Como un jarro de agua fría les ha caído a los futuros MIR la decisión del Ministerio de Sanidad de que elijan especialidad a distancia. El Ministerio colgó el pasado viernes en el BOE las instrucciones para que los casi 10.000 recién licenciados en Medicina que han superado la prueba que da acceso a su residencia elijan especialidad y centro. Y llegó el lío.
Debido a la COVID-19, Sanidad ha diseñado un método por el que los médicos tendrán que definir sus elecciones (qué especialidad quieren hacer y en qué centro desean cursar la residencia) en una lista que deben entregar telemáticamente como tarde 12 horas antes de que tenga lugar el proceso selectivo. La elección será automática, basada en esa lista.
Este mecanismo, denuncian los médicos, solo aporta incertidumbre y resta flexibilidad para tomar una decisión que afectará a su futuro para siempre. La elección de especialidad no se puede cambiar: si uno quiere hacer otra debe empezar de cero todo el proceso, examen incluido.
“E sta plaza representa todo el sacrificio y esfuerzo que hemos realizado durante siete años de formación y determinará lo que vamos a ser durante toda nuestra vida laboral. Un proceso tan importante para nosotros, no puede en última instancia terminar en algo tan azaroso”, lamentan María y Gonzalo, dos de los médicos afectados.
Ese “algo tan azaroso” se traduce en que los opositores van a tener que elegir un poco a ciegas. Sanidad ha pedido a los médicos que realicen idealmente una lista de plazas, explican los afectados, de las que se les adjudicará la primera que esté disponible en su turno, sin que los médicos tengan opción de cambiarla o rechazarla. “Se pierde el derecho que tienen todos los aspirantes a la improvisación, oportunidad que han tenido los aspirantes de años anteriores”, explican.
“Nadie ha tenido tiempo para visitar los hospitales y comparar las especialidades y los planes docentes”, una comprobación habitual que hacen los futuros MIR, añade Antonio Pujol de Castro, presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina.
Los MIR pedían al ministerio como alternativa a una gran cita en Madrid que habilitase las sedes de la Subdelegaciones del Gobierno –u otros espacios similares– en las distintas comunidades autónomas, para evitar desplazamientos y grandes aglomeraciones. No va a suceder.
Los opositores tienen el apoyo de distintas organizaciones del sector. La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), ha enviado una carta al ministro Salvador Illa para solicitar una elección presencial. “Es posible realizar habilitar estos medios y hacer que la elección de la plaza discurra sin tensiones, con total transparencia”, sostienen. La Organización Médica Colegial (OMC) se ha manifestado en un sentido similar.
El Ministerio de Sanidad explica que analizó esta posibilidad, pero que “se ha descartado por ser logística y técnicamente imposible de realizar para garantizar la seguridad del procedimiento”. Argumenta Sanidad que se han analizado “todos los condicionantes legales y tecnológicos para la reanudación” del procedimiento, y que la convocatoria, “desde su comienzo se ha realizado atendiendo a los principios de igualdad, mérito, capacidad y transparencia”.
350 al día
El método habitual de elección de especialidad es que se convoca a los aspirantes por orden de nota, en grupos de unos 350 al día, para que vayan eligiendo la plaza que quieren. El número 1 elige, por ejemplo, dermatología en el hospital Gregorio Marañón. Esa plaza deja de estar disponible y es el turno del número dos, que a su vez elige.
Y así van desfilando los casi 10.000 que han superado el listón de corte que estableció Sanidad para las 7.500 plazas disponibles (siempre hay gente que renuncia a su plaza porque no está disponible la que quieren y prefieren esperar otro año). La ventaja evidente de este sistema, destacan los estudiantes, es que cuando les toca elegir saben en el momento qué plazas están disponibles y cuáles no y se selecciona especialidad y destino a sabiendas.
Pero para eso hay que elegir en tiempo real, y no va a ser el caso este año. El Ministerio de Sanidad les ha pedido a los médicos que elaboren una lista “como mínimo de 400 opciones de plazas” (tantas como personas elegirán cada día) e idealmente mil, cuenta María incrédula. Cuatrocientas opciones, cruzando especialidad y hospital favorito, de una en una.
“Es una gran dificultad [elaborar una lista de preferencias tan amplia] por la imposibilidad de ir a visitar hospitales por el estado de alarma y la dificultad de contactar con todos los residentes de diferentes centros para todas las posibles opciones, haciendo que la gran mayoría de esas opciones se tengan que poner con desconocimiento de las características de la plaza”, explica junto a Gonzalo.
¿Cuál es la diferencia con otros años? “Como la adjudicación de la plaza se realizaba de forma presencial, el aspirante tenía un tiempo para reflexionar sobre su plaza y tenía la opción de modificar su elección en última instancia, ya que va viendo en tiempo real las plazas que van quedando libres”, explican.
Y no solo creen que haya un agravio comparativo con otros años, también entre los aspirantes de esta misma convocatoria en función de cuándo te toque elegir: los del turno de mañana tendrán la información del día anterior, y como pueden modificar su lista hasta 12 horas antes de que les toque, podrán adaptarse. Los de la tarde, no.
Otras consecuencias
Por último, los opositores advierten del posible daño que pueda sufrir también el Sistema Nacional de Salud porque muchos MIR se retiren el primer año. Aunque esta parte entra más en el terreno de los “y si”, María explica que “habrá aspirantes que cogerán plazas por miedo a quedarse sin ella, dado que en su lista añadirán plazas que en realidad no quieren hacer”. Esto, según esta médico, “implica que muchos residentes abandonen su plaza durante el primer año”. Y esa plaza desaparece, no puede ser reofertada.
Esta situación provoca dos problemas: el obvio e inmediato es que habrá un médico menos en la promoción de ese año. El segundo es que habrá opositores que podrían haber optado a esa plaza, pero se quedan sin trabajo porque no pudieron elegir.
Por último, Pujol de Castro explica que la no presencialidad va a acabar con una práctica que viene sucediendo cada año: las parejas (o amigos) que se esperan. Cuando dos personas tienen interés en hacer la residencia juntas (o al menos en el mismo centro o municipio), la que está antes en la lista puede dejar correr turnos hasta que llegue el de la otra persona, y entonces eligen en directo, con la información disponible. Esta opción, con la elección automática en base a una lista previamente cerrada, desaparecerá.