Jennifer Ackerman, naturalista: “Ojalá fuéramos como los búhos y escucháramos sin hacer tanto ruido”
Aunque no es bióloga de formación, la escritora y naturalista estadounidense Jennifer Ackerman sabe más sobre las aves que muchos especialistas. Tras el éxito internacional de su libro El ingenio de los pájaros (Ariel), una reivindicación de la refinada inteligencia de estos animales, Ackerman publica ahora La sabiduría de los búhos, una obra en la que recorre el mundo para contarnos las asombrosas capacidades de estas aves y la larga relación que han tenido con los seres humanos.
Con sus ojos enormes y su presencia silenciosa, los búhos se han convertido en un símbolo omnipresente en todas las culturas, a veces como representación del conocimiento, otras como guías espirituales a otros mundos o incluso como representantes de fuerzas oscuras que acechan en la noche. Más allá de las supersticiones, se trata de aves con una extraordinaria capacidad de adaptación, que han colonizado los ecosistemas más diversos y desarrollado estrategias de depredación que parecen producto de la fantasía. Existen búhos diminutos, del tamaño de un petirrojo, y búhos gigantes, capaces de elevar grandes presas entre sus garras. Búhos que viven en madrigueras y búhos que viven en acantilados. Y todos conservan la asombrosa capacidad de mimetizarse con el entorno y observar sin ser observados. De todo esto habla Jennifer Ackerman en una conversación por videoconferencia desde su casa, en la localidad inglesa de Herefordshire.
Advierte usted de que estamos ante una “cuenta atrás para la extinción de los búhos” ¿Cómo sería un mundo sin estas aves?
Creo que el mundo sería un lugar mucho más pobre. Realmente le dan magia y misterio al paisaje y a la vez están presentes en las historias de muchísimas culturas. Los búhos tienen un enorme valor simbólico para los humanos, aparecen en nuestro arte y en nuestros objetos, ocupan un lugar tan importante en nuestra imaginación que no puedo pensar en un mundo sin ellos.
Una familia de búhos con tres pollos devora unos 8.000 ratones en un año. ¿Evitan la propagación de enfermedades?
Absolutamente. Juegan un papel muy importante en muchos lugares, incluidas las ciudades, donde eliminan a los roedores. Y para los agricultores son una gran ventaja, porque los ratones se comen el grano, así que tienen un gran valor económico, además del valor ecológico y sus beneficios para la salud pública.
¿Cómo afectaron las películas de Harry Potter al tráfico ilegal de búhos?
Por desgracia, mucha gente en todo el mundo empezó a tener interés en tener búhos como mascotas y eso es una pésima idea. Son criaturas salvajes que necesitan estar en libertad y lo que pasó con los libros de Harry Potter es que el interés no solo creció en Reino Unido, sino en lugares como Indonesia y en general en el sudeste asiático, donde tienen mercados de pájaros y les gusta tenerlos como mascotas. De pronto se volvieron muy populares y esto dio muchos problemas, porque es muy difícil cuidar de ellos, hay que darles comida cruda como ratones, son muy ruidosos por la noche y muy caóticos. En general, no son las mejores mascotas.
Los libros y películas de Harry Potter dispararon el interés por tener búhos como mascotas y eso es una pésima idea
¿Tirar los restos de una manzana por la ventanilla puede costarle la vida a un búho?
Lo que sucede es que si tiras el corazón de una manzana por la ventanilla seguramente lo encontrará un ratón. Puedes pensar que no pasa nada, pero con frecuencia los búhos se lanzan a por el roedor y no ven los coches que pasan. Y perdemos muchísimos búhos de esta forma. Una de las historias que cuento en el libro es el caso de un búho que se coló por la ventanilla del coche y se quedó en el asiento del copiloto, una visita sorpresa (risas). Pero, más allá de la broma, a esto se lo conoce como “mensaje del corazón de la manzana” entre los naturalistas, que piden que no lances comida por la ventanilla porque esto pasa con cierta frecuencia.
¿Por qué los cuidadores de búhos se disfrazan?
Para evitar que los pollos experimenten lo que llamamos “impronta humana”. Si una cría de búho ve a un humano puede pensar que es seguro estar cerca de nosotros y eso le afectará y le hará más imprudente cuando más adelante esté en libertad. Los cuidadores toman muchas medidas para evitar que los vean, llevan máscaras y van disfrazados para evitar que luego estas aves se confíen.
¿Cuál ha sido su experiencia más impactante con un búho? ¿Por qué se siente fascinada por ellos?
