El avispón asiático: el depredador que llegó a España con la globalización
El intercambio comercial fruto de la globalización en la que estamos inmersos ha traído un compañero de viaje muy incómodo. El denominado avispón asiático “Vespa velutina” se ha convertido en una plaga que está provocando importantes daños ecológicos y de la que cuesta deshacerse. Toda la cornisa Cantábrica está infectada por este insecto, muy depredador y enemigo de las abejas. Se cree que entró en Europa hace diez años, en el puerto de Burdeos, y a día de hoy Francia todavía no ha conseguido erradicarlo.
Los que más están sufriendo sus consecuencias son los apicultores. El colectivo Promiel de Asturias, desde el Aula de la Miel de los Picos de Europa lleva algún tiempo trabajando en su exterminio, pero reconocen que todo esfuerzo es poco. El “Iphone chino traía un huésped” muy dañino medioambientalmente y de difícil erradicación, dicen. Este colectivo de apicultores, que reúnen unas 700 colmenas reconoce que el 20% de las mismas están perdidas por este depredador. Y creen que esta temporada Asturias verá mermada su producción de miel en una quinta parte.
Además de provocar un severo daño económico a los apicultores, este insecto provoca un deterioro ecológico importante, ya que no sólo caza abejas, sino otro tipo de insectos y cuando se ve amenazado su ataque puede ser muy virulento. Esta semana un vecino de Pontevedra (Galicia) ha muerto a consecuencia de sus picaduras.
Jesús Noriega, presidente de Promiel comenta que para su erradicación el colectivo está trabajando en tres vertientes. Con la colocación de trampas y la retirada de las mimas, esta primavera han cazado unas 1.200 reinas, en la trashumancia de las colmenas, hacia zonas más altas de la montaña y en la recuperación, muy difícil, dice, de los enjambres deteriorados. En estos trabajos se emplean 15 apicultores coordinados por un veterinario.
Para su captura utilizan néctares y jugos dulces que les atraiga y retiran manualmente los nidos mediante pértigas. Sobre los efectos de su picadura dicen que es mucho más dañina que la de una abeja, con más dosis de veneno.
Su aguijón es más largo y penetra con más facilidad entre la ropa de los apicultores. De ahí que sea importante estar coordinados, compartir información y que los vecinos no pongan en riesgo su salud e informen a la Consejería para la retirada de los nidos por personal profesional. “Fuera del nido no son muy violentas, es cuando estás cerca y se ven amenazas, cuando atacan con más fuerza, ya que son muy territoriales”, dicen los apicultores.
Plan de acción nacional
Las comunidades de Asturias y Cantabria acordaron esta semana unirse en la lucha contra la “Vespa velutina” y coordinar un plan de acción nacional que permita mejorar el trampeo y el uso de sustancias que facilite su captura. En este sentido, en una reunión celebrada en Santander, entre el consejero de Medioambiente del Principado, Benigno Fernández Fano, y el consejero de Medio Rural de Cantabria, Jesús Oria se acordó pedir a Madrid “un cambio en cuanto al trampeo, facilitando a los particulares su colocación, sin necesidad de permisos”, entre otros aspectos.
Para el sector, todas las medidas son pocas y alaban la iniciativa de los Gobiernos regionales, pero hacen hincapié en que es necesario investigar más y un plan de acción global porque el avispón es una “consecuencia del comercio internacional” que afecta a más comunidades que las del norte. Su demanda es que se ataje el problema desde el punto de vista de la investigación, “desde la Universidad Española, y no un laboratorio privado, con producto eficaces y no muy costosos”, para que puedan ser asequibles entre el sector y permita de una vez el control de esta especie.