El juez del accidente de Santiago acusa a Adif de “poner en riesgo vidas” por razones “comerciales”
El juez que instruye el caso del accidente del tren que descarriló cerca de Santiago matando a 79 personas ha acusado hoy al organismo público Adif de haber puesto en peligro miles de vidas “por presuntos logros estrictamente comerciales”. En un auto hecho público hoy, Luis Aláez cita como testigo al jefe de maquinistas que supuestamente envió un informe a sus superiores en el que alertaba del riesgo que entrañaba la curva donde ocurrió el suceso.
En el escrito, el juez reitera en diversas ocasiones que los posibles beneficios de adaptar a la alta velocidad la línea Ourense-Santiago no se ven compensados por el riesgo que hacerlo supondría para la sociedad en su conjunto “ya que presumiblemente la única utilidad que obtuvo (...) ha sido el ahorro de unos minutos de viaje (...) como contrapartida a un importante aumento del riesgo para la vida de los cientos o miles de personas que utilizan la línea cada día”.
Según el magistrado, el riesgo aumenta porque “eliminado el sistema ERTMS, el ASFA no avisa al maquinista del cambio o reducción de velocidad de 200 a 80 km/h (...) y de no reducir la velocidad el maquinista el sistema no realiza de forma automática el frenado”.
Aláez apunta a “los responsables de Adif”, quienes “han creado una línea de ferrocarril novedosa y especial por sus particulares características movidos por presuntos logros estrictamente comerciales que ha incrementado el riesgo para la vida humana”.
Para dilucidar si el operador ferroviario puso en marcha las herramientas destinadas a contrarrestar este aumento del peligro, el juez considera “interesante tomar conocimiento del curso que haya podido seguir la alerta de los maquinistas días después de entrar en funcionamiento la línea”.
Para ello el magistrado ha llamado a declarar como testigos al jefe de maquinistas que supuestamente remitió un correo electrónico en el que alertaba del riesgo de la curva de A Grandeira y al superior que lo recibió.
En su informe, el maquinista insistía en que el brusco cambio de velocidad se hacía “sin aviso previo”, sin amparo del sistema más seguro (ERTMS) y con una única señal que “de poco vale, puesto que de no haber reducido previamente la velocidad nada se podrá hacer ya”.
Consulta íntegro el auto del juez.