Menores trans: “Somos la niña que entra con la cabeza alta al pediatra aunque la nombren en masculino”
Los menores trans salen a la calle para reivindicar sus derechos. La asociación Chrysallis ha convocado este sábado una concentración en la madrileña Puerta del Sol con el objetivo de “evidenciar la situación de discriminación que sufren las personas trans” y que “se acentúa en la infancia y la adolescencia”. El colectivo llama a la “urgencia” con la que, asegura, debe abordarse este tema desde los poderes públicos.
Las familias se manifestarán bajo el lema “Infancia y juventud trans* existe y resiste”. El asterisco en la palabra “trans” se utiliza para englobar una diversidad de identidades más allá de la tradicionalmente considerada “transexualidad”, de manera que hace referencia a todas las personas que no son cisgénero –cuyo género asignado al nacer coincide con su sexo sentido–. Es desde esta diversidad desde la que los menores revindican su existencia: “Resistimos al sistema que excluye y limita las identidades”, explican en el manifiesto que leerán en la plaza madrileña.
Las familias se concentran unas semanas después del Día de la Visibilidad Trans, en la que exigieron la despatologización de la transexualidad, es decir, dejar de concebir esta realidad como una enfermedad. A ello se suman las reclamaciones de este sábado sobre la ley que impide a los menores de edad acceder al cambio registral de nombre y sexo. En este sentido, el Congreso tramita una iniciativa que corrige esta exclusión y además deja de tratar a las personas trans como enfermas para hacer esta modificación en los documentos oficiales.
“La primera dificultad con que se topa la juventud trans es hacer ver a las familias que las expectativas identitarias que se habían creado eran erróneas y que deben respetarles, pero también hay que remarcar la resistencia y dificultades que a menudo existen en el ámbito de la salud, que junto con las barreras de la administración pueden convertir las vidas de niñes, adolescentes y jóvenes en un infierno”, argumenta Chrysallis en una nota.
Las denuncias del colectivo de menores trans se unen a sus reivindicaciones de visibilidad. Por eso, quieren poner de manifiesto que “resistimos y existimos”, deslizan en su manifiesto: “Somos la niña que entra con la cabeza bien alta a la consulta de su pediatra aunque la nombren en masculino” y “Somos esa persona de la clase de tu hijo, a la que no sabes bien como nombrar, pero que ganó el premio de ciencias con su proyecto”, dicen a modo de ejemplo.
También existen “en la clase de danza, de artes marciales, de música, en la academia de idiomas”. Están en todas partes, aunque “no existamos en tus libros, en tu ideario ni en tus expectativas” o aunque “nos niegues el DNI, aunque intentes diagnosticar nuestras identidades, aunque pretendas ocultarnos, borrarnos y cargarnos de estigma”.