El sector conservador del episcopado arremete contra la amnistía la víspera de que el Papa reciba a Aragonés
Aunque la cita que este lunes reunirá al Papa Francisco y al president de la Generalitat, Pere Aragonès, estaba fijada desde julio, el sector más conservador del episcopado español no ha esperado para comprobar el resultado de la audiencia, y ha lanzado sus armas para arremeter contra la más que previsible amnistía, y contra el futuro Gobierno, a quien acusan de “vender lo ajeno por un plato de lentejas para seguir en el poder”.
“Cómplices que venden lo ajeno por un plato de lentejas para seguir en el poder”. Así de rotundo se mostraba en sus redes sociales el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, horas después de que el anterior portavoz de la CEE, actual arzobispo de Valladolid, y aspirante de dicho sector a suceder en marzo a Omella como presidente de los obispos españoles, Luis Argüello, auguraba que la medida, acordada entre los partidos independentistas, el PSOE y SUMAR, “amenaza la convivencia a la que dice servir”.
En su perfil de 'X', Sanz Montes recalcaba que “la amnistía no es un borrón con cuenta nueva”, asegurando que “los que delinquieron grave y violentamente contra la convivencia destruyendo un Estado de derecho, determinan con su moneda de cambio el futuro de un pueblo. Cómplices que venden lo ajeno por un plato de lentejas para seguir en el poder”.
Por su parte, Argüello recalcaba que “la amnistía podría ser valiosa si fuera recíproca y los amnistiados renunciaran a un proceso ilegal y unilateral, si fuera fruto de un acuerdo con mayoría cualificada, si no amparase la violencia contra las personas”. “Si no es así, amenaza la convivencia a la que dice servir”, culminaba.
Lo cierto es que, acuerdos aparte, durante la reunión entre el Papa y Aragonès no está previsto abordar esta cuestión, para la que la Santa Sede -y, oficialmente, la Conferencia Episcopal- no tiene una postura definida. En el Vaticano se resta importancia a la coincidencia de la cita, que -aseguran, al igual que fuentes directas del entorno del president- se debe a pura casualidad.
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