El obispo de Getafe, denunciado por homofobia, despide a un párroco progresista
“Me siento humillado, maltratado y vapuleado, quizás como se sienten muchos trabajadores de cualquier empresa, con la diferencia es que mi empresa se llama Iglesia, comunidad, y el que me lo estaba diciendo no era el jefe de personal de la empresa, sino supuestamente mi pastor”. Francisco Javier Sánchez, capellán de la cárcel de Navalcarnero y uno de los sacerdotes más aperturistas de Madrid, ha sido “despedido” por el obispo de Getafe.
¿La razón? “Un mero cambio en la parroquia”, aseguran desde la diócesis. “Una decisión arbitraria”, argumentan desde la parroquia de la Sagrada Familia de Fuenlabrada, donde Javi (como se le conoce en la comunidad) lleva ejerciendo desde hace más de una década. Hasta que el pasado mes de junio, el obispo Joaquín María López de Andújar (el obispo denunciado ante la Fiscalía por incitar al odio homófobo“ tras su carta pastoral contra la ley anti LGTBfobia de la Comunidad de Madrid) le hizo llamar a su despacho y le comunicó que, a partir del 1 de septiembre, cesaba en sus funciones.
“El día 1 de septiembre me das las llaves de la parroquia y ya está [...] Quiero llevar a cabo una reforma doctrinal y litúrgica y para eso tú tienes que salir de ahí, llevo años diciéndotelo y ahora soy yo el que decido”, asegura tanto el párroco como los miembros del Consejo Pastoral, que se han rebelado contra la decisión del obispo. La respuesta del prelado no ha sido otra que destituir a dicho consejo el pasado 23 de agosto.
En respuesta, los feligreses han lanzado una campaña. Tras varias semanas de lucha, el obispo sólo ha concedido al sacerdote (que regresa de vacaciones el próximo 14 de septiembre) que continúa en el templo, pero como tercer cura.
El nuevo equipo entró en la parroquia, acompañados por el obispo, el 31 de agosto, sin esperar a que el sacerdote regresara de su descanso, anunciado a la diócesis hace semana. “El obispo echa a Javi porque trabaja por una iglesia donde tiene cabida todo el mundo: ateos, presos, colectivos LGBT, etc..”.
“Javi no es un cura al uso, no viste de sotana ni usa el lenguaje eclesial ni tampoco impone reglas estrictas. Todo el mundo le conoce cuando pasea por el barrio, y, lo que es más importante, él conoce a todos los que pasan dificultades reales: familias sin empleo, delincuentes, presos, discapacitados, etc. y todos tienen su ayuda”, apuntan desde la parroquia.
“Es el ideal del Papa actual, pero parece que esto molesta al obispo, cuya línea dura e intransigente nos retrotrae a otros tiempos, y que lleva años intentando despedir a Javi de la parroquia para quitarle el cariño de los suyos que él no consigue obtener”, denuncian.
Por su parte, el canciller del Obispado de Getafe, Francisco Armenteros, apunta a este diario que el cambio de párroco “es un cambio de los muchos que se dan cada año, pues en el origen no hay más problema”, y asegura que “de los veinte cambios de párrocos al año, en ningún caso se ha organizado ningún revuelo. Lo que aquí ha resultado llamativo es el revuelo, y el tono sorprendente, diciendo cosas muy feas del obispo”.
“Está en juego no el echar a un cura de su parroquia, sino el demostrar si la Iglesia es o no evangélica, y si el obispo se cree lo del servicio como pastor o lo que hace es lo que todos los jefes oprimir, tiranizar, sin importarle el daño que puede estar haciendo”, culmina.