La presidenta del Comité de Estudios de Género de la Asociación Europea de Sociología, Lise Widding Isaken, ha apostado por el feminismo “radical”, un fenómeno transversal que busca cambios que beneficien a toda la sociedad, frente al feminismo 'liberal', al que confiere una connotación de clase social.
La socióloga noruega, que este martes participa en el Palau Macaya de Barcelona en el ciclo de diálogos ciudadanos de 'la Caixa', ha hablado con EFE sobre los nuevos retos para las mujeres en la sociedad actual y hacia dónde evoluciona la sociedad europea.
Widding ha explicado que existen dos tipos de feminismo con estrategias diferentes: “uno es el feminismo corporativo o liberal, que busca romper el techo de cristal para que las mujeres puedan acceder a puestos directivos, y otro es el feminismo radical, que busca el cambio para toda la sociedad defendiendo los derechos universales y que representa al 99 % de la población”.
Esta división, ha asegurado la socióloga, responde a la división de clases que existe en la sociedad, y ha defendido que “es importante apoyar al 99 % de la población y, por tanto, respaldar el feminismo radical, que incluye a todos los tipos de mujeres y hombres”.
A su juicio, este feminismo radical “busca crear una sociedad amigable para mujeres, hombres y niños”, por lo que “no debería causar terror, ya que defiende los derechos universales”.
“No entiendo por qué una sociedad amigable e inclusiva debería ser aterradora”, ha destacado la socióloga.
“Creo que deberíamos tener una sociedad que sea amigable para todos los ciudadanos, una sociedad amiga del padre, de la madre, de la mujer y de los hijos, una sociedad en la que podamos desarrollarnos como ciudadanos y participar en nuestras democracias locales y ser personas más orientadas al público”, ha indicado.
Widding ha insistido en que las mujeres tienen que trabajar juntas para mejorar los permisos de paternidad y maternidad y para facilitar a los padres y madres participar en el mercado laboral, al tiempo que se ha mostrado partidaria de que el movimiento feminista incluya en su lucha a los hombres.
La socióloga también ha abogado por la educación gratuita de 0 a 3 años, lo que permitiría “disponer de instituciones públicas de cuidado infantil para que los niños estén seguros y tengan una buena calidad de educación”, y facilitaría la conciliación.
“A nivel europeo estamos teniendo una masculinidad más orientada hacia los niños, por lo que los padres participan más y no quieren ser el tipo de padre ausente con el que crecieron, quieren construir una paternidad diferente y esto es algo que tenemos que apoyar con políticas públicas”, ha señalado.
Preguntada por el crecimiento de los partidos de extrema derecha en Europa, Widding ha explicado que “pone en peligro el avance hacia la igualdad de género”, porque “usan las bajas tasas de fertilidad para guiar a los votantes de derechas a pensar que si pueden mantener alejados a los inmigrantes, prohibir los matrimonios homosexuales, etc., tendrán una nación con madres que darán a luz a niños europeos”.
“Es una política nacionalista que se tiene que combatir con una forma más abierta de ver el futuro, en lugar de cerrar las fronteras, a través de la mejora de la atención social y asegurar la gratuidad de las técnicas reproductivas”, ha señalado.
Aunque Europa contempla las políticas nórdicas como un ejemplo a seguir en materia de igualdad, Lise Widding ha considerado que cada país debe adaptar las políticas de igualdad a su entorno cultural y social.
Laia Mataix