Mi primera experiencia fue hace muchos años, cuando mis hijos eran pequeños. Monté un nido de madera en mi jardín, que se veía desde la ventana de nuestra cocina. Una primavera un gran búho se instaló y por la noche desaparecía para cazar. Por la mañana veíamos los restos de presas que dejaba colgando del nido, el ala de un petirrojo, la cola de un arrendajo y hasta el cuerpo entero de una tórtola. Y mis hijos, de 8 y 9 años, veían todo este espectáculo y gritaban “¡Oh, mamá!” (risas). Me parecían muy interesantes sus idas y venidas silenciosas, además de lo eficaz y preciso que era al cazar, porque atrapaba aves que eran más grandes que él. Esto disparó mi interés por estas aves.
Algunos tienen la cabeza en forma de antena parabólica, ¿son antenas con alas?
Esta cara redonda y plana se llama “disco facial” y es fascinante. Es como un satélite con plumas, puede recoger sonidos y canalizarlos por los oídos. Pueden cambiar la forma del disco facial al orientarlo hacia las fuentes de sonido y es una característica muy importante para ellos, porque su increíble sensibilidad muchos pueden cazar casi exclusivamente con este sentido.
Cuando escuchan en mitad de la noche utilizan el área visual de su cerebro, ¿pueden los búhos ver los sonidos?
Es un descubrimiento reciente de los anatomistas y es impresionante que exista esta conexión entre sus áreas cerebrales para el sonido y la vista. Algunos piensan que son capaces de obtener una imagen óptica real a partir de los sonidos que escuchan, quizá perciban al ratón produciendo una especie de flashes, como un faro. Es maravilloso pensar en ello, pero aún no sabemos exactamente qué sucede.
También pueden penetrar en medio metro de nieve para cazar un diminuto ratón y descontar la refracción que experimenta el sonido, ¿no?
Es espectacular. El ave que hace esto es el cárabo lapón (Strix nebulosa) y puede detectar estos sonidos desde distancias de más de 10 metros. Puede escuchar un ratón que está cavando un túnel a medio metro bajo la nieve y planea sobre el sonido. Y, al igual que el agua, la nieve produce una refracción del sonido que el búho descuenta antes de lanzarse en picado hacia su presa, que está totalmente desprevenida.
El cárabo lapón puede escuchar un ratón que está cavando un túnel a medio metro bajo la nieve y planea sobre el sonido antes de lanzarse sobre él
¿Los búhos son tan silenciosos para que no les oigan o para oír mejor a sus presas?
Ja, ja, ja. Creo que son ambas cosas. Tienen que ser muy silenciosos para poder escuchar a sus presas y también tienen que aproximarse sin producir ningún ruido que las alerte.
¿Cómo ven el mundo los búhos? Hábleme de ese experimento para poner micrófonos en las cabezas de búhos muertos.
El investigador Jim Duncan está llevando a cabo algunos experimentos para saber cómo perciben estas aves, una cuestión que no es nada sencilla. Y su aproximación es utilizar las cabezas de búhos muertos, colocar micrófonos dentro y medir lo que llega hasta sus oídos. Aún no hay resultados, pero las pruebas están en marcha.
¿Qué información contienen las egagrópilas?
La mayoría de la gente no sabe lo que es una egagrópila: se trata de una pelota con los restos regurgitados de las partes de las presas que no pueden digerir. El búho lo mantiene en el estómago hasta que está preparado para expulsar esta bola, que es una mezcla de piel, huesos y dientes. En estas bolas hay un montón de información valiosa sobre su dieta, si está comiendo más pájaros, mamíferos… Una práctica muy interesante con estudiantes es hacer que diseccionen estas egagrópilas y analicen qué están comiendo estas aves, identificando los pequeños huesos.
Dice usted que los búhos son “ventanas a cómo era la vida hace mucho tiempo”, ¿por qué?
Esa afirmación se refiere a los trabajos que han hecho algunos científicos examinando egagrópilas fosilizadas en Australia, que les ha permitido conocer toda una familia de mamíferos gracias a los restos. En ese sentido, son una ventana a un pasado ecológico sin la que no habríamos tenido esa información.
Hay quienes incluso tiran de la ayuda de perros, ¿no?
Sí. Algunos científicos han entrenado perros para distinguir el olor de diferentes egagrópilas de búhos. Algunas especies son muy difíciles de localizar y con los perros pueden llegar hasta ellas. Esta técnica se está usando en Australia con la lechuza enmascarada de Tasmania, que es una especie muy elusiva, y se están obteniendo muy buenos resultados encontrando grupos de búhos de esta manera.
