“Necesitamos hablar de sexo, y de la diferenciación sexual”. El secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, entró de lleno en el debate interno del feminismo de cara al 8-M. Y no porque los obispos vayan a participar en las manifestaciones (ni siquiera acudieron a la 'Revuelta de mujeres en la Iglesia'), sino porque entraron a analizar “las tensiones” que, en su opinión, “se producen incluso dentro de los movimientos feministas”.
“Tenemos que valorar el significado de la diferencia sexual, de ser hombre y mujer”, frente a “determinadas propuestas de igualdad y de promoción, a veces llamado empoderamiento” que “prescinden del significado de la diferencia sexual”, subrayó Argüello, quien dividió las posiciones en dos posturas antitéticas.
De un lado, “quienes ven la corporalidad como un territorio para ejercer la libertad, y por tanto el género es el ejercicio de un derecho de autodeterminación”, y los que – como él– “aceptamos que la sexualidad es algo que se recibe y es preciso tener en cuenta”. El portavoz episcopal sí admitió que “a veces no somos capaces de explicar bien al significado que damos a la diferencia sexual, sin que se nos acuse de algún tipo de 'fobia'”.
Oficinas antiabusos en todas las diócesis
En cuanto a la lucha contra la pederastia, los obispos anunciaron cómo, en las próximas semanas, todas las diócesis tendrán en funcionamiento una oficina antiabusos. Incluso, ofrecieron un mapa que demuestra cómo, un año después de la cumbre antipederastia, todas las diócesis españolas cuentan con oficinas de denuncias, en distintos grados. El plazo dado por Roma concluía el 31 de mayo.
Para Argüello, se trata de “un paso más en lo que la Iglesia española está realizando para prevenir y acoger a las víctimas de esta situación tan dolorosa”. No obstante, admitió que la CEE, como tal, “no va abrir una oficina de denuncias”.
¿Cuántas denuncias por abusos ha habido en la Iglesia española? “El número total de las denuncias no lo conozco”, apuntó el portavoz del Episcopado, quien subrayó que en estos días ha escuchado a muchos obispos decir “que no han recibido ninguna, y a otros que sí”.
Lo que no harán los obispos será abrir los archivos diocesanos, ni investigar casos del pasado, ni indemnizar a las víctimas, aunque el portavoz se empeñó en apuntar que cada caso de abordará de manera personalizada.
Iglesias abiertas a pesar del coronavirus
Buena parte de las preguntas al portavoz episcopal giraron en torno a la crisis del coronavirus. En este sentido, Argüello llamó a la calma y a seguir “las recomendaciones de las autoridades sanitaria”“. En lo tocante a las iglesias, se refirió a la conveniencia de retirar el agua bendecida de las pilas; a modificar el signo de paz o los gestos de devoción en los besapiés; o que los sacerdotes ”podamos lavarnos las manos antes y después de distribuir la comunión“.
“Nos parece importante mantener los templos abiertos”, para fomentar la participación y la confianza entre los fieles. “No pensemos que la virgen de las Angustias o la Virgen de la piedad o de la Veracruz nos vayan a curar de la enfermedad, no. Pero nos ayudarán a que el otro virus encuentre su verdadero sitio, y a cultivar la confianza unos con otros”, concluyó el portavoz.
Pacto global por la educación
Finalmente, en lo tocante a la futura ley de Educación, los obispos apuntaron su deseo de llegar a “un pacto global”, aunque lamentaron que “el proyecto de ley parece que tiene más preocupación de que la escuela sea un lugar de aceptación social que un lugar que desarrolle las capacidades plenas de la vida de la escuela”.
“Cuando se busca la adaptación y la inclusión (un término que vale igual para un roto que para un descosido), se habla de que la escuela sea un ascensor social, pero hay que enseñar a subir escaleras, hay que trabajar, hay que hincar los codos. Y a veces lo que se plantea es 'bajar el piso'”, denunció Argüello criticando como “un desprecio” que se pueda obtener la titulación con asignaturas pendientes.
“En estos momentos, en que un pequeño virus nos pone patas arriba, es más necesario que nunca el cultivo de la Filosofía, el Arte, la Música, la Enseñanza religiosa escolar”, concluyó. “Es legítimo que se reconozca la demanda social, es legítima la opinión de los padres, y su demanda a la hora de desear un tipo de escuela”.
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