- Un vídeo muestra hogueras calientes y brasas al rojo sin supervisión a pocos metros del bosque en una zona recreativa de El Espinar (Segovia), el “5 de agosto”, durante el incendio de La Granja
Rescoldos vivos a escasos metros del bosque. Sin apagar. Sin vigilancia. En plena época de alto peligro de incendio forestal y a las puertas del Parque Nacional del Guadarrama. Una batería de barbacoas aún activas en una zona recreativa pública de gestión privatizada en El Espinar (Segovia). Es la imagen que ilustra la grabación que un vecino del municipio realizó el pasado 5 de agosto, según indica, en La Panera. Ese día estaban en plena actividad sendos incendios que han afectado al parque, uno en La Granja, a escasos kilómetros de allí, y el otro, en Miraflores de la Sierra, en la vertiente madrileña del parque.
Más allá de la coincidencia, la situación ilustra el descontrol sobre las actividades turísticas multitudinarias –casi 4.000 personas cada fin de semana, según informa el Ayuntamiento– desarrolladas en un punto protegido legalmente al incrustarse en el parque natural Sierra Norte del Guadarrama, una zona de especial protección para aves, reserva de la biosfera y zona periférica del parque nacional. Es su puerta suroeste y dista pocos kilómetros de sus límites.
El vídeo muestra el área ya vacía de usuarios o de personal al cargo: “Son las 21.30” se oye. En cada barbacoa, cuando les vacían una botella de agua, asciende el vapor que provocan los rescoldos todavía vivos. En una de las hogueras son visibles las ascuas rojas a pocos metros de los árboles. En el área, una cartel con normas indica que, al acabar de usarlas, deben apagarse “con abundante agua”, pero no parece que nadie se haya cerciorado.
Competencias
¿Quién es responsable? La normativa de uso de barbacoas es competencia de la Junta de Castilla y León. La regulación prohíbe estos fuegos en época de alto riesgo de incendios forestales entre el 1 de julio y el 30 de septiembre. Pero abre excepciones. Las zonas recreativas como La Panera –con barbacoas “de obra”– es una de ellas, como recuerda el propio bando municipal.
Esta zona recreativa pertenece a una entidad pública colectiva denominada Comunidad de la Tierra y Ciudad de Segovia. La componen 11 municipios conformados en sexmos. Esa comunidad adjudicó la gestión a un concesionario privado que cobra un peaje por acceder a la zona donde se ubican una piscina, un chiringuito y la batería de barbacoas. Es el acceso casi obligado para subir por la garganta del río Moros que se interna en el parque nacional. La contratista recauda 40 euros a cada autocar, siete a los automóviles y hasta 1,5 a “los peatones”, según indica en su hoja de tarifas.
El Ayuntamiento –gobernado desde mayo por un acuerdo de PP, Ciudadanos y Vox–asegura que esta situación se repite habitualmente, pero deriva la responsabilidad. “Es de quien hace la adjudicación a la empresa”, es decir, la comunidad de tierras, indican fuentes municipales a eldiario.es. El concejal de IU en El Espinar, Jacobo Peña, explica que “desde hace tiempo hemos reclamado más presencia y control de personal público porque, cuando el personal de la empresa se marcha a las 21.00, la barrera de acceso queda abierta”. Ni la gestora del área ni la entidad que adjudicó el contrato han atendido a las llamadas de eldiario.es.