Los afectados de las preferentes buscan probar las secuelas psicológicas de la estafa
Los afectados por las preferentes de la banca buscan demostrar judicialmente las secuelas psicológicas de la estafa. El fraude que implica a 52 entidades financieras y 700.000 personas en un negocio de 12.000 millones de euros en ventas de productos bancarios tóxicos está dejando una ristra de afecciones psicológicas todavía por estudiar. Psicólogos sin Fronteras (PSF) ha llegado a un acuerdo con tres asociaciones de afectados para tratar de probar las secuelas de los afectados. Verse entrampado en un maraña financiera, con los ahorros menguados y víctima de los ardides de algún banco forma un cóctel que dobla la voluntad.
“Vamos a utilizar el modelo de evaluación pericial forense”, cuenta a eldiario.es el presidente de PSF, Guillermo Fouce. Se trata de seguir un proceso similar al de las enfermedades o accidentes laborales, explica el psicólogo. Los exámenes tratan de demostrar la difícil “causa-efecto” entre la estafa y las secuelas presentadas por los estafados. “Las aseguradoras son duras de roer en los juzgados”, valora Fouce. Adabankia, Asuapedefin y Apetidu son las tres organizaciones implicadas en este protocolo que se firmará de manera oficial el miércoles 16 de octubre.
El protocolo, que ha podido examinar eldiario.es, incluye una fase de evaluación y recogida de datos “abierto a cualquier afectado sea o no socio de estas organizaciones”, cuenta Roberto Serrano de Adabankia. La evaluación de los estafados se enfoca a descubrir las afecciones físicas, como pueden ser “el insomnio, trastornos cardíacos, ictus”, así como las del plano psicológico, ya sea “depresión, estrés, ataques de ansiedad”.
La evaluación termina con un “diagnóstico orientativo en el que se indique el número orientativo de sesiones necesarias y la hipótesis de diagnóstico”, según el documento de actuación.
“Se va a empezar en Madrid y Barcelona pero se trata de ir extendiéndose”, planea Serrano. Fouce abunda en que “una vez hecha la primera fase se determina si hay caso para seguir en profundidad”. Con esos exámenes periciales como arma, los afectados podrán acudir a la vía judicial para reclamar “daños y perjuicios” a las entidades financieras en las que se vieron atrapados. “Una vez que se le ha puesto nombre a los cuadros que las víctimas han detectado en su día a día, se puede pensar en demostar ante el juez que la secuela está producida por el el proceso de estafa”, concluye el psicólogo.