¿Han sido tan poco estudiados porque no hay manera de encontrarlos?
Sí, creo que son muy difíciles de encontrar, viven en áreas muy remotas y están activos en el periodo en el que para nosotros es más difícil movernos, que es la noche. Ahí es donde algunas de las nuevas tecnologías y herramientas están siendo muy útiles, tenemos drones para localizarlos en lugares inaccesibles, cámaras web que podemos instalar en nidos y los siguen 24 horas o transistores vía satélite para seguir sus movimientos de un lugar a otro. Esto nos está ayudando a obtener información que de otra manera habría sido casi imposible.
A menudo están ahí sin que los veamos ¿es como si el paisaje tuviera ojos?
Esto es totalmente cierto. Me ha pasado un montón de veces que voy a una zona de un bosque en la que me han dicho que hay un búho, me paso un buen rato y no veo nada, a pesar de mirar con toda mi atención. Y de pronto veo sus ojos y me queda claro que me han visto a mí antes de que yo los vea a ellos, que han estado siguiendo mis movimientos. Son criaturas increíbles.
De pronto veo sus ojos y me queda claro que me han visto a mí antes de que yo los vea a ellos, han estado siguiendo mis movimientos
Usted ha escrito sobre la inteligencia de los pájaros, ¿por qué durante mucho tiempo se consideró que este animal que representa la sabiduría era medio tonto?
Es realmente irónico. Lo primero que hay que decir es que todos los pájaros son mucho más inteligentes de lo que hemos imaginado. Sus cerebros están organizados de forma distinta de la nuestra, pero tienen una enorme densidad de neuronas y son muy eficientes. Y esto también es verdad para los búhos, que tienen cerebros grandes proporcionalmente respecto a su cuerpo, como nosotros. Solíamos pensar que no eran inteligentes porque no lo son de una forma que nos resulte familiar, como pasa con los loros o los cuervos, que son buenos resolviendo problemas físicos y podemos medir bien su inteligencia. Los búhos son más sutiles y complejos y solo estamos empezando a comprender ahora todo lo que está pasando en sus cerebros.
Son a la vez símbolo de sabiduría y de la muerte, ¿eso los convierte en una diana?
Hay regiones del mundo donde se considera que son malvados o que traen malos presagios. Y no es difícil entender por qué; basta echar un vistazo a la lechuza blanca, con su aspecto fantasmal y sus llamadas nocturnas que parecen lamentos. Y, además, a menudo viven en edificios abandonados o en cementerios. No es del todo sorprendente que la gente los haya asociado con espíritus o demonios. Hay algunos programas en marcha en varios lugares del mundo para enseñar a los niños que son aves muy importantes para el ecosistema, con efectos beneficiosos para nuestras vidas. Y los niños son muy receptivos, así que esperemos que le den la vuelta a esta imagen de los búhos en el futuro.
Los búhos tienen algo parecido a nosotros y a la vez algo muy extraño y de otro mundo. Creo que esta combinación de familiaridad y rareza lo que los hace un símbolo tan poderoso para nosotros
Una duda que tendrá mucha gente: para camuflarse en su vuelo nocturno, ¿las lechuzas no deberían ser negras?
Ja, ja, ja. Hay algunos estudios sobre eso y se cree que el plumaje blanco tiene un gran impacto sobre las presas y las deja paralizadas por el terror. Y otros que dicen que el plumaje blanco se ve menos contra el resplandor nocturno. Pero para saberlo con certeza, ¡habría que meterse en la cabeza de los ratones! (risas).
Hay un búho pintado en las paredes de la cueva de Chauvet. ¿Qué nos dice eso sobre nuestra fascinación por estas aves?
Creo que muestra que hemos convivido con estas aves durante decenas de miles de años y ese es uno de los motivos por los que están tan presentes en nuestros mitos e historias. Por eso han sido importantes para nosotros, a veces como símbolo de la sabiduría, a veces del mal o de la muerte. Y creo que su apariencia extrañamente humana, con sus grandes ojos hacia delante y sus cabezas redondas, nos hace sentir que tienen algo parecido a nosotros y a la vez algo muy extraño y de otro mundo. Creo que esta combinación de familiaridad y rareza es lo que los convierte en un símbolo tan poderoso para nosotros y por lo que alguien las pintó hace 36.000 años en la cueva de Chauvet.
Estar callados y mirar alrededor, ¿es una filosofía de vida con la que nos iría mejor a los humanos?
Desde luego. ¡Ojalá fuéramos un poco más como los búhos y escucháramos más sin hacer tanto ruido!
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