Resistencia y pérdida de miedo. El VIH contrataca: se está volviendo resistente a los medicamentos. El virus muta para sobrevivir a los fármacos cuando todavía es considerado una epidemia preocupante incluso en Europa. El VIH aún circula y el cambio de actitud ante la infección dificulta contener los contagios.
La Organización Mundial de la Salud acaba de subrayar su preocupación por el desarrollo de resistencias del virus que se une a la evidente relajación ante el contagio que se ha instalado en la población.
El Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) certifica que “el sexo entre hombres es la principal vía de contagio del VIH”. Hasta el 42% de todos los nuevos casos en la Unión Europea. En España son más de la mitad de los 3.400 detectados en 2015 (últimos datos validados). Pero la segunda forma más habitual también incide en la falta de precaución: las relaciones sexuales entre hombres y mujeres. Muy detrás queda el contagio por uso de jeringuillas.
El psicólogo especializado en pacientes con VIH, Alberto Tarriño, da algunas respuestas sobre la dimensión psicológica del contagio: “Existen diferentes variables. Por un lado, cuando se considera que se tiene una pareja se produce una relajación en la prevención y eso aumenta el riesgo”. Es lo que el ECDC denomina “relaciones con un compañero estable del que se desconoce el estatus”.
La Encuesta Europea sobre hombres que practican sexo con hombres (EMIS) de 2010 reflejó que, en España, esta práctica de riesgo estaba extendida en más de un tercio del grupo. Más común todavía es la falta de prevención con un compañero no estable: un 68%, según la EMIS. El sexo con varios compañeros de los que se desconoce su seroestatus alcanzaba el 48%. Todas estas actitudes favorecen el contagio.
Nuevas prácticas como el 'chemsex'
Pero Tarriño añade otros factores como “el incremento del uso de las drogas recreativas asociadas a las prácticas sexuales”. El chemsex, que el British Medical Journal ha descrito como el “sexo bajo la influencia de sustancias psicoactivas”, también “provoca que decaiga la prevención”. De hecho, el BMJ concluía que el chemsex debía considerarse una “cuestión prioritaria de salud pública” y hacía referencia a que “algunos usuarios lo utilizan para manejar sentimientos negativos” entre los que se citaba “el estigma de su VIH-estatus”.
El psicólogo tampoco se olvida de que “los más jóvenes no tienen tanto miedo” a la enfermedad en respuesta al mensaje de “no pasa nada. Todo se cura”. En España más del 60% de los nuevos contagios registrados en 2015 se dieron en menores de 29 años, según el último informe del ECDC. En este sentido, el Centro de Enfermedades de EEUU explica que “el 22% de los casos se da en el grupo de edad entre 13 y 24 años”.
Tarriño explica que ese mensaje social de “no te va a pasar a ti” tiene luego un reverso cuando un infectado “pasa automáticamente a ser invisible. La enfermedad todavía provoca mucho estigma social”.
Al final de esa cadena de despreocupación aparece el infradiagnóstico. Una de las preocupaciones sobre las que ha puesto el foco el ECDC ya que las personas que no saben que están infectadas favorecen la circulación del virus.
El cálculo oficial es que hasta un 15% de los nuevos casos no son conscientes de portar el VIH y que el tiempo medio hasta que un recién infectado se hace las pruebas es de cuatro años.