Víctimas del caso de los 'niños robados' exigen justicia en una manifestación en Madrid
Asociaciones de afectados por los casos de “niños robados” de toda España han pedido hoy en Madrid que la Justicia siga investigando las denuncias incluso las archivadas, según ellos, de forma precipitada, y que esta causa no acabe por el reciente fallecimiento de la monja imputada conocida como 'Sor María'.
“Hay Sor Marías en toda España”, “Con Sor María esto no se acaba”, “Queremos ver a la monja porque no está muerta”, han sido algunas de las frases coreadas por varios cientos de afectados que han partido al mediodía de la sede de la Fiscalía General del Estado (FGE) tras realizar una gran pitada, y han recorrido varias calles hasta llegar a la Puerta del Sol.
“Pedimos celeridad en el proceso y que el Gobierno no ralentice la causa para que se mueran todos los imputados”, ha destacado el presidente de la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir), Antonio Barroso, que ha explicado que la convocatoria respondía al segundo aniversario de la presentación de la denuncia conjunta ante la Fiscalía General del Estado.
Además de Anadir, miembros de la Asociación ADN-D, de Bebés Robados y afectados particulares se han lamentado de que “el tiempo corre en su contra” y de que de las 1.800 denuncias presentadas las fiscalías se hayan archivado el 70 por ciento por prescripción del delito y falta de pruebas.
El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, ha afirmado que estos casos “no prescriben” y queremos que se “reabran automáticamente las denuncias archivadas” alegando ese paso del tiempo, ha apuntado Barroso.
“Nos da la sensación de que el Gobierno quiere retrasar la investigación el máximo de tiempo posible para que se muere la mayor gente posible que esté implicada y no lo vamos a permitir, vamos a seguir luchando”, ha asegurado.
Otro de los eslóganes coreados ha sido “Toxicología nos engaña” porque, según Barroso, el Gobierno va a unificar todas las pruebas en un mismo banco de ADN, y ellos no se fían porque hay “contradicciones” en los resultados de algunos casos respecto a las mismas pruebas hechas en centros privados.
Eduardo Raya, de ADN-D, ha sido el encargado de leer el manifiesto en el que se ha subrayado que “no hay voluntad política para que aflore la verdad” y se ha pedido que las autoridades “dejen de mentir y actúen” para que este caso no se convierta “en un Watergate pero con delitos mucho más graves”.
Uno de los muchos casos escuchados esta mañana es el de una mujer que ha relatado que acudió a la monja María Gómez Valbuena, 'Sor María', para que le atendiera por la Beneficencia pero que la “engañó” diciendo que había que cambiarle la sangre y luego que estaba muerto; “Sor María me quitó a mi hijo en 1975 y me dijo que si volvía me metía en un manicomio”, ha comentado.
“Han manipulado estos años los casos de bebés robados, ¿quién me dice a mí que no han manipulado también la muerte de esta monja para que esto se quede en el olvido?, se ha preguntado Virginia López, que busca a un hermano fallecido en el Hospital de La Paz (Madrid) en 1975.
“Mi madre está convencida de que su hijo no nació muerto por ahogamiento con el cordón umbilical como la dijeron porque a la hora de dar a luz una enfermera le dijo que se levantara para ir al nido a dar el pecho al niño”, ha relatado Virginia.
Desde Valencia, Manuela Sáez ha venido a Madrid con dos muñecos en sus brazos para contar que en 1973 dio a luz con 19 años a dos niños gemelos prematuros en el Hospital de La Fe y que, tras verlos vivos, se los llevaron a la incubadora; “me dijeron que ellos los enterraban pero mi lucha es saber la verdad porque no hay registro de ese entierro”, ha comentado.
Luis Badena, un voluntario que ayuda a familias aragonesas afectadas, ha reconocido ser cristiano practicante y no entender cómo en nombre de Dios y de la Iglesia se han podido cometer esos robos.
Este joven ha pedido a los responsables eclesiásticos que reconozcan lo ocurrido con muchas jóvenes solteras a las que se les consideró no aptas para cuidar de sus bebés y que informen de cuáles son “las órdenes religiosas que han hecho estas barbaridades”.