Eran apenas unos adolescentes cuando Nerea de la Riva e Iván Gallego comenzaron a diseñar, construir y programar sus propios robots en la sede de la Asociación de Robótica Educativa, Complubot en Alcalá de Henares (Madrid). De esas primeras creaciones nació la serie Nexus, unos robots diseñados para participar en la RobocupJunior, la principal competición de robótica educativa a nivel internacional en arquitectura abierta (cualquier hardware y software).
Si en la película Blade Runner el máximo nivel de perfección se conseguía con los replicantes Nexus 6, ellos tuvieron que esperar hasta el año 2008 para hacerse con el primer premio en la modalidad de Soccer (fútbol americano) con los Nexus de la serie 7, llegando a convertirse -unos Nexus más tarde- en tetracampeones de esta prueba de forma consecutiva en China, Austria, Singapur y Turquia.
“En septiembre del 2010 estábamos participando en otra competición internacional de fútbol robótico que se celebraba en Bérgamo (Italia) dentro de la Bergamosciencia, cuando coincidimos con David Cuartielles y Massimo Banzi del equipo Arduino. Les contamos lo que hacíamos, cómo empleábamos Arduino en nuestros desarrollos y a partir de ese momento comenzamos juntos a trabajar para desarrollar un robot educativo que también fuese de utilidad para usuarios avanzados: así nació el proyecto Lottie Lemon”, cuenta Nerea.
“I hate robots”
Una anécdota que le hizo famoso a David Cuartielles, uno de los creadores del hardware open source Arduino, en la Universidad de California, es cuando comenzó una charla con grandes letras que ponían “I hate robots”, dejando claro su opinión al respecto.
“Hay una fijación muy fuerte con que la electrónica educativa tiene que pasar por la robótica, y yo pensaba que ese no era el camino, hasta que empecé a dar unos talleres en México con niños de 6 a 16 años que querían fabricar uno”, cuenta Cuartielles, “cuando ese robot salió a la luz mucha gente se puso en contacto conmigo hasta que aparecieron dos chavales de Madrid de 15 y 16 años que dijeron ‘somos tetracampeones de robótica infantil’. Cuando les conocí salí convencido, 'tenemos que hacer algo juntos', pero no sabía qué, obviamente era un robot”.
Han pasado dos años y mucho trabajo desde ese encuentro en el que Lottie Lemon el ‘nombre de guerra’ del Arduino Robot durante su fase de desarrollo, ha ido evolucionando hasta convertirse en la versión definitiva que se presentó el pasado 18 de mayo en la Maker Faire de San Mateo en California, donde se ha vendido la primera pre-serie de 200 unidades a 275 dólares (200 euros + IVA).
Conocimiento libre
La filosofía open source, o código abierto, se mantiene en todas las creaciones de Arduino y también de Complubot. “Queremos que los posibles usuarios puedan aprender de verdad cuando utilicen el Arduino Robot y para ello pensamos que es indispensable que sea libre y abierto para que además de usar el robot la gente pueda aprender cómo está hecho tanto el hardware como el software, incluso reproducirlo o mejorarlo”, explica Iván.
Además, están preparando toda la documentación para colgarla en su web de modo que cualquiera pueda sacar el máximo partido al robot.
“Dentro de poco tendremos una gran comunidad de usuarios compartiendo información y experiencias entorno al Arduino Robot, esto fomenta el auto aprendizaje, no es necesario esperar a que alguien te cuente cómo hacerlo, puedes buscarlo”, dicen ambos jóvenes.
Las aplicaciones de la ‘nueva criatura’ pueden variar dependiendo del acercamiento, desde un simple juguete a un sistema avanzado en el que implementar un control distribuido.
Hasta el más mínimo detalle del diseño del Arduino Robot está pensado para sacarle alguna utilidad y que sea compatible con otras herramientas, “se pueden añadir multitud de sensores, actuadores...incluso se le puede disfrazar y jugar con él”, añaden.
No es país para electrónicos
El abanico de posibilidades y aplicaciones de la robótica es muy grande y más ahora que el movimiento maker, el hazte tu propia tecnología, está teniendo gran calado en España, sobre todo en el último año pero, como apuntan Iván y Nerea, “todos los medios están relacionados con el nivel tecnológico del país”. Teniendo en cuenta que la última reforma educativa en España está abocando al estudio de la tecnología a su desaparición o a convertirlo en algo meramente anecdótico “no parece que la robótica vaya a tener muchas posibilidades de desarrollarse en nuestro país”, subrayan, “curiosamente esto es justo lo contrario de lo que está ocurriendo en la mayoría de los países desarrollados”.
De momento el Robot Arduino es una realidad que se ha gestado pese a las adversidades y a primeros del mes de julio estará disponible para su venta on-line en la web de Arduino aunque ya se puede consultar la página con la información del hardware del Arduino Robot, y la extensa biblioteca de funciones. “Trabajar con el equipo Arduino para nosotros ha sido y es un auténtico privilegio. Funcionan como una máquina increíble capaces de llevar a la práctica casi cualquier idea”, concluyen. “El Arduino Robot es para nosotros la forma de comunicar y transmitir el resultado de años de trabajo, esfuerzo y dedicación”.
Cerebros en ebullición que, de momento, continúan en nuestro país.