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El candidato del rector de los plagios gana las elecciones de la Rey Juan Carlos gracias al voto de los profesores

Ramos, nuevo rector de la URJC.

Daniel Sánchez Caballero

Ganó el delfín, se impuso el continuismo, aunque perdió en votos. En una noche electoral mucho más apretada de lo previsto, se confirmaron las quinielas y Javier Ramos, el candidato oficialista, derrotó a la alternativa Rosa Berganza en las elecciones a rector de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC) gracias al voto ponderado: 58,31% frente al 41,69%. Sin embargo perdió en votos: 2.812 frente a los 4.416 de su rival.

La comunidad docente de la URJC avala de esta manera las políticas del anterior dirigente, Fernando Suárez, envuelto en una polémica de plagios que le llevó a adelantar las elecciones y no presentarse, aunque por un margen ajustado. Su antecesor y protector, Fernando Suárez, ganó en 2013 por un porcentaje muy superior, del 67%.

Ramos ha obtenido la mitad de votos totales que Berganza (2.812 votos ha sumado el ganador frente a 4.416 de la aspirante). La victoria de Ramos se ha asentado en el respaldo recibido por catedráticos y profesores (el PDI), frente al rechazo de los alumnos masivo de los alumnos y una cierta división entre el personal de administración y servicios (PAS), según fuentes de la URJC.

El apoyo de los docentes es básico. En las votaciones en las universidades el voto no es igual para todos, está ponderado: el del PDI permanente otorga un 53% del resultado final, el temporal el 15%, el de los alumnos el 21% y el PAS aporta el restante 11%, por lo que los docentes suman un 68% de los votos totales ponderados.

Un toque de atención

Casi nadie en la universidad daba opciones de victoria a Berganza, como acabó ocurriendo. Javier Ramos era el favorito de Suárez y el actual rector controla la universidad. Con un 20% de profesores visitantes —una figura laboral por la que se contrata y despide a voluntad del rectorado— y otros muchos profesionales trabajando también con contratos inestables, la situación no se presta a muchos riesgos, según analizan algunos trabajadores de la universidad, que dan validez a la acusación de Berganza a Suárez de haber creado “una red clientelar”.

Pero, pese a la victoria, en el resultado de las elecciones también hay un importante toque de atención a Ramos, según estas fuentes. Tanto por los votos que han cosechado cada uno de los candidatos —cálculos oficiosos daban a Berganza un 20% de los votos totales una vez ponderados— como por la situación que se está generando en la universidad. Que Berganza haya duplicado en votos a Ramos excede probablemente las previsiones más optimistas.

La presión social y mediática que ha caído sobre la URJC a raíz de los plagios de Suárez y su reticencia a dar un paso atrás o admitir los errores ha provocado el clásico efecto que sufre una comunidad que se siente atacada: muchos, la mayoría de afectos al poder imperante, se han atrincherado en sus posiciones, ovaciones a Suárez incluidas en algún consejo de Gobierno. Pero otros “están hartos de estar en boca de la prensa y ser señalados como el hazmerreír continuamente”, explican trabajadores del centro que conocen la situación. Esta polaridad ha devenido en una situación de cisma en el centro con la que tendrá que lidiar Ramos.

El prestigio del centro se ha visto seriamente afectado a nivel académico por los plagios de Suárez, el manejo que el todavía rector ha hecho de la situación negándose a dimitir y la no reacción desde dentro de la universidad.

En cualquier caso, Ramos hereda una universidad en un alto clima de tensión, como atestiguan la agresión de un catedrático a otro por el asunto de los plagios que relató El Mundo o el hecho de que el actual equipo dirigente llamara a la policía para impedir a unos estudiantes repartir folletos informativos. Eso si finalmente acaba rigiendo, porque una de las mesas electorales abrió casi tres horas tardes, motivo por sí solo para la repetición de las elecciones dos días después, según el artículo 80.5 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General.

También heredará una universidad que ocupa la 38ª posición (de 61) en el U-Ranking, la herramienta de la Fundación BBVA y el IVIE que mide el rendimiento de los centros superiores en España. El nuevo rector tendrá bajo su mando a casi 40.000 estudiantes, 1.400 docentes y 600 miembros del PAS. La URJC maneja un presupuesto anual de unos 122 millones de euros, provenientes en su inmensa mayoría de las arcas de la Comunidad de Madrid.

El futuro rector ya ha anunciado que no realizará acción alguna a cuenta de los plagios de Suárez y que su intención es que la Aneca (la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, de la que no se han tenido noticias durante todo el proceso) o los tribunales ordinarios (que pueden tardar años y solo actuarán en el caso de que alguien lo denuncie) se encarguen de la situación.

El proyecto de Ramos para la URJC pasa por generar y transmitir más conocimiento, pasar de una calidad “buena” a una “excelente” y tener una vocación de servicio público para que la labor que se haga en la universidad esté orientada “al bien de los alumnos y de nuestro entorno”, según ha declarado a La Razón. Observando las fortalezas que este catedrático detecta en el centro también se puede intuir por dónde irán sus esfuerzos de gobierno: Ramos señala “la adaptación a las nuevas demandas con grados flexibles, los dobles grados y la formación multidisciplinar” como activos del centro. Trabajo tiene por delante.

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