La búsqueda en el agua: de los buzos profesionales a los perros que localizan cuerpos

Eva Ruiz Verde

València, 9 nov (EFE).- Diana es buzo, una pieza clave en la búsqueda sin descanso de personas desaparecidas por la dana que asoló Valencia el 29 de octubre. Como ella, que ha contado a EFE su experiencia, profesionales de emergencias desplazados hasta aquí de forma voluntaria rastrean palmo a palmo en el medio acuático con ayuda, en algunos casos, de perros y siempre con una voluntad inquebrantable.

Ha llegado con otros 29 buzos profesionales desde distintos puntos de España para ayudar a localizar cuerpos, labor que les ha llevado por ejemplo a la localidad de Torrent para intentar encontrar, entre otros, a los pequeños Rubén e Izan en coordinación con sanitarios, bomberos y otros miembros de equipos de rescate.

Antes de empezar su trabajo escucha atentamente las instrucciones del coordinador del dispositivo y le explica los detalles del equipo que portan, que les permite sumergirse sin realizar una inmersión completa en la labor de marcar espacios que pueden ser después rastreados al dedillo por otros profesionales.

Junto a ella y para permanecer hasta el domingo en la zona han venido efectivos de lugares como San Sebastián o Barcelona, como Andrés, que conoce todo este área porque vivió durante cinco años en El Perellonet y asegura: “Por Valencia, lo que haga falta”.

Manuel, que ha viajado desde Irlanda al escuchar las noticias de la dana, explica que la búsqueda en el agua siempre es difícil. “A estas alturas, si hay cuerpos sumergidos deberían empezar a ascender y flotar, debido al paso de los días. Si no lo hacen es porque hay algo que los está bloqueando”, detalla.

“Es lo que mejor sabemos hacer y la mejor forma de ayudar”, afirma Diana, que agradece que otras personas lo hagan a través de “la labor que cada uno pueda realizar”, como facilitar comida u hospedaje, algo que les ha llegado a ellos personalmente con empresas que “se están volcando en ayudar”, por ejemplo en el municipio de Alfafar, donde han puesto a su disposición duchas y elementos de limpieza de los equipos e higiene.

El barro, difícil hasta para el olfato de los perros

Jordi es un bombero de la Generalitat de Cataluña que, a título particular y como voluntario de una ONG, ha llegado a Valencia para buscar cuerpos en el agua con la ayuda de Duna, una perra especializada en el hallazgo de cadáveres en el medio acuático.

“La ventaja del perro es que él puede localizar a través del aire y el agua cualquier indicio de que pueda haber un cadáver”, explica Jordi, que detalla que, en lugares como la Albufera, uno de los puntos en los que se está concentrando la búsqueda, “la zona es espesa” y ellos no pueden acceder.

El animal realiza esa labor desde fuera, aunque la situación con el barro “es difícil también para los perros”.

“Ellos son expertos en el barro y su nariz es la que define la busca, pero en este caso es tan denso que lo dificulta mucho”, explica el bombero, que asegura que el olfato de los perros “puede ayudar” y define como “excepcional” el trabajo de los buceadores.

Cuando uno de estos animales señala un punto en el que cree que puede hallarse un cuerpo, se baliza el lugar para que buzos, por ejemplo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, con los que trabajan en este caso en conjunto, puedan intentar localizarlo.

“Hay buceadores, rescatadores que van peinando todas las zonas y embarcaciones que trabajan a nivel visual, a lo que se suman los perros”, indica Jordi, que ha participado antes en operativos de emergencia como los terremotos en Turquía o Marruecos e inundaciones en Libia, pero que dice que “nunca había visto nada igual” a lo ocurrido con esta dana.