final de la Edad del Hierro (entre el 300-800 d. C.), como demuestra el hecho de que muchos individuos de este periodo hallados en el sur de Escandinavia tenían ascendencia de Europa Central.
Asimismo, gracias a un tipo diferente de análisis biomolecular de los dientes, se comprobó que las personas enterradas en la isla de Öland, en Suecia, tenían ascendencia de Europa Central y habían permanecido durante generaciones en la zona, lo que sugiere que esta afluencia de personas hacia el norte no fue un hecho aislado, sino un cambio duradero en la ascendencia.
Las pruebas arqueológicas de conflictos repetidos en Escandinavia en ese momento histórico hacen pensar a los investigadores que estos disturbios pudieron tener un papel en impulsar los movimientos de personas, aunque se necesitan más datos arqueológicos, genéticos y ambientales para arrojar luz sobre las razones por las que estos individuos se mudaron a Escandinavia y sus alrededores, argumentan.
La gran expansión vikinga
Los resultados genéticos también respaldan los registros históricos sobre la expansión de los pueblos escandinavos, conocida como la Época Vikinga (entre el 800 y el 1050 d. C.) en la que estos realizaron numerosas incursiones y se establecieron por toda Europa. La investigación muestra que el genoma de muchas personas fuera de Escandinavia durante este tiempo contiene una mezcla de ascendencia local y escandinava. El equipo encontró, por ejemplo, que algunos individuos de este periodo que vivieron en las actuales Ucrania y Rusia tenían ascendencia de la actual Suecia e individuos en Gran Bretaña tenían ascendencia de la actual Dinamarca.
En algunas fosas comunes de la época vikinga en Gran Bretaña, los restos de hombres que murieron violentamente también mostraron vínculos genéticos con Escandinavia, lo que sugiere que pudieron ser miembros ejecutados de grupos de incursiones vikingas, según recoge el Instituto Francis Crick en una nota de prensa.
Completando el rompecabezas
“Ya teníamos herramientas estadísticas fiables para comparar la genética entre grupos de personas que son genéticamente muy diferentes, como los cazadores recolectores y los primeros agricultores —asegura Speidel—, pero los análisis sólidos de los cambios poblacionales a escala más fina, como las migraciones que revelamos en este artículo, no habían sido posibles hasta ahora”.
Ahora están a nuestro alcance preguntas que antes no habríamos podido responder
“Twigstats nos permite ver lo que antes no podíamos ver, en este caso, las migraciones en toda Europa que se originaron en el norte en la Edad del Hierro, y luego regresaron a Escandinavia antes de la edad de los vikingos”, añade el investigador. “Nuestro nuevo método se puede aplicar a otras poblaciones del mundo y, con suerte, revelar más piezas que faltan en el rompecabezas”.
“El objetivo era un método de análisis de datos que proporcionara una visión más nítida y a escala fina de la historia genética”, indica Skoglund. “Ahora están a nuestro alcance preguntas que antes no habríamos podido responder, por lo que necesitamos aumentar el registro de secuencias de genomas antiguos completos”.
La naturaleza, la escala e incluso las trayectorias de estos movimientos siempre han sido objeto de acalorados debates. Twigstats abre la emocionante posibilidad de resolverlo
“Las fuentes históricas indican que la migración jugó algún papel en la reestructuración masiva del paisaje humano de Eurasia occidental en la segunda mitad del primer milenio d. C., que creó por primera vez los contornos de una Europa política y culturalmente reconocible. Pero la naturaleza, la escala e incluso las trayectorias de los movimientos siempre han sido objeto de acalorados debates”, concluye Peter Heather, profesor de Historia Medieval en el King's College de Londres y coautor del artículo. “Twigstats abre la emocionante posibilidad de resolver finalmente estas cuestiones cruciales”.
Una 'lupa' genética
“Utilizando esta nueva herramienta de análisis genético de mayor precisión los autores descubren datos que hasta ahora no se conocían como, por ejemplo, que en Escandinavia había dos poblaciones genéticamente distinguibles, una que comprendía Noruega y la mitad septentrional de Suecia, y otra que comprendía la región sur de Escandinavia incluyendo la actual Dinamarca”, señala Gemma Marfany, catedrática de Genética de la Universidad de Barcelona (UB). “Además, también revelan la relación genética y ascendencia común en regiones de Portugal, Francia, Alemania, Austria y Gran Bretaña, reflejando el flujo genético entre las poblaciones europeas que hablaban lenguas célticas”.
El estudio revela la relación genética común en regiones de Portugal, Francia, Alemania, Austria y Gran Bretaña y el flujo genético entre las poblaciones europeas que hablaban lenguas célticas
Iñigo Olalde, especialista en ADN antiguo de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), cree que lo más interesante de este trabajo es la nueva metodología. En trabajos anteriores en los que él ha participado, recalca, ya habían visto una gran movilidad de las poblaciones en época romana, con un individuo con ascendencia de oriente medio en un yacimiento británico, por ejemplo. “Era un imperio muy grande y había bastante movilidad, probablemente porque no había fronteras”, señala.
Sobre estos resultados, Olalde recuerda que ya sabíamos a grandes rasgos que las migraciones germánicas habían afectado a toda Europa y que los vikingos habían salido a partir del año 800 hacia el centro de Europa o Gran Bretaña. En su opinión, lo que diferencia este trabajo es el uso de la herramienta Twigstats. Los sistemas tradicionales de análisis de ADN antiguo se han basado hasta ahora en variantes genéticas relativamente comunes y que estaban en todas las poblaciones con una frecuencia relativamente alta.
“Como los agricultores neolíticos tenían muchísima diferenciación genética, estas técnicas nos valían”, explica Olalde a elDiario.es. “Pero si ya te metes en el periodo histórico, las poblaciones ya han pasado 10.000 años mezclándose y están mucho menos diferenciadas genéticamente”.
Este nuevo sistema lo que hace es buscar variantes que son muy raras y están en muy pocos individuos, lo que aporta una resolución de unos pocos cientos de años, asegura. Como contrapartida, los científicos ahora necesitan genomas de muy alta calidad, ya no sirven muestras muy fragmentadas y dañadas, como pasaba con el ADN de periodos mucho más antiguos. “Ahora tenemos una lupa que nos da mucha más precisión, pero también necesitamos ADN de más calidad para analizarlo”, concluye.
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