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El estudio que contradice al alcalde de Madrid: los carriles bici hacen más segura toda la circulación en las ciudades

Varios ciclistas por uno de los tramos abiertos del anillo ciclista de Valencia.

Raúl Rejón

Los carriles bici separados hacen que toda la circulación de la ciudad donde se construyen sea más segura, ya sea para ciclistas, motoristas, peatones o conductores de coche. Eso es lo que dicen los datos de una docena de urbes estadounidenses acumulados durante 13 años y analizados por investigadores de las universidades de Denver y Nuevo México.

El examen de 17.000 accidentes mortales y 77.000 con heridos graves indica que, allí donde se instala una red de carriles separados, las víctimas caen un 44% respecto a la media del resto de esa ciudad. Y el promedio de heridos se reduce a la mitad (entre las estudiadas están las ciudades de Chicago, San Francisco o Portland).

La investigación, que incide en el debate ciclista entre construir carriles exclusivos y con protección o compartirlos con el resto de la circulación (en la idea de que obligan a conducir más precavidamente) revela que, aunque los ciclistas también se benefician de los carriles exclusivos pintados, los mejores resultados en seguridad para los conductores de vehículos a motor se multiplican en las vías con viales protegidos para las bicis. 

Los resultados muestran que la razón de que las ciudades analizadas tengan una circulación vial más segura no es debido a que haya más ciclistas sino que está asociada a una mayor presencia de infraestructuras ciclistas.

“En términos relativos, de accidente por kilómetro recorrido o por número de desplazamientos, el riesgo es menor cuanto más red ciclista hay”, cuenta Manuel Calvo, de la consultora sobre movilidad Estudio MC. “Tanto en número de siniestros como en la gravedad de los que ocurren”, añade. 

Los investigadores trabajaban con la hipótesis de que cuanto más ciclistas hubiera rodando por las calles “más probabilidades de que los conductores redujeran la velocidad”. Un tráfico más apacible. Sin embargo, la observación ha derivado en que las vías ciclistas más que la cantidad de bicicletas son las que hacen más tranquilas las calles. Las infraestructuras están fuertemente asociadas a una  menor cantidad de muertos, explican. “Las ciudades con una tasa alta de desplazamientos en bici tienen sorprendentemente buenos datos de seguridad”.

Tráfico más apacible

El coautor del estudio, Wesley Marshall, ha subrayado que este menor riesgo de accidentes severos (incluidos los ciclistas, los peatones y los ocupantes de vehículos) indica “que los siniestros ocurren a una menor velocidad”.

En ese sentido, los investigadores Ricardo Marqués y Vicente Hernández-Herrador demostraron en 2017 que la red de carriles ciclistas separados en la ciudad de Sevilla redujo la posibilidad de sufrir un accidente a la mitad. El estudio de Marqués, que también preside la asamblea ciclista A Contramano, abarcaba el periodo 2000-2013. “La bicicleta devuelve a las ciudades su escala humana”, sostiene el catedrático de Electrónica y Electromagnetismo de la Universidad de Sevilla. 

En una línea contraria, el Ayuntamiento de Madrid dirigido por José Luis Martínez-Almeida (PP) ha empezado a convertir algunos carriles bici exclusivos ya existentes en vías compartidas con los coches. El 28 de octubre pasado la maquinaria municipal aprovechó unas obras en espacio de aparcamientos para desmontar un carril bici en crear un ciclocarril

El plan de Gobierno local de la ciudad –una coalición de PP y Ciudadanos apoyada por Vox– planea repetir esa operación en otros cuatro carriles bici separados a pesar de que son de los favoritos de los ciclistas: el número de usuarios que circulan por allí ha crecido un 83% desde su implantación. Se trata de cuatro viales sin una protección física notable, lo que les hace fácilmente reconvertibles. En otros dos carriles madrileños parecidos, pero que sí cuentan con una separación fuerte, el Ayuntamiento ha renunciado a acometer obras de calado para transformarlos.  

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