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La Justicia rechaza la demanda de Rafael Hernando contra 'Querido Antonio' por dedicarle un capítulo en un cómic

El diputado del PP Rafael Hernando en una imagen de archivo

Alberto Pozas

3 de enero de 2025 17:39 h

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Un tribunal ha rechazado la demanda con la que Rafael Hernando, diputado del PP en el Congreso, exigía 30.000 euros a Alberto González, autor de 'Todos los hijos de puta del mundo', por dibujarle en su cómic hablando con Mariano Rajoy sobre consumir cocaína, tapar crímenes de ministros o consumir drogas para prolongar las relaciones sexuales. Los jueces de la Audiencia de Madrid rechazan el recurso de Hernando y confirman que el libro es “una crítica política realizada a través de un relato satírico cargado de ironía”, no un relato real que vulnerase su honor.

'Todos los hijos de puta del mundo' fue publicado en 2016 en ¡Caramba! / Astiberri por Alberto González Vázquez, guionista y realizador que bajo el sobrenombre de “Querido Antonio”, entre otras cosas, se encarga de los vídeos satíricos y manipulados de El Intermedio. En ese cómic, González representaba a políticos españoles como Esperanza Aguirre con una camisa de fuerza, Pablo Iglesias intentando razonar con Mariano Rajoy, Albert Rivera envuelto en un asesinato o Ana Botella muriendo mientras mantiene relaciones con José María Aznar. La obra recopilaba páginas publicadas previamente, en este caso, en Orgullo y Satisfacción, la revista creada por dibujantes de El Jueves tras la censura de una portada con un chiste sobre la abdicación del rey.

Uno de los capítulos se titula 'Cocaína' y está protagonizado por Rafael Hernando, entonces portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, y Mariano Rajoy, entonces Presidente del Gobierno. Sentados en una mesa, Hernando se escandaliza cuando Rajoy le pregunta si consume cocaína, pero tarda pocas viñetas en empezar a darle consejos sobre qué drogas tomar para “prolongar tus relaciones sexuales durante horas”.

La conversación ficticia deriva en explicaciones de cómo consiguió tapar que Cristóbal Montoro hubiera matado a una familia con el coche y taparlo todo construyendo un aeropuerto en el lugar de los hechos. El capítulo termina cuando, tras ofrecer diversas drogas a Rajoy, Hernando intenta expulsar “cuatro huevos” de cocaína de su cuerpo mientras se baja los pantalones y se pone en cuclillas.

El entonces portavoz parlamentario del PP de Rajoy y hoy diputado por Almería llevó a los tribunales al autor de 'Todos los hijos de puta del mundo' y a la editorial, exigiendo una indemnización de 30.000 euros y el secuestro del libro: que fuera inmediatamente retirado de las librerías. Un juzgado rechazó sus pretensiones hace dos años y ahora ha sido la Audiencia Provincial de Madrid la que ha avalado que la obra de 'Querido Antonio' está protegida por la libertad de expresión.

“Narrativa sarcástica e irónica”

Para la Audiencia, en una sentencia de la jurisdicción civil recurrible ante el Supremo en casación, todo el capítulo era “un claro ejemplo de narrativa sarcástica e irónica en forma de un cómic, un ejercicio de sátira política” y no un intento de convencer a la gente de que Rafael Hernando consume droga y tapa asesinatos con obras públicas. Porque una de las quejas de Hernando era que, precisamente, el libro le atribuía delitos de tráfico de drogas, encubrimiento, omisión del deber de perseguir delitos, cohecho, malversación y tráfico de influencias.

“Esta Sala no ve en ello más que una crítica política de los personajes protagonistas realizada a través de un relato satírico cargado de ironía que fue montado sobre un escenario tan hiperbólico que sólo por ello su lector podía dudar seriamente sobre su realidad y credibilidad”, explica la Audiencia de Madrid. El autor no buscaba “comunicar una información concreta y veraz” sino provocar la risa. “Que lo lograra, ya podría ser cuestión de gustos u opiniones”, añaden.

La sentencia rechaza los argumentos de Hernando, aunque le exime de pagar las costas del proceso, y confirma lo que dijo un juzgado de Madrid a finales de 2022 al desestimar su demanda en primera instancia. Hernando era, en ese momento, “un cargo político con proyección pública”, no se usó su imagen real y que esas viñetas “estaban basadas en una entrevista que dio a un periódico en 1987 en el que admitía haber consumido hachís, aunque negara que hubiere probado la cocaína, reconociendo que tenía amigos que sí lo habían hecho”.

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