El Papa Francisco se ha referido este domingo durante su homilía por la primera misa del año en la basílica de San Pedro al fallecido Benedicto XVI: “Hoy encomendamos a la Madre Santísima el amado papa emérito Benedicto XVI para que le acompañe en su paso desde este mundo hacia Dios”. En estos casi diez años de convivencia, el actual Papa lo visitó en varias ocasiones y lo elogió calificándolo como “un abuelo sabio” para la Iglesia.
El papa emérito Benedicto XVI, fallecido el sábado a los 95 años, reposa en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano ataviado con la casulla roja pontificia pero sin palio, en sus primeras imágenes difundidas por la Santa Sede.
Tras su muerte se desconocía qué protocolo se seguiría porque el papa alemán fue el único en renunciar en seis siglos de historia, pero poco a poco se va aclarando como transcurrirá el ritual funerario. Ratzinger, cuyo pontificado estuvo envuelto por las polémicas filtraciones y los escándalos de abusos, es velado privadamente en ese monasterio a la espera de que el lunes se abra su capilla ardiente en la basílica de San Pedro y el jueves tenga lugar su funeral.
Las primeras imágenes de Benedicto XVI difundidas este domingo por la Santa Sede le muestran yacente en una sala del monasterio, acostado sobre dos cojines, bajo un gran crucifijo y junto a un cirio encendido, un árbol de Navidad y un Portal de Belén. Viste los paramentos pontificales: la sotana blanca y la casulla roja, en sus manos tiene un rosario y sobre su cabeza la mitra.
Sin embargo, en estas fotografías no lleva el palio, la estola de lana blanca con cruces negras símbolo litúrgico de jurisdicción. Su antecesor, Juan Pablo II, sí que lo llevó en su capilla ardiente en 2005. El palio, junto al llamado Anillo del Pescador, simboliza el poder pontificio y son recibidos en la misa de inicio del magisterio por los papas tras su elección.
Su sucesor, Francisco, fue el primero en acudir a velar a Benedicto XVI inmediatamente tras su muerte, a las 9.34 horas locales del sábado, tras ser avisado por teléfono por el secretario personal de Ratzinger, monseñor Georg Gänswein.
La capilla ardiente abrirá mañana lunes en la basílica vaticana y los fieles podrán despedirle hasta el jueves, cuando Francisco presidirá su funeral en la plaza de San Pedro antes de su inhumación en la cripta del templo.