El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó hoy a Macedonia por las torturas sufridas en 2003 por un ciudadano alemán de origen libanés antes de entregarlo a la CIA, que lo trasladó a Afganistán, donde recibió más maltratos.
Se trata de la primera condena dictada por el Tribunal de Estrasburgo contra los Estados europeos que colaboraron con los llamados vuelos secretos de la CIA.
Los jueces consideraron que Macedonia violó cuatro artículos de la convención europea de derechos humanos, sobre todo el 3, que prohíbe la tortura y el trato inhumano y degradante, por lo que condenaron al país a pagarle 60.000 euros en concepto de los daños morales sufridos.
El Tribunal también consideró que se violaron los derechos a la libertad y la seguridad, al respeto de la vida privada y familiar y al recurso efectivo.
Según la sentencia de Estrasburgo, Jaled El-Masri, ciudadano alemán de origen libanés, fue arrestado por la policía macedonia el 31 de diciembre de 2003 y trasladado a un hotel de Skopje, donde fue torturado.
Allí permaneció 23 días interrogado en inglés -idioma que hablaba mal- sobre sus presuntos lazos con organizaciones terroristas, sin poder entrar en contacto con la Embajada alemana y con constantes amenazas.
El 23 de enero de 2004 fue esposado, encapuchado y trasladado al aeropuerto, donde fue golpeado, desnudado y sodomizado con un objeto.
Según el acusado, esas torturas le fueron practicadas por agentes de la CIA, mientras se encontraba bajo la jurisdicción de las autoridades macedonias, lo que ha llevado al Tribunal a considerarlas también responsables de estos hechos.
Sedado por la fuerza, el detenido despertó en un país cálido y concluyó que se encontraba en Afganistán, donde estuvo cuatro meses en una pequeña celda de hormigón, donde fue numerosas veces torturado.
El-Masri, que pidió en varias ocasiones tener contacto con las autoridades alemanas, sin éxito, llevó a cabo dos huelgas de hambre durante su detención en Afganistán.
El 28 de mayo de 2004 fue trasladado a Albania, escala anterior a su llegada a Alemania, donde llegó con 18 kilos menos de peso y donde comenzó a emprender acciones legales.
Su actuación llevó a la Fiscalía de Múnich a emitir en enero de 2007 varias órdenes de arresto contra agentes de la CIA, pero las autoridades estadounidenses rechazaron revelar sus identidades.
El-Masri fue una de las personas interrogadas por el senador suizo Dick Marty, autor de un informe para el Consejo de Europa sobre los vuelos secretos de la CIA, que consideró su testimonio creíble, al igual que el Bundestag alemán, que investigó el asunto en 2006.
También el Tribunal considera “precisa y coherente” la descripción que hace el acusador de los hechos, por lo que tiene por válido su testimonio.