Después de la no respuesta del portavoz de la Conferencia Episcopal, César García Magán, ante el 'caso Málaga', pocos esperaban una respuesta contundente por parte de la Iglesia española frente al caso del sacerdote detenido por, presuntamente, sedar y violar a varias mujeres, y la actitud tomada por el Obispado de Málaga. Sin embargo, en Roma, el neocardenal Cobo (mañana recibirá la birreta), sorprendió con una respuesta contundente.
Y lo hizo, más sorprendentemente aún, respondiendo a una pregunta de la cadena Cope: “¿Si a usted le llegara la noticia de una posible caso de un sacerdote abusador en su diócesis, qué haría?”.
La respuesta de Cobo no da lugar a dudas: “Me da igual donde sea. Hay que ponerse siempre en el lugar de la víctima y efectivamente, a pesar de todas las malas prácticas que hayamos tenido en el pasado, tenemos que aprender del dolor”.
“Hay que analizar caso por caso, atender y escuchar a uno y a otro”, apuntó Cobo, quien aclaró que es obligación de la Iglesia “plantear todos los protocolos que están vigentes y que han sido asumidos”, algo que, como explicamos en su día, el Obispado de Málaga no ha hecho. Y, más áun, se deben “desarrollar en el minuto uno”, sobre todo, “por respeto a la víctima y también por ayuda a aquel que a lo mejor no hemos escuchado todavía porque no lo hemos hecho bien”.
“Con una sola víctima, con un solo caso, es necesario la atención y nunca el ocultamiento. Nunca”, espetó el arzobispo de Madrid, quien recordó que “posponer decisiones lo único que produce es potenciar el dolor de las víctimas. Y eso es inadmisible”.