La ministra Tejerina no necesita acudir a las reuniones europeas para influir sobre los límites de tóxicos en fertilizantes
La ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, se reunió el pasado 13 de diciembre en la misma sede del Ministerio que dirige con “representantes de Fertiberia”, según informó su propio departamento. Hasta ahí llegaron las explicaciones oficiales ya que no se dio cuentas sobre los temas que se tratarían o de cómo había ido el encuentro. Ninguna otra información ha sido facilitada más allá de una foto oficial.
En ese encuentro estaba, según se observa en la imagen tomada por el Ministerio, Javier Goñi del Cacho, presidente de Fertiberia, empresa dedicada a los productos agroquímicos: el mayor productor de fertilizantes de España y fabricante de fitosanitarios. El ejecutivo ingresó en Fertiberia en 2002 y, dos años después, se incorporó a ese grupo la actual ministra, Isabel García Tejerina que acababa de completar cuatro años como secretaria general de Agricultura y Alimentación en el Gobierno de José María Aznar. Tras ocho años compartiendo empresa con Goñi, regresó al mismo puesto en el Ejecutivo ya de Mariano Rajoy.
A pesar de la ausencia de explicaciones tras esa reunión, al menos dos asuntos con relación directa entre la acción de Gobierno y la actividad de Fertiberia estaban en las agendas. Por un lado, la renovación in extremis de la autorización para utilizar el herbicida glifosato en la Unión Europea obtenida el 27 de noviembre (la licencia caducaba el 15 de diciembre de 2017) y por otro la nueva regulación de los fertilizantes de fosfato y su contenido máximo del metal pesado tóxico cadmio.
En cuanto al glifosato, el Ejecutivo español defendió en todo momento la ampliación de la licencia, en contra de otros países como Francia. Las negociaciones hicieron que de una propuesta inicial de diez años se pasara a otra de ocho y, finalmente, a cinco. El catálogo de productos de jardinería de Fertiberia incluye dos productos a base de este compuesto.
Respecto a los fertilizantes, el Consejo de Europa –que reúne a los Gobiernos de los estados miembro– tomó una postura para iniciar las conversaciones el 27 de diciembre, pero sin dar a conocer la postura de partida, según ha confirmado la Comisión Europea. Lo que sí se ha podido conocer, según ha publicado eldiario.es, es que el Ministerio de Agricultura español querría que los límites de cadmio no fueran “demasiado estrictos” para no perjudicar a la industria nacional.
Así que, la ministra, Isabel García Tejerina mantiene su influencia, casi directa, en las negociaciones sobre la nueva regulación europea de fertilizantes a pesar de su pasado en el sector y debido al propio sistema de creación de leyes de la Unión Europea. Aunque se ausentara personalmente de las sesiones, la postura de España ya ha sido dibujada. Y a cada paso del proceso legislativo, los gobiernos nacionales deben ser informados de cómo van las negociaciones.
Una norma como la que trata de establecer límites cada vez más estrictos de tóxicos en los fertilizantes se negocia mediante una técnica denominada: triálogo. Son algunos representantes escogidos del Parlamento, el Consejo y la Comisión europeos los que se reúnen y van añadiendo o vetando enmiendas al borrador inicial según el mandato que han recibido desde esos organismos.
Por ejemplo, para los valores máximos de cadmio en los fertilizantes de fósforo, el borrador inicial de la CE marca una hoja de ruta para dejar el umbral en 20 micgrogramos en 12 años. El Parlamento ya lleva una enmienda para alargar ese plazo a 16 años. La postura de los Gobiernos, que componen el Consejo, es todavía secreta.
En esos triálogos, se discutirá qué queda y qué sale de la futura norma: los niveles legales de tóxicos o los plazos para que entren en vigor. Es en ese foro de los Gobiernos donde ha tenido voz directa el Ministerio de Agricultura, es decir, Tejerina o alguno de sus colaboradores. El Gobierno español aboga por unos límites mucho más permisivos para salvaguardar a la industria de los fertilizantes que utilizan el fosfato (sobre todo del norte de África) como materia prima. Y España siempre tendrá una representación.
La presidencia de turno es la que acude
Durante las negociaciones de este triálogo, en las sesiones de trabajo, el Consejo de los estados miembro suele estar representados por el presidente de turno de las representaciones permanentes en la Unión Europea. Ahora esa figura recae en Bulgaria. Y “excepcionalmente por el ministro relevante del estado que ostenta la presidencia europea”, explican fuentes del Europarlamento.
Después de cada sesión, los negociadores informan a sus organismos (ya sea el Parlamento o el Consejo de Gobiernos) donde se les dan indicaciones para las nuevas rondas de conversaciones. Así se va redactando el texto que regulará, en este caso, hasta donde deberán los fabricantes limpiar esos fertilizantes de cadmio para que este metal pesado considerado cancerígeno no pase a los alimentos y, de ahí, a los humanos.
García Tejerina ha tenido que inhibirse en varias procesos regulatorios sobre el sector de los fitosanitarios en España. La ministra se abstuvo en virtud de las incompatibilidades de la ley del alto cargo de la tramitación en el Consejo de Ministros de sendos reales decretos sobre la comercialización de fitosanitarios y sobre fertilizantes en mayo y noviembre de 2017. Su figura en la “tramitación y elevación al Consejo de Ministros” fue sustituida por el ministro de Economía.
En las instituciones europeas “más allá de una persona concreta, es el propio sistema el que ha hecho de las puertas giratorias un sello de identidad”, analiza el eurdopitado de Equo, Florent Marcellesi. “Aunque que Tejerina se retirara sería una señal bienvenida de higiene democrática”, remata.