Un investigador compatibilizó durante meses un puesto de dedicación exclusiva en la UAB con su trabajo en Rumanía
El profesor Marian Barbu ha estado percibiendo el salario de un contrato público María Zambrano en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) durante ocho meses a la vez que mantenía su puesto de decano en la Universidad Dunarea de Jos de Rumanía. Estas ayudas públicas, que buscan la recualificación del sistema universitario español, son incompatibles con cualquier otra situación laboral, según indica el BOE en su convocatoria. El investigador dejó el trabajo en la UAB el mismo día que elDiario.es preguntó por su situación tras ocho meses “tratando de arreglar su situación administrativa”, según la universidad.
La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha explicado a este diario que Barbu pasó todo ese tiempo intentando abandonar el empleo como decano, pero finalmente acabó concluyendo que le resultaba imposible desvincularse de su universidad. “El profesor Barbu ha comunicado al Departamento que le ha sido imposible solucionar la problemática del trabajo de origen y que, por tanto, debe renunciar a la ayuda por incompatibilidad. Por descontado, devolverá el importe de la ayuda recibida”, explicó la UAB a elDiario.es.
La UAB anunció a principios de febrero que incorporaba a Marian Barbu al Departamento de Telecomunicaciones e Ingeniería de Sistemas del centro como beneficiario de un contrato María Zambrano, pensado para la atracción del talento internacional. Según la Universidad, Barbu no obtuvo, en primera instancia, una de las ayudas a las que optaba y aceptó otros contratos en su universidad de origen. Posteriormente, por renuncias de otros investigadores, “sí resultó finalmente beneficiado, con la circunstancia de tener ya otro compromiso laboral en su universidad de origen”. La UAB incide en que “desde el Departamento se le comunicó que tenía que renunciar al trabajo de Rumanía si quería disfrutar de la ayuda”. En la web de su universidad ha figurado y aún figura como decano.
Consultado por este periódico, Marian Barbu defiende que en ningún momento de su trabajo fue consciente de que estaba incumpliendo la normativa. “Estaba haciendo la investigación a distancia, ya que mi campo de investigación me lo permite. Cuando la UAB me informó de este asunto, dimití el mismo día”, explica a elDiario.es. “También pedí a la UAB que me informara si económicamente hay algo que solucionar. La UAB me contestó que ha iniciado el procedimiento para recuperar las cantidades percibidas por mí. Las dos últimas semanas he intentado hacer todas las gestiones económicas para solucionar muy rápido este tema”, apunta Barbu, que incide en que no sabe cuánto dinero debe, pero se muestra dispuesto a ofrecer la información cuando la tenga.
De acuerdo con la universidad catalana, el profesor aceptó las condiciones, se empadronó cerca de la universidad e hizo estancias en Catalunya en varias ocasiones, “mientras solucionaba los asuntos burocráticos necesarios para renunciar a su cargo de allí”. Consta que estuvo en la UAB “en enero, febrero, marzo, abril y junio en periodos que van de 4 a 12 días”, según la universidad. Insiste el portavoz de la UAB en que “Barbu se integró plenamente al grupo de investigación, participó efectivamente en las investigaciones propuestas y los resultados del trabajo han quedado recogidos en coautoría de artículos de investigación, participación en congresos y seminarios”.
En España, el profesor rumano trabajó en el mismo departamento que Ramón Vilanova, profesor del Departamento de Telecomunicación e Ingeniería de Sistemas y exdirector de la Escuela de Ingeniería. Vilanova coincidirá también con Marian Barbu en la próxima conferencia del IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers), del que es vicepresidente de la sección española, del 12 al 15 de septiembre. “Conocía su situación laboral, pero nos aseguró que estaba en vías de solucionarlo una vez obtuvo la ayuda”, explica este profesor a elDiario.es y añade que desconoce los motivos por los que no pudo regularizar su situación.
La dilatación burocrática que alega Barbu para renunciar a su puesto de trabajo no ha sido de un par de semanas o un mes, sino de ocho, una circunstancia que fuentes universitarias –y la propia universidad– consideran muy excepcional. Preguntada la UAB por qué se mantuvo tanto tiempo esta situación, fuentes de la universidad inciden en que él no dejó de asistir a reuniones, seminarios y congresos como parte de grupo de investigación, pero asumen el error de no haber sido “lo suficientemente diligentes en asegurar el cumplimiento del compromiso adquirido”. “Hemos iniciado un procedimiento interno informativo para aclarar por qué este investigador ha mantenido tanto tiempo esta situación”, añaden desde la institución, aunque no detallan dicho procedimiento.
20.000 euros a devolver
Ahora, Marian Barbu debe renunciar a la ayuda María Zambrano por incompatibilidad y devolver el importe económico de la ayuda recibida, a lo que el profesor se ha comprometido, según su propia versión y la de la universidad. Desde la UAB dicen haber rescindido el contrato con correspondiente baja en la Seguridad Social y se han iniciado los trámites para la reclamación del importe económico. No obstante, reconocen no saber “el plazo exacto” de los tiempos de dicha devolución.
Según la propia convocatoria de 2021, el importe mensual de las ayudas María Zambrano para la atracción de talento será de 4.000 euros brutos. Los cálculos aproximados de este diario —sigue vigente la polémica con el pago de estas ayudas por el descuento de la cuota patronal del salario— dan a devolver, como mínimo, unos 20.000 euros cobrados.
Fuentes de gerencias universitarias y también perceptores de la ayuda María Zambrano consultadas por este diario ven este caso una rareza. Según la propia UAB, la situación es excepcional y aseguran que no ha habido más casos de este estilo.
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