Fábricas de cesáreas: Alicante y Ciudad Real tienen los hospitales con tasas más elevadas de España, de hasta el 60%
Cierto conservadurismo en las prácticas médicas, falta de personal y de recursos en la sanidad pública, la tendencia a medicalizar el parto, un cambio en el perfil de las embarazadas, cada vez con menos hijos y edades más avanzadas. Las causas que explican las elevadas tasas de cesáreas en España son multifactoriales, según apuntan las expertas, y obedecen a un cambio en el sistema sanitario como en los propios embarazos. Pese a que las cifras en general están por encima de la recomendación que la Organización Mundial de la Salud publicó en los años 80, que sitúa en 15% el porcentaje de cesáreas sobre el total de partos, aplicable a mujeres sin cesárea previa y con embarazos considerados de bajo riesgo obstétrico, dos territorios concentran los hospitales con las estadísticas más elevadas: la Comunitat Valenciana y Castilla-La Mancha.
La Comunitat Valenciana es la autonomía con mayor porcentaje de cesáreas del Estado, que se eleva notablemente por las estadísticas de los centros privados, mientras que Castilla-La Mancha, que se mantiene en la media nacional, presenta divergencias según la provincia. A su vez, en ambos territorios se encuentran el centro público y el privado que más cesáreas han practicado en la última década, según la investigación de elDiario.es.
Los templos de las cesáreas son el Hospital Vithas Perpetuo Socorro de Alicante, que tiene una tasa del 60,8% respecto al total de partos (5.300 desde 2010) y que es el centro privado que más realiza en el país; mientras que en Puertollano (Ciudad Real), el Hospital de Santa Bárbara es el centro público líder en esta práctica, también con un 60% respecto al total de nacimientos, 5.055 en el periodo analizado.
En la Comunitat Valenciana, coinciden matronas y ginecólogas, la incidencia de la medicina privada eleva el porcentaje. Mientras que en los centros públicos la media es del 24,1%, en los privados esta se duplica, hasta el 45% de cesáreas respecto al total de partos, pese a que los centros privados atienden el 23% de los embarazos. Tres centros privados lideran las tasas de cesáreas en proporción a los partos atendidos y disparan la estadística global: la mitad de las mujeres atendidas en un parto han tenido una intervención quirúrgica. Al Perpetuo Socorro de Alicante le sigue el hospital Medimar, del mismo grupo y en la misma ciudad, que tiene una tasa del 57,7% de cesáreas.
En València, el 9 d'Octubre, también propiedad de Vithas, es uno de los que más nacimientos atiende en toda la Comunitat Valenciana: con 45.403 partos entre 2010 y 2020, tiene una tasa de cesáreas del 48%. Paradójicamente, a 6 kilómetros se encuentra el Hospital Universitario La Fe, centro público de referencia, donde la tasa de cesáreas baja al 27%, con más de 52.000 partos en una década. Los centros públicos valencianos se encuentran en torno al 25% de la tasa de cesáreas, por encima de lo que en su día recomendó la OMS y lo que los especialistas consultados consideran que es el límite a partir del cual se puede considerar un exceso de intervenciones. Hasta el momento de publicación de esta información, Vithas no ha contestado a elDiario.es para ofrecer una valoración de los datos.
Factores culturales y falta de recursos
Las matronas atribuyen el elevado número de cesáreas a factores culturales, ligados a la falta de recursos del sistema sanitario público y a una privatización de la atención a las gestantes a través de las mutuas. Consideran que en España hay una cultura de “medicalización del parto” y que muchas mujeres se sienten más cómodas o seguras en un centro privado, donde suele estar el ginecólogo en el que ya tienen confianza, desplazando al sistema público. Además, la ratio de matronas está muy por debajo de los países europeos, con 2 por cada 10.000 habitantes en España. “La sanidad pública necesita más obstetras y matronas, que la mujer se sienta escuchada, que tenga tiempo para ver, entender, estar acompañada”, además de otros recursos como habitaciones individuales, que proporcionan mayor intimidad, o paritorios acorde a las necesidades, apunta María González, representante de Comares, colectivo que agrupa a matronas en la Comunitat Valenciana.
Castilla-La Mancha se encuentra en la media nacional en la práctica de cesáreas, pero con fuertes diferencias entre cada una de las provincias y entre la titularidad del centro. La tasa en los hospitales públicos es del 24,2%, mientras que en los privados sube hasta el 41,8%. Apenas un 3,3% de los partos se realiza en la privada.
