De El Gallinero al Parlamento Europeo: una niña gitana acude a Bruselas para defender su educación
Valica Costea, de 10 años, ha contado en el Parlamento Europeo cómo cada día deja su chabola en el poblado madrileño de El Gallinero para ir al colegio. Tiene una hermana mayor que ya ha abandonado la escuela para cuidar a algunos de los 11 hermanos que conviven en la casa. Valica dice que quiere ser veterinaria. Sin embargo, en cuatro años sus expectativas pueden dar un vuelco. El 64% de las niñas abandona la Secundaria entre los 12 y 14 años, según algunos estudios. Varios colectivos de gitanos, invitados a la cámara europea por la coalición Primavera Europea, han exigido en Bruselas mayores esfuerzos para la integración de la comunidad gitana en un contexto de recortes para los más desfavorecidos.
En el día de los Derechos Humanos, Malala Yousafzai, de 17 años, recibía el Nobel de la Paz junto al activista indio Kailash Satyarthi y recordaba, una vez más, que va a continuar su lucha “hasta que vea a todos los niños en la escuela”. Una reivindicación que casi le costó la vida en Pakistán, donde muchas niñas no pueden ir a la escuela. Este mismo miércoles, Valica Costea presentaba en Bruselas una realidad completamente diferente a varios eurodiputados y miembros de asociaciones de gitanos en España, pero marcada por el mismo deseo de que todos los que quieran estudiar puedan hacerlo. Ella quiere seguir estudiando, pero la compleja realidad que rodea al pueblo gitano puede convertir su caso en una excepción.
“Valica no debería ser una excepción, ni una soñadora empedernida”, dice François Bonnetier, la voluntaria de El Gallinero que ha acompañado a la niña en su viaje. “Ella se lo merece”. La pequeña había emprendido horas antes su primer trayecto en avión con inocencia y muchas ganas. Tantas, que cuando un empleado de la seguridad del aeropuerto levantó el brazo en señal de alto, ella le chocó la mano y siguió adelante.
“Cuando hay charcos en El Gallinero siempre tenemos que ir corriendo para no perder el autobús. A veces nos manchamos, a veces no”, cuenta con naturalidad. Las pésimas condiciones en las que viven en el poblado chabolista y los altos índices de pobreza —93%, según el Índice de Pobreza Humana— han quedado reflejados en un reciente informe de Save the Children y la Universidad Pontificia Comillas. Valica cuenta que cinco de sus hermanos no van al cole: dos son bebés y otros dos no quieren “porque tienen miedo”. “La mayor se tienen que quedar a cuidarlos y mi mamá se va a pedir”.
Dificultad de acceso a estudios superiores
Las políticas de integración del pueblo gitano comenzaron hace décadas con la intención de reducir la exclusión de la comunidad y con un punto central en la educación. Desde entonces, los datos de escolarización en etapas obligatorias han aumentado hasta casi los índices del resto de la población. El Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa, del Ministerio de Educación, apunta en un informe en febrero que España está situada entre los países europeos con mejores índices de escolarización. En 2012, el Consejo de Europa eligió al país como ejemplo de las políticas de integración.
Sin embargo, los retos son muchos aún. El Comisario Europeo Joao Delgado, presente en el acto, denunció que “un 76% de abandono escolar de los niños gitanos es inaceptable”. Los menores entran en las aulas pero tienen muchas más probabilidades de no finalizar sus estudios que otros compañeros. También de no llegar a los niveles educativos superiores: entre un 1 y un 2% de los gitanos accede a la universidad, según datos de la Fundación Secretariado Gitano. En este proceso, las jóvenes abandonan las clases más pronto que los chicos para cuidar de la familia o formar la suya propia. Muchos chicos cuelgan las mochilas para intentar llevar dinero a casa.
“Hay mucho por hacer”, apunta Miguel Ángel Vázquez, portavoz del partido Por un Mundo Más Justo, que acudió a las elecciones europeas con la candidatura de Primavera Europea. “Por ejemplo, el colegio está asegurado pero los libros no. Ahí tienen que buscarse la vida para conseguirlos”, señala. El partido decidió llevar a una niña de El Gallinero “porque su testimonio es la mejor de las denuncias”. “Si tuvieran acceso a una guardería, la niña de 14 años no tendría que salirse a cuidar a sus hermanos pequeños”, apunta.
En el acto, que moderó el eurodiputado español Jordi Sebastià, participaron varios gitanos con estudios universitarios que pidieron visibilizar también esa realidad, como un buen ejemplo, y que los medios no solo dieran espacio a representaciones negativas del pueblo gitano. Carmen Santiago, abogada y gitana, apuntó que es importante “creer en los gitanos, creer que podemos estudiar, que podemos ocupar un puesto en la sociedad a la vista”. Joan Oleaque, periodista y profesor en la universidad, señaló la importancia de la 'romafobia' en la sociedad: “De los gitanos se puede decir cualquier cosa, algo que contra otros colectivos como los judíos no se podrían decir”.
Dos eurodiputados gitanos, Soraya Post y Damian Drăghici, insistieron en la necesidad de derribar los prejuicios y el antigitanismo que hay instalado en Europa y que cobra fuerza con el auge de partidos de extrema derecha. “Hay que cambiar las normas para que no salga barato insultar a los gitanos”, exigió Drăghici.
Menos recursos para los niños desfavorecidos
La crisis económica se ha cobrado parte de la cobertura social que funciona de colchón para los que menos tienen. El dinero destinado a la educación compensatoria, los programas que “intentan garantizar el acceso, la permanencia y la promoción en el sistema educativo del alumnado en situación de desventaja social” se han quedado casi a cero en los presupuestos de 2015. Su partida baja un 90,2% respecto a 2014. Pasa de 53.660.000 a apenas 5,25 millones. El año pasado el presupuesto registró ya una bajada del 68%. En 2012 su presupuesto era de 169,5 millones.
“En tiempos de crisis cortar en educación o limitar su inversión es un gran error”, afirmó el comisario europeo Joao Delgado. La abogada Carmen Santiago denunció la desaparición de programas como el Educa3, de impulso de la Educación Infantil de 0 a 3 años. En esa primera intervención hay un gran margen de ajuste del nivel formativo de los alumnos más vulnerables respecto al resto de alumnos, según los expertos.
Valica se va del Parlamento Europeo y este jueves dormirá con sus diez hermanos, de nuevo en El Gallinero. Lo último que dijo a los presentes en el acto es que quería ser veterinaria: “Y ya está”.