Institutos vacíos y miles de manifestantes en la primera gran huelga educativa al nuevo Gobierno
“¡Son una minoría y nosotros una mayoría, cuando nos ponemos en marcha somos una fuerza imparable, como demostramos con las reválidas!”, grita Ana García, presidenta del Sindicato de Estudiantes, en la puerta del Sol de Madrid, y unas dos mil personas la vitorean. Con las palabras de García se cierra la manifestación de la mañana y concluye la jornada matutina de la huelga de educación, el primer paro general contra el ministro Iñigo Méndez de Vigo.
Ha sido convocado por la Plataforma Estatal por la Defensa de la Escuela pública, integrada por organizaciones de padres, asociaciones de estudiantes y sindicatos de profesores para protestar porque la LOMCE sigue en pie, los recortes no han sido revertidos y contra el 3+2 y las altas tasas en la universidad.
Además de en Madrid, estudiantes de toda España se han echado a la calle. En Catalunya el paro ha sido descafeinado y Sevilla, Oviedo, Valladolid, Valencia, Galicia, La Rioja o Burgos han sido algunas de las 50 ciudades y regiones que han parado y realizado manifestaciones o actos durante la mañana.
El seguimiento ha sido desigual según el territorio y el nivel educativo, con más apoyos en la educación secundaria que en la universidad. Como es habitual en estos casos, la guerra de cifras entre convocados y administración hacen pensar que hablan de cosas distintas: la Marea Verde cifró a media mañana el seguimiento en un 65% entre los profesionales de la enseñanza y un 85% de media entre los estudiantes.
El ministro, que llegó a defender que la huelga era “innecesaria” porque se está negociando un pacto educativo, había dicho por la mañana que la incidencia había sido “mínima”, aunque no llegó a ofrecer datos.
José Luis Pazos, presidente de la asociación de familias Ceapa, parte de la Marea Verde, daba la réplica al ministro: “La huelga no es contra la subcomisión [donde se negocia el pacto] sino contra las políticas del Gobierno, que en la práctica son las mismas. Tenemos dudas de que vaya a asumir lo que salga de la subcomisión para redactar la nueva ley”, apunta.
Más en Secundaria que en la universidad
Aunque en los campus muchos estudiantes ni se habían enterado de la convocatoria, también había facultades enteras cerradas con piquetes en la puerta. Ha pasado en la Autónoma de Madrid, donde la policía ha llegado a intervenir para disolverlos. También en la facultad de Filosofía de la Complutense, donde un grupo de alumnos impedía el paso a algún profesor que intentó acceder. El decano del centro afirmaba desde la puerta que “la huelga está completamente justificada y la comunidad universitaria la apoya, pero es un derecho individual y no puede imponerse”, en relación al piquete.
Sin embargo, no todo era huelga. Facultades enteras también operaban con absoluta normalidad, como Derecho o Farmacia. “En Farmacia no se para”, afirmaba un estudiante, que además aludía a las prácticas para justificar que no podía secundar la huelga.
En los institutos el seguimiento ha sido más masivo, aunque algunos estudiantes relataban que compañeros suyos no han podido parar porque sus padres no les han dejado. A la manifestación de la mañana han acudido unas 2.500 personas, en su inmensa mayoría estudiantes de Secundaria.
Durante la marcha se han mezclado las reivindicaciones puramente educativas, contra la LOMCE, el 3+2, los recortes y a favor de la escuela pública, con otras de carácter social. En este apartado tuvieron especial éxito y seguimiento las consignas a favor de la reivindicación feminista que tuvo lugar el miércoles en todo el mundo y otros aspectos como la lucha de las limpiadoras las kellys, o los trabajadores del sector sanitario y de servicios.
La huelga general concluye esta tarde con una gran manifestación a la que están convocados alumnos, profesores y familias.