Sectores ultracatólicos acusan al Papa de ir contra el Catecismo por mostrarse a favor de las uniones civiles homosexuales
El Papa va contra el Catecismo, contra la doctrina implantada por Juan Pablo II y Benedicto XVI. Esta es la tesis de los sectores ultracatólicos después de que Francisco haya manifestado, en un documental, que “las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia” y que “lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil, tienen derecho a estar cubiertos legalmente”.
¿Aprueba Francisco el matrimonio LGBTI? Nada más lejos de la realidad. De hecho, sus palabras son las mismas que ya pronunciara en 2010, siendo arzobispo de Buenos Aires, para oponerse a la legalización del matrimonio homosexual. Sin embargo, sus palabras han hecho saltar todas las alarmas en la Curia vaticana y los episcopados más conservadores, como el polaco o el español, que sin embargo de momento guardan silencio. En Roma, algunos, esperan alguna ‘matización’ de la Oficina de Prensa, que salvo sorpresa mayúscula no llegará.
¿Por qué, entonces, son revolucionarias las expresiones de Bergoglio? El jesuita norteamericano James Martin, uno de los grandes defensores de la inclusión LGBTI+ en la Iglesia, calificó de “histórico” el paso dado por Francisco. Por tres razones. “Primero, porque los dice como Papa, no como arzobispo de Buenos Aires. Segundo, porque está claramente apoyando, no simplemente tolerando, las uniones civiles. En tercer lugar, porque lo dice en cámara, no en privado”.
En opinión de Martin, “los comentarios del Papa puede que no sean gran cosa en Europa occidental o Estados Unidos, pero en lugares como Polonia, donde algunos obispos son virulentamente anti-LGBT, o Uganda, donde los obispos están del lado de las leyes que penalizan la homosexualidad, es muy importante”. O en España, donde obispos como el de Alcalá siguen patrocinando cursos para ‘curar’ la homosexualidad, sin que la Conferencia Episcopal le haga el más mínimo reproche.
“Un paso abismal”
Para Diego Neria, el transexual recibido por el Papa en 2015 junto a su pareja, Macarena, el de Francisco “es un paso abismal. Un Papa reconociendo que los derechos tienen que ser los mismos para todo el mundo”.
En conversación con eldiario.es, Neria auguraba que “ahora saldrán los sectores contrarios a él, e incluso colectivos LGTBI quejándose de que no ha ido más allá, de que la Iglesia no se implica...”.
Los sectores ultraconservadores han salido en tromba contra el Papa, exigiendo una matización de la Oficina de Prensa vaticana y recordando que tanto Juan Pablo II como Ratzinger, en un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sostenían explícitamente, en 2003 (es el último texto oficial publicado al respecto), que “la Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales”.
También, han recordado al Pontífice el canon 2357 del Catecismo, que subraya que los comportamientos homosexuales “son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso”.
Frente a ello, Diego Neria responde: “¿De verdad pensáis que si estuviese en su mano no hubiera ido más allá? Ha dejado meridianamente clara cuál es su postura respecto a esto, tanto con los gays como con la transexualidad, a la gente que toda la vida la Iglesia ha etiquetado de enferma o de aberrante... ”.
Para Neria, como para muchos otros expertos, la clave está en el cambio de actitud. “Francisco está abriendo puertas, dando pasos de gigante. No está en su mano arrancar los cimientos añejos de un Vaticano que ha hecho tanto daño y sigue haciendo”.
“No me han extrañado sus declaraciones, las estaba esperando. Quizás porque yo tuve la suerte de sentarme a charlar con él una hora y media, quizá porque le he oído, le he visto, he visto sus ojos cuando me hablaba, y quizá porque he podido vivirlo en primera persona y en la cercanía. Creo que sé cómo piensa de todo esto. No me extraña que lo diga”, concluye Neria, que insiste en que “Bergoglio es un guerrero al que es casi imposible parar, que va a luchar porque sigan abriéndose ventanas y entre aire fresco en la institución, y seguirá en su lucha por la igualdad, de dejar de rechazar y poner etiquetas”.
“Que llegue a decir más”
De la misma opinión es el jesuita español José María Olaizola, quien subraya cómo “para muchos será escandaloso lo que ha dicho el Papa sobre uniones civiles de personas LGTB, cuando en la sociedad ya está más que asumido”.
“Nuestra asignatura pendiente no es decirles a las personas homosexuales qué hacer en su vida civil, sino facilitar su pertenencia eclesial”, insiste el escritor jesuita, quien sostiene: “Creo que más personas de Iglesia tenemos que pronunciarnos para que el Papa pueda llegar a decir más”. Porque “cuando hay gente que dice que las personas LGTB ya son perfectamente acogidas en la Iglesia me vienen a la mente cientos de conversaciones que he mantenido con católicos y católicas LGTB heridos por la falta de acogida que han encontrado y encuentran. Cada día”. Y es que queda mucho por hacer. Y un sueño, por parte de muchos católicos LGTBI: que llegue el día en que la Iglesia católica apruebe los matrimonios LGBTI.
Así lo siente Jordi Valls, presidente de ACGIL, la Asociación Cristiana de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales, para quien “las afirmaciones del Papa no son 'oficiales', pero sí públicas, por eso son sumamente importantes”. “A partir de ahora entendemos que los nuncios que tiene el Vaticano por el mundo y los obispos van a dejar de decir las barbaridades que decían en contra de la regulación de las familias formadas por parejas del mismo sexo y sus hijos e hijas”, incide.
“Esto les va a costar a algunos. Creo que ayer mismo el Community Manager del arzobispado de Nueva York ya estaba enmendando la plana al mismo papa, intentando interpretar y ”corregir“ las malas interpretaciones de las palabras de Francisco, que no son en absoluto interpretables por lo claras que son”, añade Valls, quien agradece al Papa su testimonio. “Por fin nos encontramos con un obispo (en este caso el de Roma) que se cree el Evangelio y lo proclama. Hace unos días con la publicación de la encíclica Fratelli Tutti y ahora con esta toma de posición a favor de las familias homoparentales y la necesidad de no discriminarlas. Es una cosa que parece muy evidente, pero que hasta ahora había brillado por su ausencia en los discursos y la praxis del aparato vaticano”.
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