Entre centros destaca especialmente el Hospital de Santa Bárbara de Puertollano, que tiene no solo la tasa más alta de cesáreas de la región, sino de todo el país. “Es una situación enquistada”, han asegurado a este medio fuentes de Sanidad en la provincia de Ciudad Real. Dicho centro tenía en el año 2016 una tasa de más del 60% de cesáreas del total de partos. Cifras muy altas que contrastan con el resto de los hospitales. Ahora se ubica alrededor del 50%. Hace unos años, la asociación 'El parto es nuestro', señalaba al centro como una “fábrica de cesáreas”.
En el Hospital de Santa Bárbara asumen la responsabilidad en sus elevados índices. “Se hacían cesáreas, pero muchísimas, muchas más de las que se suelen ver en cualquier hospital”, explica una enfermera que trabajó en el hospital hasta precisamente 2017. De día y de noche, a todas horas. “Somos conscientes del problema que tenemos y a esta situación que hemos llegado. Y no es de ayer ni anteayer”, explica el gerente del centro, Cesáreo Peco. El responsable señala que se ha observado esta tendencia en las últimas tres décadas. “A esto no se llega de la noche a la mañana”, resalta. Peco calcula que se llegó a ella a finales de los 90, principios de los años 2000. “Incluso si vas más atrás se encuentran números muy elevados”.
“Preocupación”
“Tenemos datos asistenciales muy buenos en inversión, listas de espera, pero estos en concreto no están acordes a lo que se mantiene en el Servicio Nacional de Salud. Es la realidad”, admite. Su equipo llegó a la gerencia en 2016, y lo veían “con preocupación”. “No entendemos con qué razón se encuentran los datos que están aquí”. El personal de enfermería consultado que ha trabajado en el hospital y prefiere mantener el anonimato, apunta a una persona en concreto, un médico cuya forma de trabajar ha influido en las dinámicas del centro. Pero Peco prefiere no hablar de nombres y recalca que desde 2018 su equipo trabaja por reducir las cesáreas, que ya han bajado un 10%. “Vamos a ser más cautos, a ajustarnos a los protocolos de la Sociedad Española de Ginecología y así haremos que las segundas cesáreas bajen. Ya vemos un descenso ligero y paulatino”, resalta. “Seguiremos siendo el hospital que tenga la tasa más alta, pero iremos en declive y ya llegaremos a ponernos con los demás. Seguiremos bajando y nos acercaremos a lo que tienen otros países, como Alemania o Canadá”, concluye.
“La forma de trabajar del propio servicio era, digamos, bastante flexible a la hora de decidir si se terminaba por vía vaginal o por cesárea. Ante la menor duda, se procedía a la cesárea, mientras que en otros hospitales a lo mejor se mantenía una actitud más expectante”, explica Peco. Por ejemplo, en Puertollano si la mujer que llegaba a parir había tenido ya una cesárea, la segunda llegaba de manera “inequívoca”. “Pero lo relevante no somos las personas, son las acciones”, afirma Peco, al ser preguntado por el ginecólogo al que señalan como promotor de esta política.
Manuela fue enfermera en el centro y recuerda que el médico solía decir que “si no se llega en treinta minutos, entonces hacemos cesárea”. Prefiere no dar su nombre real, porque “ya tuvo demasiados conflictos” con el que fuese jefe de Ginecología del centro. Tampoco cree que haya “ninguna intención real” en bajar las tasas. “Lo que está pasando es que están bajando los partos y ya está”. “Todo lo que no fuera parto normal y rápido, era cesárea segura”, asegura la profesional. “En cuanto los monitores estaban un poco regular, entonces se hacía cesárea”.
Esta situación, afirma, “caló” en el personal sanitario que ha seguido. “Quien quería una cesárea y no se programaba en su hospital, entonces se lo programaban en Puertollano. Así funcionaba”, resalta. Además, explica que la técnica se desarrolló de manera que ya no quedaban casi marcas en el cuerpo de las madres. “Cesáreas totalmente perfectas, intradérmicas, no se notan ni los puntos”, asegura. Ella trabaja en otro hospital de la provincia y sigue siendo así, asegura. “Quien quiere una cesárea se va ahí”.
Este periodismo es posible gracias al apoyo de los socios y socias de elDiario.es. Si te gusta nuestro trabajo y crees que merece la pena, apóyanos tú también.
2