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Este año cierra una década nefasta para el clima con récord de temperatura, subida del nivel del mar y deshielo acelerado

El agua derretida sobre el mar de hielo de Groenlandia es una evidencia de la alarma por el deshielo.

Raúl Rejón

2019 cierra una década que certifica la aceleración de la crisis climática. Diez años de “calor global excepcional”, deshielo y subida récord del nivel del mar, según ha constatado la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su informe sobre el Estado del Clima Mundial publicado este martes. Un periodo marcado por la sucesión de eventos meteorológicos extremos de gran impacto como inundaciones, olas de calor, sequías y huracanes.

En lo que va de año, la temperatura media general de la Tierra está 1,1ºC por encima de los valores preindustriales. “Será el segundo o tercer año más cálido” registrado, explica la OMM. Y la década también batirá récords. “Desde 1980, cada década sucesiva ha sido más cálida que la anterior”, resume la organización.

Es algo consecuente con el incremento de la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) acumulada en la atmósfera. En 2018 se batió el récord histórico de concentración de CO2 –con un nivel no visto en tres millones de años–. El metano y el dióxido de nitrógeno también superan por mucho los niveles anteriores a la revolución industrial. A más GEI en el aire, más calor retenido que absorbe el mar y las tierras.

En lo que respecta al deshielo, 2019 no ha traído ninguna buena noticia. En septiembre pasado, la extensión de la capa de hielo en el Ártico fue la tercera más pequeña de los registros. Se une a la aceleración de la subida del mar. El incremento del nivel es un proceso que viene observándose desde hace tiempo, pero el ritmo ha crecido debido, en parte, a que se está fundiendo la placa de hielo sobre Groenlandia y la Antártida. En octubre de este año la media global del nivel de mar ha sido la más alta desde que puede medirse con alta precisión (1993).

Tiempo extremo

Más gases de efecto invernadero acumulados en la atmósfera tienen como consecuencia un planeta Tierra recalentado. ¿Resultado? La alteración del sistema climático, como se encarga de recordar la Organización Meteorológica.

Esa alteración se plasma en un tiempo con cada vez más eventos meteorológicos extremos. Sequías. Lluvias torrenciales localizadas que provocan riadas e inundaciones. Huracanes más frecuentes y más fuertes. Huracanes que, además, llegan a latitudes antes a salvo como el oeste de Europa. En los seis primeros meses de este año, más de siete millones de personas fueron obligadas a desplazarse por estos fenómenos. Es la cifra más alta desde que hay registros.

La OMM recuenta inundaciones por desbordamientos fluviales en EEUU (que las ha padecido en Misuri, Arkansas y Misisipi este año), pero también en el norte de Rusia y en el sureste asiático. En España una depresión atmosférica en el Levante, a principios de septiembre, provocó inundaciones en Alicante, Región de Murcia, Almería y Málaga. La ya célebre DANA provocó seis muertos en España.

El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, pone el acento en que “una de las principales consecuencias del cambio climático es que se generan unas precipitaciones más erráticas”: un patrón de lluvias imprevisible y caprichoso lo que supone amenazas para las cosechas o las inundaciones.

Pero, al mismo tiempo, ese patrón errático también incluye largas temporadas sin lluvia. Todo un corredor seco se ha instalado en América central por Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador, hasta que llegaron tormentas torrenciales en octubre. El propio Chile, organizador de la cumbre, padece un curso “extraordinariamente seco” en su parte central. 

España es una zona que ejemplifica esta combinación climática de sequía y precipitaciones torrenciales. Si la DANA dejó imágenes de localidades como Orihuela convertidas en lagunas, 2019 ha hecho que se declarara la sequía meteorológica en amplias zonas: sur de Castilla y León, oeste de Madrid, sudoeste de Castilla-La Mancha, Canarias, puntos de Euskadi han soportado recibido durante meses hasta un 25% de lluvias que la media histórica. El año hidrológico 2018-2019 que va de octubre a septiembre ha sido el tercero más seco del siglo en España.

En este línea, Europa ha soportado un verano especialmente duro de olas de calor. La OMM ha recopilado olas que provocaron la temperatura récord registrada en Francia (con 46ºC). También se batieron los máximos en Alemania, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Reino Unido. Un calor que se extendió al norte hasta afectar a Finlandia o Suecia.

España tuvo una ola de calor en junio calificada como “especialmente adversa” por la Agencia Estatal de Meteorología por, entre otras cosas, declararse antes de entrar en julio. Las olas en España son cada vez más tempranas y más numerosas. De hecho, ocho de los 10 picos térmicos registrados en un mes de junio se acumulan en el siglo XXI. 

“En el día a día, los impactos del cambio climático se notan en episodios de tiempo extremo y anormal”, ha insistido Taalas. España, en 2019 también, puede dar testimonio de ello.

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